Tu hijo aprende sobre la comunicación no verbal al observarte a ti y a tu comunicación no verbal. Es esencial prestar atención a cómo nos expresamos, ya que los niños son expertos en captar las señales no verbales que emitimos. Además, puedes ayudar a tus hijos a entender y mejorar su comunicación no verbal de diversas formas en el día a día.
Por ejemplo, si tu hijo está de pie muy cerca de un amigo y este parece incómodo o comienza a retroceder, podrías recordarle suavemente que le dé espacio al otro niño. Una manera adecuada de abordarlo sería decir algo como: “Lucas, demos un poco más de espacio a Pedro dando un paso atrás. Muy bien, Pedro tiene más espacio ahora.”
Es importante reforzar positivamente este tipo de conductas. Si observas que tu hijo respeta el espacio personal de otra persona en un momento diferente, felicítalo con frases como: “Lucas, me encantó cómo le diste a Susana algo de espacio para abrir sus regalos en la fiesta.”
Cómo utilizar la comunicación no verbal para guiar el comportamiento de tu hijo
La comunicación no verbal resulta especialmente útil en situaciones donde el ruido, la distancia o el contexto dificultan las conversaciones verbales. Por ejemplo, puedes hacer uso de gestos simples como una sonrisa y un “pulgar hacia arriba” cuando tu hijo realiza una buena acción, como ganar un premio en la escuela o ayudar a un amigo en el patio de recreo.
Asimismo, cuando tu hijo actúe de una manera que no te gusta, puedes emplear expresiones faciales y lenguaje corporal para enviar un mensaje claro. Por ejemplo, puedes sacudir la cabeza o hacer un gesto con el pulgar hacia abajo.
Si necesitas corregir el comportamiento de tu hijo verbalmente, refuerza tus palabras con acciones no verbales. Por ejemplo:
- Utiliza un tono claro y firme, como: “Luis, estás siendo demasiado brusco con tus amigos. Por favor, deja de golpear las cosas.”
- Haz contacto visual constante y demuestra seriedad con tu expresión facial.
- Agáchate al nivel de tu hijo para establecer una conexión más personal y asegurarte de que te preste atención.
- Tócales suavemente el brazo o la mano para captar su atención si no está mirando hacia ti.
En situaciones donde el comportamiento de tu hijo pueda parecer divertido (por ejemplo, si dice algo como “Mamá es una caca”), es crucial evitar enviar mensajes mixtos. Aunque sea tentador reír, mantener una expresión seria y reafirmar lo que es aceptable con frases como: “En nuestra familia hablamos con respeto.”
Comunicación no verbal y su importancia en niños con necesidades especiales
El aprendizaje de la comunicación no verbal puede ser más desafiante para los niños con trastorno del espectro autista (TEA) u otras necesidades especiales, pero no por ello menos importante. En estos casos, los padres deben utilizar métodos específicos para fomentar el desarrollo de estas habilidades.
Un aspecto clave para los niños con TEA es enseñarles sobre el contacto visual. Puedes hacerlo sosteniendo objetos que desees que miren justo delante de tus ojos. Con el tiempo, este tipo de interacción se normaliza y el niño lo hace de manera más natural.
Algunos niños con sensibilidades sensoriales pueden sentirse incómodos con el contacto físico. En estos casos, considera alternativas no verbales para demostrar afecto, como aplaudir, guiñar un ojo o hacer un gesto de “pulgar hacia arriba”. Además, aplaude cualquier contacto positivo que el niño inicie, incluso si no es convencional; si te da un golpe en el brazo, por ejemplo, puedes convertirlo en un choque de manos amistoso.
Estrategias específicas para mejorar la comunicación no verbal en niños
Algunas estrategias prácticas que puedes implementar para ayudar a los niños a desarrollar su comunicación no verbal incluyen:
- Modelar el comportamiento deseado: Los niños aprenden observando. Asegúrate de mostrar expresiones faciales, gestos y posturas corporales positivas y coherentes con tus palabras.
- Incrementar la conciencia sobre el espacio personal: Usa actividades lúdicas para enseñar a tu hijo cuánto espacio es adecuado mantener en diferentes situaciones.
- Practicar la empatía: A través de cuentos interactivos, representaciones teatrales o juegos de roles, ayuda a tu hijo a reconocer y entender las emociones de los demás observando su lenguaje no verbal.
- Crear un ambiente seguro para la comunicación: Asegúrate de que tu hijo se sienta cómodo expresándose contigo. Fomenta una relación de confianza donde la comunicación sea abierta y positiva.
El impacto del entorno en la comunicación no verbal
Las dinámicas familiares y el entorno en el que el niño crece influyen directamente en su desarrollo de habilidades no verbales. Un ambiente seguro y cariñoso permite que los niños se sientan lo suficientemente confiados como para explorar y practicar dichas habilidades.
Por otro lado, situaciones de estrés o tensiones familiares pueden impactar negativamente. Asegúrate de minimizar estas influencias al mantener un tono amable, estableciendo rutinas claras y reforzando la comunicación positiva.
La comunicación no verbal es una herramienta poderosa para ayudar a los niños a expresarse y relacionarse con los demás. Un enfoque integral y consciente en su enseñanza garantiza que los niños adquieran no solo habilidades comunicativas efectivas, sino también una mayor empatía y confianza en sus interacciones diarias.