Son muchos niños los que necesitan gafas porque tienen dificultades en su visión y esto puede repercutir negativamente en su desarrollo escolar y social. Detectar y abordar problemas de visión es esencial para mejorar el aprendizaje, la atención y el comportamiento en el entorno educativo. Si tu hijo necesita gafas, resulta fundamental considerar diversos factores para garantizar una experiencia cómoda y positiva. Este artículo profundiza en consejos clave y cuidados esenciales para elegir y mantener las gafas de los niños, asegurando su bienestar visual y emocional.
Importancia de las revisiones oftalmológicas en niños
Las revisiones oftalmológicas son cruciales para detectar problemas de visión a tiempo. Según los expertos, los niños deberían visitar al oculista por primera vez entre los 6 meses y el primer año de vida. Si durante esta primera revisión no se detectan problemas, una nueva evaluación debe realizarse a los tres años y, posteriormente, antes de iniciar la escuela primaria, alrededor de los 5 o 6 años.
Señales de alerta que indican problemas de visión:
- Dolores de cabeza frecuentes.
- Falta de atención en clase.
- Confusión entre letras al leer.
- Costumbre de guiñar los ojos para enfocar.
En caso de observar alguno de estos síntomas, es fundamental realizar una revisión oftalmológica para descartar condiciones como miopía, hipermetropía, astigmatismo, estrabismo o ambliopía, también conocida como «ojo vago».
La visión y el aprendizaje
Tener una visión saludable no solo mejora el rendimiento escolar, sino que también contribuye al desarrollo emocional del niño. En ocasiones, problemas de atención o comportamiento pueden estar relacionados con déficits visuales, como:
- Problemas de enfoque.
- Visión doble.
- Estrabismo.
- Torpeza motora debido a dificultades visomotoras.
En ciertos casos, la terapia visual puede ser beneficiosa. Esta terapia incluye ejercicios específicos supervisados por un médico optometrista pediátrico, así como el uso de herramientas como gafas, prismas o filtros. Si no se trata de un problema visual, el médico puede derivar a los padres a otros especialistas para abordar posibles dificultades de aprendizaje o desarrollo.
Eligiendo la montura perfecta
Las monturas de las gafas son un factor crucial, ya que deben ser cómodas, resistentes y ajustarse correctamente al rostro del niño. Aquí algunos consejos para elegir la montura más adecuada:
- Materiales: Las monturas metálicas son ligeras y ajustables, pero pueden doblarse con facilidad. Por otro lado, las de plástico son mejores para niños pequeños, ya que no se deforman tan fácilmente, aunque las bisagras son más propensas a romperse. Para los más pequeños, las molduras de nylon flexible son altamente recomendables porque no tienen bisagras y son completamente flexibles.
- Puente nasal: Es crucial que las gafas tengan un puente adecuado al tamaño y forma de la nariz del niño. Las gafas con puente bajo o invertido son ideales para niños pequeños, ya que no tienen el puente nasal completamente desarrollado.
- Varillas: Deben ser ajustables y flexibles para evitar lesiones o marcas en la piel. Las varillas deportivas, con un diseño que envuelve la oreja o se ajusta con una cinta elástica, pueden ser ideales para actividades físicas.
- Estilo: Permitir que el niño participe en la elección de la montura es importante para fomentar su aceptación y compromiso con el uso de las gafas.
Lentes para niños: Seguridad y funcionalidad
Los lentes son, indudablemente, una parte esencial de las gafas. Para los niños, lo ideal es optar por lentes orgánicas de policarbonato, ya que son más resistentes a los impactos y ofrecen protección contra los rayos ultravioleta (UV). Además, es recomendable añadir recubrimientos antirayaduras y antirreflejantes para una mayor durabilidad y comodidad visual.
Otras recomendaciones clave:
- Evitar lentes de cristal, ya que pueden ser peligrosas en caso de rotura.
- Considerar lentes fotocromáticas si el niño pasa mucho tiempo al aire libre, ya que se oscurecen automáticamente con la luz solar.
Cuidados básicos para gafas infantiles
Los niños deben aprender desde pequeños la importancia de cuidar sus gafas para prolongar su vida útil. Algunos consejos para enseñarles a mantener sus gafas en buen estado incluyen:
- Usar ambas manos para colocárselas o retirarlas.
- Limpiarlas con agua y jabón neutro, evitando el uso de prendas que puedan rayar los cristales.
- Guardar siempre las gafas en su funda cuando no las utilicen.
- Evitar dejarlas expuestas a temperaturas extremas, como dentro del coche al sol.
¿Cuándo y cómo deben usarse las gafas?
El uso de las gafas dependerá del problema visual del niño. Por ejemplo, los niños miopes suelen usarlas para ver de lejos, mientras que los hipermétropes las necesitan para leer o realizar tareas cercanas. En los casos más graves, como el estrabismo, las gafas deben llevarse todo el tiempo.
Consideraciones importantes:
- Si el niño practica deportes, es recomendable consultar al oculista sobre gafas específicas que ofrezcan mayor resistencia y seguridad.
- Comunicar a los profesores la importancia de que el niño mantenga las gafas puestas en clase.
¿Qué hacer si las gafas se pierden o rompen?
Acepta que, inevitablemente, los niños pueden perder o romper sus gafas. Para estar preparados, es aconsejable tener un par de repuesto si la economía familiar lo permite. Además, algunos establecimientos ofrecen garantías que cubren daños o pérdidas, lo cual puede ser una inversión valiosa.
Motivando al niño a usar gafas
Involucrar al niño en la elección de sus gafas y destacar sus beneficios puede facilitar la adaptación. Refuerza su autoestima recordándoles que las gafas no solo son útiles sino también un accesorio moderno y atractivo.
Consejos adicionales:
- Haz que las gafas sean parte de su rutina diaria, como cepillarse los dientes.
- Refuerza positivamente cada vez que las usen correctamente.
Cuidar de la salud visual de los niños es esencial para su desarrollo integral. Elegir las gafas adecuadas, enseñarles a cuidarlas y realizar revisiones periódicas son aspectos clave para garantizar una experiencia positiva. Con estos consejos, podrás asegurar que tu hijo cuente con las herramientas necesarias para ver el mundo con claridad y confianza.
La mía lleva gafas desde que tenía nueve meses, desde que empezó a abrir los ojos yo veía que bizqueaba mucho y aunque el pediatra decía que era normal, la llevé a un oftalmólogo privado. Tenía hipermetropía alta, así que le pusimos las gafas en seguida, tuvimos que remover Roma con Santiago para encontrar unas de su talla. Ahora tiene cuatro años y está acostumbradísima a sus gafas, se las pone nada más despertarse, eso sí, le pusieron parche hace unos meses porque se le hacía el ojo vago y no le gusta nada, cada vez que le toca el parche protesta.