Son las de toda la vida pero con un toque aromático muy especial. La fragancia de estas magdalenas con aroma a naranja y especias, te atraparán de inmediato. Son ideales para acompañar un café o un té, en la merienda o el desayuno.
Merece la pena probarlas porque, además de ser extremadamente suculentas, se elaboran muy rápido y de forma sencilla. De este modo, podemos tener un dulce casero delicioso a diario y para toda la familia. A veces la cocina nos regala recetas fáciles como esta, así que no deberías dejar pasar esta oportunidad.
Ingredientes:
(Para unas 9-10 unidades).
- 1 y 1/2 vasos de harina.
- 1/2 vaso de leche entera.
- 3/4 de vaso de azúcar.
- 1/4 de vaso de aceite de girasol.
- 2 huevos.
- 1 cucharadita rasa de bicarbonato.
- 1 cucharadita de canela molida.
- 1 cucharadita de jengibre molido.
- 1/2 cucharadita de nuez moscada.
- La ralladura de la piel de 1/2 naranja.
- Una pizca de sal.
- Azúcar glas para el toque final.
Preparación de las magdalenas:
Antes de comenzar con la elaboración, encendemos el horno a 200º C. con calor arriba y abajo, para precalentarlo.
Mientras tanto, batimos en un recipiente amplio los huevos junto al azúcar. Podemos hacerlo con unas varillas o con un tenedor. A continuación, agregamos el aceite y la leche y seguimos batiendo hasta que quede todo homogéneo.
Una vez integrados los ingredientes líquidos, pasamos a incorporar los ingredientes secos restantes. Añadimos a la mezcla, la harina, las especias, el bicarbonato, la ralladura de media naranja y una pizca de sal. Ahora mezclaremos más despacio que antes, para que la textura de las magdalenas no nos quede muy dura.
Repartimos la masa en los moldes para magdalenas (de silicona o papel) sin llenarlos hasta arriba. Dejaremos alrededor de un dedo sin llenar en la parte superior, para evitar que durante el horneado puedan derramarse.
Metemos las magdalenas en el horno y las cocemos unos 15 minutos, el tiempo de horneado dependerá del tamaño que tengan los moldes. Para comprobar que están listas, las pincharemos con un cuchillo o palillo.
Las sacamos del horno y las dejamos enfriar antes de consumirlas. Como toque final, espolvorearemos azúcar glas por encima para adornar.