Un viaje con amigos puede ser una experiencia muy gratificante de las que recordar toda la vida. Planes divertidos, numerosas anécdotas, risas y más risas… Pero todo esto puede verse truncado si no se siguen una serie de recomendaciones básicas que ayudarán a que todo vaya rodado.
La premisa básica: has ido a disfrutar de unos días de vacaciones, así que relájate… e intenta seguir estos consejos.
Si no participaste en la organización, ¡no te quejes!
Esto es una norma básica. Y punto. Da igual que lo hayan organizado fatal, encuentres taras por todos sitios, o que el plan sea un despropósito. Si tú no has movido un dedo, sólo puedes contribuir con aportaciones optimistas. Con toda seguridad, quienes lo hayan organizado serán los que peor lo estarán pasando, así que en condiciones límite tendrán todo el derecho del mundo a decirte (o gritarte): ¡¡PUES HABERLO ORGANIZADO TÚ!!
Los sufridos y los especialitos
Sería extraño encontrar un grupo de amigos de viaje y no toparse con el «quejica» que le pone pegas a todo. Te avisamos. Luchar contra esto es una pérdida de tiempo, así que coge aire, respira tranquilo y procura quitarle importancia a algo que es simplemente una pequeña parte del viaje.
No te cabrees si tus aportaciones no se tienen en cuenta
Si llevas todo el viaje marcándote detallazos para alegrar la vida al personal y ofreciendo aportaciones que según tú son únicas y maravillosas, no te lo tomes como algo personal si al final no te dan ni las gracias. Podrías cabrearte sí, pero recuerda… ¿has venido aquí para eso? No pierdas el tiempo en reproches que caerán en saco roto y piensa en disfrutar de la experiencia, que es a lo que hemos venido. Ya disfrutarás de tu dulce venganza cuando echen en falta tus aportaciones…
Cada uno, con sus manías
Si hay algo que únicamente te molesta a ti, automáticamente se convertirá en tu absoluta responsabilidad. Da igual lo obvio que te parezca lo que planteas; estás en plena convivencia y aquí el criterio lo marca lo que dice la mayoría. ¿Te gusta guardar la ropa de determinada manera? Muy bien, hazlo como te parezca, pero no te enfades si alguien lo hace de manera distinta a ti, no haciendo caso de tus sabias indicaciones. Tus manías son tuyas y no tienen que ser compartidas por los demás.
¿Amigos perezosos? Relax…
Cuando un grupo de personas conviven juntas, lo normal es que haya alguien que tire más a la vagancia que otro. Es verdad, es injusto, pero volvemos a lo que dijimos al principio: estás aquí para pasártelo bien, no para educar a tus amigos. Deja que sea otro quien le dé un toque de atención y, si nadie dice nada, no gastes energías en complicarte. A fin de cuentas, son sólo unos días…
Normas claras e inamovibles
Es importante tener en cuenta desde el principio dos normas básicas: las que se refieren al dinero y a los horarios. Antes de emprender el viaje tened claro aspectos como el de si haréis un bote común o cada uno se pagará lo suyo. Si habrá horarios fijos para las comidas y la hora de levantarse o mejor sobre la marcha. Especialmente en cuestiones de dinero, es mejor tenerlo todo claro desde antes de empezar para no dar lugar a situaciones desagradables sobre quién ha pagado más y quién ha pagado menos.
No es necesario hacerlo todo juntos
Si a varias personas les apetece un plan y otras prefieren otro, no pasa nada. Muchas veces el término medio hace que nadie esté contento. En estos casos, separaos un rato, y que cada cual haga lo que más le apetezca. Estáis allí para pasároslo bien y para cargaros de momentos para el recuerdo… y si alguien se empeña en lo contrario es su problema.