Dar ultimátums de manera habitual a la pareja, es una forma de chantaje emocional bastante claro además de ser un tipo de maltrato psicológico. Con ello se busca cierta limitación de los derechos de la persona sometida y ejercer un control total de su vida. Lo que esta claro es que hay un veto a la libertad que no se debe permitir bajo ningún concepto.
En el siguiente artículo te hablamos de los últimatums en las relaciones de pareja y de la causa de los mismos.
El ultimátum como manera de controlar a la pareja
La persona que recibe los ultimátums por parte de la pareja se encuentra sometida a un control total y a una coacción que acaba por pasarle factura a nivel emocional. Con dichos ultimátums se persigue coaccionar la libertad de la pareja y controlar todas sus acciones y movimientos. La amenaza suele ser algo habitual dentro del día a día de la pareja, provocando cierto desprecio hacia la parte sometida.
Características de la persona que recurre a los ultimátums
Las personas que acuden de manera habitual a los ultimátums suelen tener una serie de características bien claras:
- Se trata de una persona que tiene una necesidad imperiosa por controlar la vida de la pareja.
- Carece de habilidades comunicativas por lo que recurre a la amenaza y a la coacción hacia la pareja.
- Tiene poca capacidad para poder manejar la ira y para poder hablar con la pareja.
- Suele ser una persona con algún tipo de trastorno como el límite de la personalidad además de ser narcisista y egocéntrico.
- La falta de confianza y de seguridad es algo evidente.
- Tiene una falta de autoestima bastante clara.
- Hay una fuerte dependencia emocional hacia la pareja.
¿Pueden llegar a ser los ultimátums adecuados en una relación?
No cade duda de que acudir de manera habitual a los ultimátums dentro de la pareja, es un tipo de maltrato psicológico y emocional. No se puede vivir con alguien que lanza de manera habitual amenazas y que mantiene coaccionada a la pareja. Se trata de una relación de pareja tóxica en la que apenas hay valores y en la que hay una falta de comunicación evidente.
Sin embargo hay veces en el que un ultimátum puede llegar a resultar válido y adecuado. En primer lugar debe ser puntual y no algo habitual. Y en segundo lugar se puede lanzar tal ultimátum cuando la pareja tiene ciertas conductas que pueden dañar el vínculo creado. Con dicho ultimátum se pretende que haya un cambio drástico dentro de la pareja que ayude a fortalecer tal nexo de unión.
En definitiva, el ultimátum dentro de la pareja no se debe permitir, sobre todo cuando se convierte en algo habitual y con el fin de limitar la libertad y los derechos de la pareja. Hay ciertos casos en los que dichos ultimátums son un recurso puntual para conseguir que la pareja cambie y sea capaz de modificar ciertas conductas inadecuadas e inapropiadas. Fuera de estas situaciones, el ultimatúm no tiene ningún tipo de sentido y provoca un daño emocional bastante importante en la pareja.