Pasar tiempo al aire libre ayuda a prevenir ciertas enfermedades infantiles

campo

Con la llegada del frío son muchos los padres los que prefieren que sus hijos se queden en casa jugando  y pasen mucho menos tiempo en la calle. Sin embargo diversos estudios remarcan la idea de que los niños deben pasar un gran parte de su tiempo jugando en la calle, a pesar de las bajas temperaturas propias del invierno. Pasar tiempo al aire libre permite fortalecer el sistema inmune de los pequeños y ayuda a que su salud mental sea lo más óptima posible.

Se cree que hay ciertas enfermedades que se pueden llegar a prevenir, con el simple hecho de que los niños hagan algo de deporte en el exterior y tengan un contacto estrecho con la naturaleza.

Problemas respiratorios

El poder respirar aire sano es perfecto a la hora de tener una buena salud de tipo respiratorio. Hacer algo de ejercicio físico al aire libre y jugar en la calle es mucho mejor para las vías respiratorias que el estar en un espacio cerrado. Hay más posibilidades de contagiarse de un virus en un zona cerrada que estando en el exterior jugando con otros niños.

Miopía

No cabe duda que el pasar demasiado tiempo frente a una pantalla no es nada bueno para los ojos. En los últimos años cada vez son más los niños a los que se les diagnostica miopía. Ello se debe a que los niños han cambiado el tiempo para jugar al aire libre por más tiempo sentados frente a la pantalla del móvil o del ordenador. Es por ello que es aconsejable limitar el uso de las pantallas y pasar más tiempo en el exterior con los padres o con los amigos.

jugar

Obesidad

La obesidad es uno de los problemas de salud más graves a los que se enfrenta la población infantil. Aparte de una mala alimentación, el pasar más tiempo del deseado sentado frente a un pantalla es una de las causas principales de la obesidad en los niños. La solución a este problema está clara: dejar las pantallas de lado y pasar mucho más tiempo en la calle ya sea jugando o practicando algo de ejercicio.

Problemas mentales

El pasar mucho tiempo bajo cuatro paredes también pasa factura a nivel mental. Es normal que problemas como la depresión o la ansiedad hagan acto de presencia, si el niño apenas tiene contacto con el exterior. Para evitar esto, los padres deben fomentar en todo momento el pasar más tiempo al aire libre y con la naturaleza.

En definitiva, es importante que los niños pasen el mayor tiempo posible al aire libre. El frío y las bajas temperaturas no deben ser un pretexto para ello y es que no hay un mejor plan para un niño que el pasar un día en el campo con sus padres o con sus amigos. No hay comparación entre el hecho de disfrutar jugando al aire libre que el pasar horas y horas frente a la pantalla de un televisor. El mantener cierto contacto con la naturaleza ayuda a prevenir ciertas enfermedades habituales en los niños como el asma o la miopía.


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