¿Buscas una receta sencilla, deliciosa y rápida de preparar? Los macarrones con nata y espinacas son la solución ideal para esos días en los que no tienes mucho tiempo pero quieres algo reconfortante y nutritivo. Este plato combina el delicioso sabor de la pasta con los beneficios de las espinacas y la cremosidad de la nata. Además, es muy versátil y puedes ajustarlo a tus gustos personales añadiendo ingredientes extra o variando los tipos de queso.
¿Por qué elegir esta receta?
Además de ser muy simple de preparar, esta receta destaca por ser económica y por utilizar ingredientes que probablemente ya tengas en casa. Las espinacas son altamente valoradas por sus propiedades nutricionales, ya que son ricas en hierro, vitaminas A y C, y antioxidantes. Al combinarlas con la nata y la pasta, obtienes un plato completo, equilibrado y perfecto para compartir en familia.
Otra ventaja es su adaptabilidad, ya que puedes añadirle ingredientes como bacon o jamón serrano, si prefieres un toque más salado, o incluso optar por versiones veganas sustituyendo la nata por crema de anacardos y el queso parmesano por opciones veganas.
Ingredientes
Para dos personas, necesitarás:
- 2 vasos de macarrones (puedes optar por pasta integral o sin gluten según tus necesidades).
- 50 gramos de espinacas frescas.
- 200 ml de nata para cocinar.
- 1 tomate natural, maduro y sin piel.
- 2 dientes de ajo.
- 50 gramos de queso parmesano rallado (u otro queso de tu preferencia).
- Sal y pimienta al gusto.
- Aceite de oliva virgen extra.
Preparación paso a paso
1. Cocción de la pasta
En una cacerola grande, hierve abundante agua con una pizca de sal y un chorrito de aceite de oliva. Cocina los macarrones según las indicaciones del paquete, asegurándote de dejarlos al punto «al dente» para un mejor resultado. Una vez cocidos, escúrrelos y resérvalos.
2. Preparación de la salsa de espinacas y nata
Mientras cueces la pasta, dedica unos minutos a preparar la salsa. Comienza lavando bien las hojas de espinacas. Retira el tallo si es muy grueso. Pela el tomate y córtalo en cubos pequeños. Pica finamente los dientes de ajo.
Calienta un poco de aceite de oliva en una sartén amplia a fuego medio. Añade el ajo y sofríelo hasta que libere su aroma, pero sin que se llegue a dorar demasiado para evitar sabores amargos. Luego, incorpora el tomate y las espinacas. Saltea durante unos minutos, removiendo continuamente hasta que las espinacas se hayan pochado y el tomate se haya integrado.
Agrega la nata a la sartén, mezcla bien y condimenta con sal y pimienta al gusto. Cocina durante unos cinco minutos más a fuego bajo, permitiendo que los sabores se mezclen y la salsa espese ligeramente. Si prefieres una salsa más cremosa, puedes añadir un poco más de nata o queso rallado en este paso.
3. Integración de la pasta con la salsa
Cuando la salsa esté lista, añade los macarrones escurridos a la sartén. Remueve bien para que la salsa impregne toda la pasta. Cocina a fuego bajo durante uno o dos minutos para que se calienten y los sabores se integren a la perfección.
4. Emplatado y toque final
Sirve los macarrones en platos individuales y espolvorea queso parmesano rallado por encima. Si prefieres una textura más gratinada, puedes colocar los macarrones en una fuente para horno, cubrirlos con queso rallado y gratinarlos a 200 ºC durante unos minutos hasta que el queso se derrita y tome un ligero color dorado.
Para un toque fresco, puedes añadir un poco de ralladura de limón o unas hojas de albahaca recién picadas antes de servir.
Consejos y variaciones
- Para una versión más saludable, utiliza pasta integral o de legumbres y nata baja en grasa.
- Si deseas un sabor más intenso, prueba con queso emmental o mozzarella en lugar de parmesano.
- ¿Te gustan los platos con un toque picante? Agrega una pizca de guindilla o ají molido a la salsa.
- Si te encantan las espinacas, no te pierdas otras recetas deliciosas como espinacas gratinadas o ideas para incluir espinacas en tu menú semanal.
Los macarrones con nata y espinacas son un ejemplo perfecto de cómo la sencillez puede convertirse en un plato gourmet. Con pocos ingredientes y en muy poco tiempo, conseguirás un resultado que encantará a toda la familia, incluso a los menos aficionados a las verduras. No dudes en hacer esta receta y experimentar con los ingredientes para adaptarla a tu gusto personal.