En pleno verano las urgencias pediátricas se llenan de casos muy habituales relacionados con el verano. Desde otitis, problemas gástricos, infecciones varias, resfriados e incluso alguno de los problemas más comunes del verano, el golpe de calor o la insolación. Son muchos los riesgos y en cada caso pueden ser de diversa gravedad. Por ello, es muy importante extremar las precauciones para evitar que un despiste estropee un verano lleno de emociones.
Con los niños nunca se puede uno despistar ni un solo momento, porque en un segundo ocurren todo tipo de accidentes. En la piscina o la playa, mil ojos son insuficientes porque los peligros acechan irremediablemente. Al comer fuera de casa pueden darse todo tipo de afecciones estomacales por mal estado de los alimentos. O sencillamente, puede aparecer una dolorosa o molesta otitis por pasar demasiado tiempo en remojo.
Urgencias infantiles del verano
La falta de rutinas es natural en el verano, los niños tienen por delante algunas semanas para desconectar y dejar atrás todo el trabajo del colegio y sus obligaciones. Pero con ello a veces surgen despistes que pueden llevarlos a urgencias y pasar un mal rato. Para prevenir esta visita al médico, es fundamental tener cuidado con ciertas cosas que sabemos de antemano que pueden acabar en urgencias. Estas son alguna de las urgencias infantiles más comunes en verano.
La otitis
Una de las enfermedades más frecuentes en los niños durante el verano. Hace mucho calor, están en la piscina y solo tienen ganas de estar en remojo, jugando en el agua. El problema es que el agua al entrar en el oído se genera un exceso de humedad, que es el lugar perfecto para que proliferen todo tipo de bacterias y hongos. Lo mejor para prevenir la otitis es secar muy bien los oídos después de salir del agua y espaciar los baños entre una y dos horas para que la cavidad auditiva se seque por completo.
Gastroenteritis
La reina de las infecciones gástricas y una de las más peligrosas en niños pequeños. La gastroenteritis puede estar causada por un virus o una bacteria y en casos más raros por una intoxicación alimentaria. En niños pequeños y bebés puede resultar muy grave, por lo que hay que acudir al pediatra rápidamente para evitar la deshidratación.
Entre las medidas preventivas se encuentran por un lugar, la higiene, los niños deben lavarse las manos muy bien antes de comer. Por otra parte, es esencial vigilar los alimentos que se consumen, procurando que los más sensibles como la carne, el pescado, los huevos o salsas preparadas con alimentos crudos, se mantengan siempre refrigerados y no se rompa la cadena de frío.
Trastornos del calor
Los trastornos del calor más habituales son la insolación y el golpe de calor. Aunque parecen lo mismo no lo son, tienen características similares pero gravedades diferentes. Sin embargo, un golpe de calor puede provocar un grave fallo multiorgánico con consecuencias muy severas. Por lo que es fundamental evitar la exposición al sol en las horas más calurosas, proteger bien a los niños tanto con crema solar como con sombreros y ropa adecuada. Así como se debe vigilar que no pasen mucho tiempo al sol para que no sufran un trastorno del calor.
Las picaduras de insectos
Aunque en principio no son graves, algunas picaduras de insectos pueden provocar reacción en la piel de los niños y llevarlos a pasar por el pediatra en pleno verano. Cuando jueguen en la calle deben evitar lugares donde se estanque el agua, no jugar con los insectos y proteger su piel con insecticida apropiado para su edad.
Con algo de precaución es posible pasar el verano sin sufrir las molestias de tener que pasar por los servicios de urgencias pediátricas. Además de estar muy pendiente de tus hijos, ya que el calor, la piscina o la propia comida que toman pueden causar un problema de salud. También es esencial enseñarlos a cuidar de su propia salud, sabiendo que deben protegerse del sol, que deben lavarse muy bien las manos, tomar mucha agua y tener cuidado con los lugares donde juegan. Toma nota de estos consejos para prevenir las urgencias infantiles más comunes en verano.