Acabar con los gases y la tripa hinchada sí que es posible si sigues a rajatabla una serie de trucos. Es cierto que a veces se nos pueden resistir más que otras, pero finalmente conseguiremos dar en la diana y olvidarnos de esas digestiones tan pesadas que hacen que nuestra barriga parezca que va a explotar de un momento a otro.
Quizás no a todos nos funcionan las mismas técnicas y por eso, hemos hecho una selección de varias alternativas para que puedas ir probando hasta dar en la diana. Simplemente con cambios en tu alimentación así como un estilo de vida más en equilibrio, seguro que conseguirás tu objetivo. Así que, no debes esperar más y sí ponerle remedio cuanto antes con todo lo que sigue.
Trucos para acabar con los gases y la tripa hinchada: comer despacio
Es uno de esos trucos que todos sabemos pero que a veces no lo llevamos a cabo. Porque nos sentamos hambrientos en la mesa y miramos el reloj porque tenemos que volver a salir de nuevo. Así que eso hace que tengamos una digestión de lo más pesada. Comer despacio, masticar bien y saborear son pasos vitales para olvidarnos de la hinchazón tras haber comido. Las personas que comen rápidamente suelen tragar más aire, lo cual contribuye a la formación de gases en el estómago. Masticar cada bocado al menos 30 veces puede ser una buena práctica para mejorar la digestión.
Más lácteos: yogures y kéfir como aliados
Pueden ser sin lactosa, para evitar problemas, especialmente si padeces intolerancia a la lactosa. Pero a grandes rasgos te diremos que los lácteos son los que nos ayudan a que nuestra flora intestinal funcione a la perfección, de manera que lo notaremos en las digestiones. Por ejemplo, los yogures naturales contienen probióticos, que son bacterias beneficiosas para el intestino. También el kéfir es una excelente opción como alternativa lactosa funcional, ya que ayuda a equilibrar la microbiota intestinal. Incorporarlos a tu dieta diaria puede marcar la diferencia.
Evita las frituras o alimentos grasientos
A la hora de preparar los alimentos también debemos tener un especial cuidado. Porque ya sabemos que los fritos llevan una cantidad excesiva de aceite que no es saludable en general, pero menos para nuestra digestión en particular. La grasa retrasa la digestión, permitiendo que los alimentos fermenten más tiempo en el intestino y generen gases. Probar opciones como cocinar al horno, a la plancha o con freidora de aire, utilizando solo una mínima cantidad de aceite, ayudará a tus digestiones sin sacrificar el sabor.
Tomar infusiones
En este caso llevamos dos trucos en uno mismo. Por un lado, es vital mantenernos bien hidratados para fomentar el equilibrio en nuestro cuerpo. Por otro, algunas infusiones pueden hacer maravillas para una mejor digestión. Algunas de las más propicias son las de laurel, menta o manzanilla. Así mismo, la infusión de jengibre es otra opción muy efectiva, ya que no solo estimula la digestión, sino que también reduce las náuseas y los gases acumulados en el tracto gastrointestinal.
Prefiere verduras cocidas
Es cierto que nos encantan las ensaladas y que las verduras tienen que formar parte de nuestra dieta, pero en este caso vamos a evitar los alimentos crudos. Mejor que tomes verduras cocidas, ya que son más fáciles de digerir y producen menos gases. Una buena opción es preparar purés, cremas o incluso acompañarlas con arroz o lentejas.
Distribuye las comidas a lo largo del día
A veces, por falta de tiempo, solemos hacer menos comidas de las que necesitamos, lo que puede resultar en una gran ingesta durante una única comida principal. Esto provoca una digestión más pesada y genera gases. La solución está en hacer varias comidas pequeñas y ligeras a lo largo del día, lo que permitirá que el sistema digestivo trabaje de manera más eficiente. Llevar snacks saludables como frutos secos o frutas enteras puede ser de gran ayuda.
Evita alimentos problemáticos
Algunos alimentos son más propensos a causar gases en ciertas personas. Entre los principales culpables están las legumbres, los vegetales crucíferos como brócoli y coliflor, y los productos lácteos en caso de intolerancia a la lactosa. Puedes introducir estos alimentos poco a poco o prepararlos de maneras que reduzcan sus efectos, como remojarlos previamente o añadir especias digestivas como el comino.
Realiza ejercicio regularmente
El ejercicio suave, como caminar después de las comidas, puede ser un excelente remedio para aliviar los gases y prevenir la hinchazón. Actividades como el yoga también son muy eficaces, ya que algunas posturas ayudan específicamente a liberar gases atrapados en el intestino.
Con estos consejos podrás notar un gran cambio en tu calidad de vida. Adoptar estas medidas no solo aliviará los síntomas sino que mejorará tu bienestar general, haciendo que cada comida sea más placentera y reduciendo esa incómoda hinchazón abdominal.