Hemos aprendido a relacionar nuestra alimentación y nuestra salud. Sin embargo, aun no somos de todo conscientes de que nuestra forma de alimentarnos afecta también a nuestro entorno. La producción de alimentos es, de hecho, uno de los factores con mayor impacto en la pérdida de hábitat y biodiversidad del planeta.
Afrontar las preocupaciones ambientales asociadas a la producción y consumo de alimentos es cosa de todos. Pero, ¿qué podemos hacer para que nuestra alimentación sea sostenible? Algunos gestos sencillos como incluir mas frutas y verduras de cercanía en nuestro menú y moderar el consumo de carnes rojas y procesadas es un buen comienzo. Pero no son estas las únicas claves para una alimentación sostenible.
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Valorar el impacto ambiental de los alimentos
Los alimentos deben ser producidos, procesados y transportados. Procesos que contribuyen a aumentar las emisiones de gases de efecto invernadero. La agricultura es, de hecho, responsable de alrededor de un tercio del total de las emisiones, ¿eras consciente de ello?
Un estudio publicado en Science en 2018 revelaba cómo los productos animales, como la carne, los lácteos y el pescado de piscifactoría, eran aquellos que generan más emisiones contaminantes al medio ambiente. Mencionaba este estudio también el cultivo de la soja, ligado a la degradación de los suelos, la contaminación de ríos y acuíferos y la deforestación.
Diferentes variables de su cadena de producción, como las relacionadas con el uso de agua, suelo y emisiones aportan información no solo sobre la productividad sino además sobre el impacto en el medio ambiente. A partir de estas y otras variables se han elaborado diferentes gráficas que nos permiten conocer de un solo golpe de vista que alimentos con mas perjudiciales y las que todos debiéramos echar un vistazo.
Reducir el consumo de carnes
El consumo de proteínas se ha reducido en España, sin embargo, aun ingerimos más proteínas de las que la OMS considera necesarias: 52,5 gramos al día, para un adulto sano de 70 kg de peso. Además, el 60% de las proteínas que consumimos son de origen animal, teniendo la carne roja un relevante protagonismo.
Un exceso que repercute tanto en la salud como en el medioambiente, ya que la carne es responsable de alrededor del 30 % de la huella de carbono de los hogares. ¿No es una buena razón para disminuir su consumo? Una buena forma de empezar es comprometiéndote con el movimiento «Lunes sin carne» que te obligará a aumentar el consumo de alimentos vegetales.
Aumentar el consumo de alimentos vegetales
Reducir el consumo de carne tendrá un efecto positivo en el consumo de alimentos de origen vegetal. Dar a los vegetales un papel protagonista y dejar de pensar en ellos solo como un acompañamiento o guarnición es clave para una alimentación mas sostenible.
Frutas, verduras, legumbres… Aprender a cocinarlas de diferentes formas es importante para no aburrirnos. Cocidas, al vapor, a la parilla u horneadas… podrás incorporarlas a ensaladas, cremas, guisos, empanadas, untables… ¡No será por posibilidades!
Respetar la temporalidad y apostar por producto local
Cuando consumimos frutas y verduras de temporada y producción local estamos evitando el transporte de lejanía, lo que favorece el cuidado del medio ambiente. Al elegir estos productos disminuye, además, el tiempo que pasa entre su recolección y su consumo y por consiguiente el consumo de recursos derivado de este.
Planificar las comidas
Además de aligerar el tiempo destinado a la planificación y compra de alimentos, planificar las comidas tiene repercusiones positivas tanto en nuestra salud como en el medio ambiente. Plasmarlas en una hoja nos permitirá crear un menú equilibrado prestando atención a factores como la temporalidad. Además, saber que ingredientes necesitamos y en que cantidad, evitará que compremos compulsivamente y que desperdiciemos comida.
La forma en la que nos alimentamos influye en en el medio ambiente, algo que podemos combatir siendo mas conscientes de lo que consumimos; aplicando las claves para una alimentación sostenible que hoy os proponemos. ¿Te animarás a hacerlo?