Aprender a meditar es uno de los grandes pasos que podemos dar. Ya que se trata de un proceso con muchísimos beneficios para nuestra salud. Algo que notaremos ya en las primeras prácticas donde nos ayudarán a reducir el estrés diario, relajando la tensión muscular y mejorando la calidad del descanso.
Aunque pueda sonar un tanto complicado no lo es tanto. Con pequeños pasos podemos comenzar a meditar en nuestra casa. Poco a poco iremos mejorando la técnica y conseguiremos nuevos y grandes beneficios. ¿Quieres descubrir cómo aprender a meditar desde hoy?
Índice
Beneficios de la meditación
Antes de pasar al tema propiamente dicho, nada como hacer un repaso por todos esos beneficios que nos deja la meditación.
- Reduce el estrés diario que tantos efectos negativos pueden causar en nuestra salud.
- Mejorará la memoria a largo plazo.
- Diremos adiós a la tensión muscular, ya que nos sentiremos más relajados.
- También mejorará nuestra capacidad de memoria y la concentración.
- Hará que los pensamientos positivos sean los verdaderos protagonistas, dejando atrás los negativos.
- Reducirá la presión sanguínea.
- Mejorará nuestra calidad del sueño.
Elige un lugar y una ropa cómoda
Aunque parezca algo más que evidente, no nos podemos olvidar de que el lugar donde meditaremos también es básico. Para ello, nada como una zona tranquila, sin ruidos y donde realmente nos podamos sentir cómodos. La ropa también es importante porque nada nos tiene que molestar, de ahí que la comodidad vuelva a ser protagonista en las prendas. De ahí que siempre optemos por elegir prendas de deporte o bien, algunas más flojas con tejidos delicados que, como hemos comentado, no aprieten en ningún momento.
Una postura relajada y cómoda
Si el espacio elegido y la ropa lo es, la postura también tiene que serlo. De ahí que una de las mejores posturas para comenzar es estar sentado y con la espada recta, pero sin forzar. Puedes comenzar sentándote en una silla, ya que así irás corrigiendo tu postura. No cruces las piernas y las plantas de los pies estarán en el suelo, con los brazos relajados a ambos lados del cuerpo.
Céntrate en la respiración
Tenemos el lugar, nuestra postura correcta y ahora el siguiente paso es comenzar la meditación. Algunas personas prefieren cerrar los ojos y otras, mirar hacia un punto fijo. Pero sea cuál elijas debes concentrarte. Por eso, para comenzar lo haremos con una respiración tranquila. Inspiramos y nos concentramos en ella, en los que nos hace sentir, en su ruido, etc. Luego expiramos sin contener en ningún momento la respiración. Son respiraciones fluidas y profundas. Cuando esto lo tengamos dominado, pasaremos a centrarnos en un objeto.
Deja que tu mente sea libre
Es muy fácil que cuando estamos concentrados en la respiración, se nos comiencen a pasar ideas que hacen que nos desconcentremos ligeramente. Pues no, es algo habitual al aprender a meditar y debemos dejarlo fluir. Seguro que te aparece por la mente esa preocupación, esos problemas personales o ese trauma que no puedes olvidar. Pues no debemos alterarnos en ese momento. Es algo que está ahí y debemos dejar que fluya. Debemos aceptarlos y si por un momento nos han despistado, haremos una nueva respiración y nos concentraremos de nuevo en ella.
El tiempo para aprender a meditar
Lo cierto es que cuando estamos comenzando a meditar, lo mejor es no pasarnos de los cinco o diez minutos como mucho. Ya que simplemente lo que haremos será un poco de respiración y centrarnos en algunos objetos y los que nos hacen sentir. Por lo que es mejor ir poco a poco. No hay un tiempo límite, pero para no estar pendiente de él, siempre puedes activar una alarma y verás como poco a poco se te irá haciendo el tiempo mucho más corto. Ahí nos daremos cuenta que no ha sido algo temporal, sino que se ha convertido en un hábito en nuestra vida.
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