Los adolescentes necesitan sentirse necesarios. A todos los padres les encanta ver a sus hijos riendo, teniendo amigos y disfrutando de tiempo para ellos mismos. Pero en muchas ocasiones, los padres se olvidan de algo mucho más importante en el desarrollo de los adolescentes: que se sientan necesarios.
Pertenecemos a una red social
Las personas despertamos cada mañana sabiendo y sintiendo que hay personas que cuentan con nosotros y, por tanto, es una razón para comenzar cada día. No es un secreto que las personas son menos propensas a sentirse irrelevantes e incluso a deprimirse si sienten que se les necesita y se cuenta con ellos. Además, los padres, en su esfuerzo por no exigir demasiado a sus hijos, a menudo les dan poca responsabilidad en el hogar y en la familia. Esto es un problema que puede causar estragos a corto y largo plazo.
Los niños necesitan saber que son miembros imprescindibles de su núcleo familiar, independientemente de qué y de quién forme parte la familia. No estamos hablando de darles dinero por hacer sus tareas, ni mucho menos. Las recompensas deben ser el maravilloso sentimiento de logro, la gratitud de los padres y el aprendizaje de que una comunidad o familia depende del buen funcionamiento de todo el equipo.
Involucrar a los adolescentes en las tareas
Cuando los adolescentes se involucran en las tareas y quehaceres domésticos, aunque al principio se resistan un poco (sobre todo si no tienen costumbre de hacerlo porque siempre se lo han hecho todo), finalmente se sentirán mejor consigo mismos y la familia comenzará a sentirse más unida.
Los adolescentes pueden incluso molestarse si alguien hace el trabajo que ellos tenían asignado y que saben que pueden realizar bien. Hacer los quehaceres mejora la autoestima cuando todos sienten que su contribución es valiosa. Nos referimos a las tareas diarias que no requieren mucho tiempo pero que se logran rápidamente y no son necesariamente extenuantes.
Las tareas deben ajustarse a la edad de tus hijos
Dependiendo de la edad de tus hijos, deberás pensar en las tareas más adecuadas según sus capacidades reales. Para los adolescentes más jóvenes, se pueden encargar tareas simples como cargar el lavavajillas, poner la mesa, alimentar, barrer o tal vez poner los platos en el fregadero. Para los adolescentes mayores, considera tareas como pasear al perro, hacer algunas compras en el supermercado, ayudar a un hermano menor con la tarea o incluso cocinar o preparar el desayuno. Las tareas que les asignes deben estar adecuadas a su edad y desarrollo.
No necesitas criar a hijos que consigan una titulación pero que solo se centren en ellos mismos y sus necesidades, sin salir nunca de la etapa egocéntrica. Los hijos deben tener una buena idea de responsabilidad hacia los demás y hacia las comunidades en las que viven. No olvidemos que los buenos hábitos comienzan en casa y se aprenden de los padres.
¡Tus hijos adolescentes necesitan las tareas domésticas aunque al principio refunfuñen! Además, es una excelente oportunidad para enseñarles habilidades útiles para la vida adulta, como la planificación, la responsabilidad y el trabajo en equipo. Este aprendizaje será fundamental para que se conviertan en adultos independientes y responsables.