En toda la historia de nuestra sociedad, probablemente no ha habido una vuelta al cole con tanta incertidumbre como en los tiempos recientes debido a la pandemia. Este contexto ha generado grandes desafíos tanto para los niños como para los padres y el sistema educativo en general. Volver a la escuela en septiembre no es tan sencillo como solía ser, pero parece inevitable tras la apertura de comercios y establecimientos. Sin embargo, con planificación y adaptación, es posible garantizar una vuelta a las aulas más segura y estructurada.
La vuelta al cole dependerá de cada comunidad autónoma, lo que supone diferencias en la forma en que las clases se retoman. En la mayoría de los casos, se está priorizando un modelo presencial, acompañado de medidas de higiene y refuerzos educativos. A continuación, exploraremos las decisiones clave y estrategias que se están adoptando.
Medidas higiénicas y sanitarias en las escuelas
La implementación de medidas higiénicas y sanitarias es una prioridad para garantizar la seguridad de los estudiantes y el personal escolar. Estas incluyen la obligatoriedad del uso de mascarillas en función de la edad de los alumnos y las circunstancias:
- Los niños de infantil y primer ciclo de primaria no están obligados a llevar mascarilla en clase. Sin embargo, su uso es obligatorio en espacios comunes y al interactuar con otros grupos.
- En ESO y Bachillerato, el uso de mascarillas es obligatorio dentro y fuera de las aulas, además de mantener una distancia mínima de 1,5 metros en todo momento.
Otras medidas fundamentales que entran en juego incluyen:
- La limpieza y desinfección diarias de aulas, pasillos y áreas comunes, con especial atención en espacios como baños y zonas de comedor.
- El lavado frecuente de manos, de al menos cinco veces al día, utilizando dispensadores de gel hidroalcohólico.
- Control de temperatura antes de ingresar al centro educativo, y espacios designados para aislar a alumnos o personal que presenten síntomas compatibles con la COVID-19.
La distribución de clases: presencialidad y semipresencialidad
Uno de los debates más relevantes ha sido la división entre clases presenciales y clases semipresenciales. Dependiendo de las necesidades específicas y recursos de cada comunidad autónoma y centro escolar, se han establecido los siguientes enfoques:
Clases presenciales
- Grupos reducidos y estables en infantil y primaria para minimizar el riesgo de contagio masivo. Los niños de 0 a 3 años y de 3 a 6 años permanecerán en «burbujas» de convivencia de un máximo de 20 alumnos.
- En ESO se está potenciando la educación digital en ciertas materias, pero la base del aprendizaje sigue siendo presencial.
- En Bachillerato y Formación Profesional, la presencialidad se mantiene con la opción de alternar con clases online una o dos veces por semana según el grupo educativo.
Clases semipresenciales
- En esta modalidad, los alumnos alternan días de educación presencial y online. Por ejemplo, algunos estudiantes asisten lunes y miércoles, mientras que el resto lo hace martes y jueves.
- El recreo y los comedores escolares pueden quedar suspendidos, reemplazándose por comidas para llevar.
El papel de la tecnología en la vuelta al cole
La pandemia ha acelerado la transición digital en el ámbito educativo. Muchas comunidades autónomas han reforzado sus infraestructuras y han capacitado a maestros para utilizar herramientas digitales eficientemente. Los planes incluyen:
- Entrega de dispositivos electrónicos como tablets o portátiles a los estudiantes con menos recursos.
- Creación de plataformas digitales para compartir materiales educativos, realizar actividades en línea y comunicarse con los padres de manera más eficiente.
- Formación y actualización continua para que los profesores manejen estas herramientas y adapten sus enfoques educativos.
Impacto emocional y psicológico en los niños
El impacto emocional de la pandemia no debe subestimarse. La incertidumbre, los cambios en la rutina y la posible pérdida de seres queridos han dejado huellas en la salud mental de niños y adolescentes. Por ello, las escuelas han implementado programas de apoyo psicológico con los siguientes objetivos clave:
- Identificar señales de estrés, ansiedad o depresión en los alumnos.
- Promover actividades que refuercen el bienestar emocional, como talleres de relajación o dinámicas grupales.
- Establecer canales de comunicación directa con los padres para trabajar juntos en la estabilidad emocional del menor.
Posibles escenarios futuros
Existen varios escenarios que podrían materializarse dependiendo de cómo evolucione la situación epidemiológica:
- Confinamiento: En caso de rebrotes graves, las escuelas volverían a cerrar y se adoptaría un modelo 100 % online.
- Normalidad parcial: Escenario deseado donde las medidas de prevención logran controlar eficazmente los contagios.
Las lecciones aprendidas durante los periodos de confinamiento inicial han permitido evaluar estrategias para minimizar los impactos educativos y emocionales si se vuelve a un confinamiento.
Aunque los desafíos son muchos, cada medida adoptada contribuye a crear entornos más seguros para los estudiantes. La colaboración entre comunidades educativas, padres y administración es esencial para superar estos tiempos complejos.