La tecnología juega un papel importante en nuestra vida cotidiana. Aunque puede hacer la vida más fácil, los padres deben tener en cuenta el impacto negativo que tiene en el desarrollo de sus hijos. La tecnología ha revolucionado por completo el mundo en el que vivimos actualmente. Afecta a casi todo lo que hacemos, desde los pagos que ahora se hacen a través de transferencias desde el ordenador de casa, las investigaciones, las compras… absolutamente todo.
Incluso los padres, en la actualidad también usan la tecnología para criar a sus hijos. Desgraciadamente, en muchas ocasiones la tecnología hace de ‘canguro’ a padres cansados o desesperados por un momento de tranquilidad. El uso excesivo de tecnología puede ser complicado e incluso peligroso para el desarrollo de los niños.
La tecnología afecta al desarrollo
La tecnología afecta al desarrollo de los niños, pierden su sentido de la iniciativa y también pierden su creatividad cuando se exponen demasiado tiempo durante el día a las pantallas. Por este motivo es necesario que los padres se lo piensen dos veces antes de dejar a sus hijos frente al televisor toda la tarde o con una tablet entre las manos.
Aunque la tecnología es parte de nuestras vidas, necesitamos frenar el uso de estos dispositivos en las rutinas de los niños. Es necesario limitar su consumo para que las necesidades y el desarrollo de un niño no se vea extremadamente perjudicado.
La tecnología NO es una niñera
Es necesario recordar que la tecnología no es la niñera de los niños. Los pequeños y no tan pequeños de la casa necesitan pasar tiempo de calidad con sus padres para poder tener un buen equilibrio emocional. Sí, de vez en cuando y controlando el tiempo no tiene por qué ser muy perjudicial, pero pasar demasiado tiempo viendo películas, en el ordenador o con la tablet, impedirá que el niño pueda tener buenas habilidades sociales e incluso que se merme su capacidad de interactuar con amigos y familiares. Incluso la relación con los adultos, como los maestros se puede ver perjudicada.
El tiempo frente a la pantalla puede ser realmente adictivo porque estimula la secreción de sustancias químicas desde el centro del placer del cerebro, por eso es necesario limitarlo y que el tiempo que los niños estén frente a las pantallas esté limitado.
Para que el niño pueda desarrollarse adecuadamente necesitarán pasar tiempo con personas reales y no solo en un mundo virtual. La moderación entre pantalla y la vida real es muy importante. Ningún dispositivo electrónico debe sustituir el amor de un padre o una madre.
NUNCA un dispositivo electrónico debe ser una ‘niñera’ de los niños. Los niños realmente disfrutan pasando tiempo de calidad con sus padres y cuando ellos no están se les puede quedar un vacío emocional que no se puede llenar con un dispositivo electrónico.
La regulación y la disciplina son necesarias en la educación de los hijos, por eso es importante que el uso de dispositivos electrónicos no sean una muleta emocional. La tecnología roba a los niños de las experiencias de la vida real esenciales para su desarrollo. Ellos aprenden mejor a través de experiencias concretas de aprendizaje con personas reales y juguetes reales en tiempo real.
Las experiencias directas en los niños, con personas y juguetes reales les hará poder disfrutar de experiencias multisensoriales en el mundo. La tecnología tiene mucho que ofrecer, y eso es cierto, pero los pequeños necesitan primero establecer su desarrollo, y una vez que lo haya aprendido, entonces, será cuando se les deba enseñar un uso adecuado de las tecnologías en sus vidas.