¿Me pasas la sal? Si, pero ¿cuál de todas?

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La sal es sal, pero existen varios tipos y cada uno nos aporta unos beneficios particulares. La sal comenzó siendo un artículo que se manejaba como moneda de cambio, de ahí viene el término de ‘salario’, porque los pagos se realizaban con este producto.

Hoy en día ha quedado relegado al consumo propio y se utiliza en la mayoría de las ocasiones como un condimento gastronómico. A pesar de estar en muchas ocasiones en el punto de mira porque el excesivo consumo de sal puede afectar a nuestra salud. 

Es importante saber qué tipos de sal existen y saber cuál es menos o más saludable, para que la próxima vez que se compre se elija en consecuencia. En general, debemos guiarnos por los artículos comestibles más naturales que encontremos en el mercado, porque la industria siempre está condicionada por los aspectos económicos y no los aspectos de salud.

Partiendo de esa base, debemos esforzarnos por mirar y leer bien los envases de los productos para evitar consumir condimentos nocivos. Dicho esto, empecemos a ver qué tipos de sal encontramos, cuáles son sus usos y qué le aporta a nuestro organismo.

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Tipos de sal

Sal de mesa

La sal de mesa, también denominada sal común, es fundamentalmente cloruro sódico, a este tipo en muchas ocasiones se le añade yodo y flúor, no se extrae de manera natural, el hombre mete mano en su proceso y en consecuencia, se le incorporan aditivos y conservantes que no se especifican en la etiqueta porque en este alimento no es obligatorio hacerlo.

Los especialistas apuntan que un exceso de consumo de este alimento puede provocarnos hipertensión, retención de líquidos o enfermedades cardiovasculares, por esta razón, debemos de tener muy en cuenta cuánta sal echamos a nuestros platos.

El consumo de sal se ha popularizado y se ha extendido desde hace muchísimos años, pero en realidad, no sería necesario echar ni pizca de sal a los platos que ingerimos porque éstos ya poseen cantidades de yodo y flúor necesarios, por ello, la sal queda relegada tan sólo a una cuestión de sabor.

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Sal marina sin refinar

Este tipo de sal se obtiene mediante la evaporación del agua de mar. Muchos la defienden porque el proceso de producción y extracción es natural, aunque las investigaciones al respecto apuntan que la sal de roca o la sal marina tienen los mismos componentes que la sal de mesa, es decir, el cloruro sódico.

Esta sal en cambio es de un color más grisáceo que la sal común. Contiene cloro, sodio, flúor, yodo y varios minerales esenciales. Al ser el cloruro sódico el componente más presente sigue siendo igual de dañino para la salud, por esta razón, hay que consumirla de manera muy consciente.

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Sal del Himalaya

Es imposible negar que se haya puesto de moda este tipo de sal, todos los que estamos un poco al tanto de las novedades dentro de la gastronomía y todos los aspectos sobre nutrición, hemos escuchado hablar sobre este tipo de sal.

La sal del Himalaya se caracteriza por tener un bonito color rosado, se ha hecho mucha publicidad con ella y se han exagerado sus propiedades. No procede ni mucho menos del Himalaya, sino de Pakistan y América Latina, saltó a la fama durante los años 90 y a día de hoy es muy fácil de encontrar en las tiendas. Esta sal se utiliza tanto para uso culinario, cosmético e incluso en la fabricación de lámparas.

En comparación con la sal común, ésta contiene más nutrientes saludables para nuestro organismo y olioelementos que hacen que su precio sea un tanto desorbitado.

Flor de sal

Las propiedades gastronómicas de esta sal se ha convertido en la sal por excelencia de los gourmets. Se consigue recogiendo la sal que se forma en la superficie de las salinas marinas. Se recolecta de la forma más tradicional y artesanal en el mediterráneo y atlántico. Es baja en cloruro sódico en comparación al resto y en sodio. No nos provoca esa incómoda retención de líquidos y posee un sabor menos salado. No se apelmaza y se disuelva fácilmente en el paladar.

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Ventajas e inconvenientes de la sal

Ventajas

La cantidad de sal recomendada que se debería consumir al día está en un mínimo de 500 mg y 2000 mg, teniendo en cuenta que una cucharadita serían 2000 mg. Nos ofrece una serie de beneficios que nos ayudan a mantener un cuerpo sano y saludable.

  • Mantiene un buen nivel hídrico
  • la sal se convierte en necesaria para tener digerir, metabolizar y absorber bien los nutrientes
  • Ayuda a mandar los impulsos nerviosos
  • Regula el pH del cuerpo
  • Mantiene los músculos en buen estado, entre ellos el corazón
  • Regula la presión sanguínea y favorece a las personas hipotensas

Inconvenientes

Entre las contraindicaciones que nos puede provocar encontramos:

  • Osteoporosis
  • Retención de líquidos
  • Hipertensión
  • Problemas renales
  • Enfermedades cardiovasculares

Como conclusión…

Si pensamos en la sal diremos siempre que la sal es buena, siempre y cuando no nos excedamos con su consumo. La sal se utiliza para condimentar nuestros platos ya que es un gran potenciador de sabor, intensifica los alimentos. Por ello, siempre es recomendable salar los platos una vez ya cocinados y preparados para controlar mejor las cantidades. Así como consumir sal de gran calidad y naturales recolectadas de manera natural.


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