
El debate sobre la estética y los cánones de belleza impuestos a las mujeres no es nuevo, pero pocas cuestiones generan tanta polarización como el tema del vello en las axilas. La depilación de las mujeres ha sido considerada durante décadas casi una obligación social en muchas culturas occidentales. Sin embargo, un movimiento creciente aboga por la naturalidad y la aceptación del cuerpo tal como es, con su vello incluido. La pregunta es inevitable: ¿puede una mujer ser considerada sexy si no se afeita los sobacos? Y, más importante aún, ¿por qué sigue siendo un tema tan controvertido?
El vello en las axilas y la percepción social
Históricamente, la depilación en las mujeres tiene sus raíces en cánones estéticos que comenzaron a imponerse en occidente durante el siglo XX. Durante los años 20, tras la creación de anuncios dirigidos a mujeres que mostraban axilas suaves y libres de vello, muchas comenzaron a adoptarlo como norma. Pero, ¿por qué? La respuesta está en el marketing y la creación de una nueva necesidad en una época en la que la moda de las prendas más ligeras y sin mangas comenzó a popularizarse. El vello pasó de ser algo natural a ser visto como «poco femenino» y «poco higiénico».
Hoy, gracias a movimientos feministas y sociales que abogan por la libre decisión, más mujeres se sienten empoderadas para decidir si desean o no remover su vello corporal. Sin embargo, aún existen muchas opiniones opuestas. Los debates en redes sociales, fotografías virales de famosas con axilas sin depilar y experimentos sociales, como los liderados por la profesora Breanne Fahs de la Universidad Estatal de Arizona, evidencian lo dividido que sigue estando este tema.
¿Por qué existe esta presión sobre las mujeres?
El vello en las axilas es normal en hombres y mujeres. No obstante, la presión hacia las mujeres para eliminarlo se relaciona con una imagen social idealizada de la mujer «suave» y «perfectamente arreglada». Esta expectativa, creada en gran medida por la publicidad, continúa reforzando ciertos estereotipos de género. Por ejemplo, se asume que una mujer con axilas sin depilar es poco cuidada o incluso sucia. Sin embargo, expertos como la dermatóloga Mayte Truchuelo aclaran que el vello cumple una función biológica importante, como ser una barrera protectora frente a bacterias y proteger la piel de irritaciones.
Una de las razones más escuchadas para promover la depilación es la «higiene», pero ¿realmente es más limpio? Según la dermatóloga Mayte Truchuelo, es un error pensar que el vello es antihigiénico. Todo lo contrario: el vello actúa como una barrera natural que protege la piel de infecciones. Eso sí, su presencia puede favorecer la acumulación de sudor y bacterias, lo que potencia el mal olor si no se tiene una higiene adecuada. Por eso es importante limpiar la zona con regularidad, ya sea que tengas o no vello.
Por otro lado, las glándulas apocrinas presentes en las axilas son las responsables de producir el sudor que, al ser descompuesto por bacterias, genera un olor desagradable. Al depilarse, se reduce la superficie donde estas bacterias pueden proliferar, pero esto no significa que la depilación sea una necesidad médica. Es más, las personas que se depilan intensivamente pueden estar eliminando una protección natural esencial.
Métodos de depilación y su impacto
- Rasurado: Es el método más común y rápido, pero puede causar irritación y cortes si no se realiza con cuidado y utilizando productos adecuados.
- Cera: Proporciona un efecto más duradero, ya que arranca el pelo desde la raíz. Sin embargo, puede resultar doloroso y en algunos casos causar pelos enquistados.
- Luz pulsada o láser: Ideal para quienes buscan resultados a largo plazo y están dispuestas a invertir en sesiones especializadas. Estos métodos reducen significativamente el crecimiento del vello.
- Depilación con azúcar: Una técnica más natural y menos agresiva que la cera tradicional, aunque también requiere habilidad para aplicarla correctamente.
Vello, feminismo y aceptación personal
El movimiento #FreeThePit y variantes similares han inspirado a mujeres a replantearse por qué se depilan y si realmente lo hacen por elección propia o como respuesta a presiones sociales. En este contexto, el vello en las axilas se convierte en un símbolo de empoderamiento, una reafirmación de que las mujeres pueden y deben decidir sobre sus propios cuerpos sin temor al juicio externo.
Sin embargo, esto no significa que quienes eligen depilarse estén equivocadas o sean menos feministas. La verdadera cuestión radica en la libertad de decidir y en no imponer patrones únicos de belleza ni a quienes se depilan ni a quienes no lo hacen.
El debate sobre el vello en las axilas es mucho más que una discusión estética. Se trata de cuestionar estereotipos, entender las funciones biológicas del cuerpo y respetar las decisiones personales de cada individuo. Aunque los estándares sociales no cambian de un día para otro, cada vez más mujeres están redefiniendo lo que significa ser «femenina» y «sexy», dejando claro que no es el vello lo que define su atractivo. La confianza y la autenticidad son las características más irresistibles de todas.




