¿Te has propuesto este año tener un hogar más ordenado? Empezar puede ser lo más desafiante, pero una vez que limpias y organizas una primera estancia y ves los resultados, ¡querrás seguir! Aunque requiera esfuerzo, existen claves para organizar las estancias de tu casa que te ayudarán a establecer una rutina para hacer todo más llevadero. ¡Toma nota y ponte manos a la obra!
¿Por dónde empezar a organizar tu hogar?
Antes de ponerte a ordenar, lo primero que debes decidir es en qué estancia comenzar. Es habitual querer iniciar por el espacio más caótico, pero si nunca has organizado una habitación de principio a fin, esta no es la mejor idea. Empieza con un lugar más gestionable, como el dormitorio o la sala de estar. Recuerda que dar el primer paso, aunque sea pequeño, te motivará a seguir avanzando.
Si no sabes por dónde empezar, puedes optar por una estrategia de «impacto visual». Ordena un área que frecuentas mucho, como la entrada o una superficie común del salón. Esto genera una sensación inmediata de cambio positivo y te animará a continuar con las demás estancias.
Organiza tu calendario
La planificación es clave para evitar que postergues la tarea. Fija una fecha para el inicio de la organización y anótala en tu calendario. Este compromiso contigo mismo será una excelente forma de combatir la procrastinación. Divide el tiempo que tienes disponible según las estancias que quieras abordar y sé realista: no intentes hacerlo todo en un solo día.
Además, puedes dividir la organización en tareas más pequeñas, como ordenar una sección particular de la habitación antes de pasar a la siguiente. De esta manera, cada logro parcial te proporcionará un sentido de progreso y evitará la sensación de desánimo.
Pide ayuda si la necesitas
Si te sientes abrumado con el trabajo o no eres bueno decidiendo qué conservar y qué desechar, no dudes en buscar apoyo. Un amigo o familiar puede ser un gran impulso, ya que te ayudará a tomar decisiones rápidas y reducirá tu carga emocional en el proceso. Además, organizar en compañía suele ser más llevadero y hasta divertido.
Otra opción es contratar a un profesional del orden o un organizador personal. Este servicio te proporciona consejos expertos y ayuda práctica para maximizar el uso de tu espacio. No subestimes la importancia de contar con una perspectiva externa para mejorar los resultados.
Prepara todo para el día del orden
Antes de empezar, asegúrate de contar con todas las herramientas necesarias para hacer el proceso más eficiente. Aquí tienes una lista esencial:
- Cajas o bolsas para clasificar los objetos: una para tirar, otra para donar y una tercera para reorganizar en otras estancias.
- Productos de limpieza: agua jabonosa, trapos, escoba, fregona y limpiadores específicos según las superficies.
- Un refrigerio preparado para mantener tu energía y evitar interrupciones innecesarias.
Además, considera utilizar etiquetas para categorizar las cajas. Esto te facilitará el trabajo posterior y evitará confusiones. Si tienes hijos, implicarlos en esta fase puede ser una forma de enseñarles hábitos de orden desde pequeños.
Adopta un sistema eficiente
La manera en que aborden el orden influirá en el tiempo que tardes y en la efectividad de tu trabajo. Utiliza un orden lógico, como recorrer la habitación de izquierda a derecha o de arriba hacia abajo. De esta forma, evitarás áreas «olvidadas» y garantizarás que todo quede perfectamente revisado.
Para áreas como cajones o armarios, opta por la técnica de «vaciar completamente». Esto te permitirá ver todo el contenido acumulado y tomar decisiones más acertadas sobre qué conservar y qué desechar.
Retira, selecciona y decide
El proceso de selección es crucial, ya que es la base para liberar espacio y optimizar el uso del que tienes. Retira los objetos de cada área uno a uno y reflexiona: ¿realmente lo usas o aporta valor a tu vida?. Si no es así, probablemente sea hora de decirle adiós.
Agrupar los objetos por categorías puede facilitar esta tarea. Por ejemplo, reúne todos los libros, electrónicos o ropa y clasifícalos según su utilidad o frecuencia de uso. Este método es ideal para detectar redundancias (como prendas repetidas) y liberar espacio.
¿Te cuesta deshacerte de algunos objetos? Pregúntate si has usado el artículo en el último año. Si la respuesta es no, probablemente puedas vivir sin él. Una técnica adicional es el «método de las cuatro cajas»: designa una para conservar, otra para donar, una para reciclar y una última para tirar.
Limpia y reorganiza
Una vez que hayas reducido el desorden, es momento de limpiar las superficies. Usa productos de limpieza adecuados para cada material y asegúrate de dejar todo impecable antes de colocar los objetos nuevamente. Este paso aportará frescura y hará que el espacio luzca aún mejor.
Coloca cada objeto en su lugar definitivo. Esto significa que no solo debes encontrar un espacio para guardarlo, sino que también debe ser funcional y accesible. Opta por sistemas como cestos o contenedores transparentes para mantener todo visible y organizado.
Consejos adicionales para mantener el orden
Una vez que tu hogar esté organizado, es fundamental establecer hábitos para mantenerlo así. Estos consejos te ayudarán a prolongar los resultados:
- Asigna un lugar para cada cosa y asegúrate de que todos los miembros de la familia respeten este sistema.
- Lleva a cabo una limpieza ligera diaria para evitar que se acumulen objetos fuera de lugar.
- Revisa periódicamente lo que tienes y elimina lo que ya no necesitas.
Invertir tiempo en mantener el orden en tu hogar no solo mejora la estética del espacio, sino que también promueve un ambiente más relajante y agradable. El orden puede ser contagioso y, al implementarlo en una estancia, es probable que te inspire a extenderlo a todas las demás áreas de tu hogar.