Como seguro que ya sabréis, la OCU es la Organización de Consumidores y Usuarios que ofrece un servicio de asesoramiento e información sobre una amplia gama de productos y servicios: alimentación, coches, dineros, electrodomésticos, seguros, familia, y, por supuesto, cosmética. En esta ocasión, vamos a centrarnos en los estudios y análisis que realiza la OCU sobre los productos cosméticos, un tema crucial porque trata directamente sobre nuestra salud.
Los productos cosméticos no solo se consideran un elemento de belleza, sino también una parte esencial de nuestra salud, ya que son aplicados sobre la piel, que es nuestro órgano más grande. Por esta razón, es importante no creer todo lo que las marcas nos venden sin antes informarnos adecuadamente. En este artículo te explicaremos los aspectos más destacados que analiza la OCU en el sector de la cosmética, con consejos y detalles vitales para que tomes decisiones informadas.
El Reglamento Europeo de Cosméticos
Uno de los puntos clave en la cosmética es el Reglamento Europeo de Cosméticos, que entró en vigor en julio de 2013 y busca garantizar la seguridad de los consumidores. Este reglamento establece lineamientos claros sobre la producción y comercialización de productos cosméticos en Europa. Veamos algunos de los aspectos más relevantes:
- No debe testarse en animales: Desde marzo de 2013, quedó prohibido usar animales para la experimentación de cosméticos en Europa. Esto incluye tanto los productos finales como sus ingredientes. Si el fabricante o sus proveedores han realizado pruebas en animales, no podrán etiquetar sus productos como libres de experimentación animal.
- El ingrediente «invisible»: Según el reglamento, los ingredientes que figuran en el etiquetado de los productos deben estar presentes en las cantidades declaradas. Por ejemplo, si una crema afirma contener miel, esta debe estar realmente incluida y en una cantidad suficiente para ser efectiva.
- Reclamos exagerados y evidencia científica: Las marcas deben respaldar sus afirmaciones con pruebas científicas. Frases como “48 horas de hidratación” deben demostrarse mediante ensayos documentados.
- Cuidado con el márketing negativo: Alegaciones como “sin parabenos” o “libre de siliconas” pueden ser usadas para desprestigiar otros ingredientes legales, desviando la atención del consumidor de la lista real de ingredientes.
Claves para no dejarte engañar
La industria cosmética invierte enormes sumas de dinero en publicidad, y muchas veces utiliza estrategias dudosas para captar nuestra atención. Aquí te presentamos algunas prácticas a tener en mente:
- Nombres pseudomédicos: Términos como “efecto botox”, “láser”, o “células madre” se usan para dar una sensación de respaldo científico que, en muchas ocasiones, no existe.
- Asteriscos aclaratorios: La letra pequeña puede contradecir el mensaje principal o limitar las promesas del producto.
- Términos ambiguos: Frases como “mejora visiblemente” o “reduce la apariencia de arrugas” son vagos y no garantizan eficacia real.
- Fotos de antes y después: Estas imágenes suelen estar manipuladas digitalmente o tomadas con iluminación y ángulos favorecedores, lo que no refleja los resultados reales del producto.
- Pruebas de usuarios: Algunos cosméticos se avalan con opiniones de consumidores, pero esto no tiene valor científico, ya que se basan en percepciones subjetivas.
Conocer estas tácticas te permitirá tomar decisiones más fundamentadas y evitar caer en engaños publicitarios.
El impacto de los ingredientes
Un aspecto crítico al elegir productos cosméticos es analizar sus ingredientes. Algunos de ellos, aunque legales, pueden ser perjudiciales para la piel o el medio ambiente:
- Parabenos: Aunque muchos parabenos son seguros, algunos como el butilparabeno y propilparabeno están bajo sospecha de interferir en el sistema endocrino.
- Fragancias: Estas pueden causar alergias en personas sensibles.
- Filtros UV: Ingredientes como Ethylhexyl methoxycinnamate han sido cuestionados por su posible impacto hormonal.
- Petróleo y siliconas: Derivados como «Paraffinum liquidum» pueden causar problemas ambientales debido a su persistencia.
Hacia una cosmética más ética
La transición hacia una cosmética más ética y sostenible es un tema que está cobrando cada vez más importancia. Los consumidores demandan productos que sean amigables con el medio ambiente y estén libres de componentes cuestionables. De hecho, algunos sellos como «Cosmos Organic» o «Natrue» garantizan que los productos cumplen con estrictos estándares de sostenibilidad.
Además, el diseño de los envases también juega un papel clave. Los materiales reciclables y sin embalajes innecesarios son cada vez más valorados. Por ejemplo, los tarros de vidrio son preferibles frente a los de plástico, aunque el peso del envase debe optimizarse para no generar excesivo impacto ambiental.
Con cada decisión de compra, tienes el poder de fomentar prácticas más responsables dentro de la industria cosmética.
La información es tu mejor aliada para elegir productos cosméticos. Ya sea seleccionando los ingredientes adecuados, desconfiando de afirmaciones exageradas o apoyando a marcas comprometidas con la ética, puedes cuidar de tu piel y del planeta al mismo tiempo. Con una postura más consciente, lograrás mejores resultados tanto en belleza como en salud.
Efectivamente en el mundo de la cosmética existe mucho artificio de Marketing que solo pretende, en el mejor de los casos, desviar la atención del consumidor hacia lo que le interesa a la marca. Por ello, desde mi punto de vista la presencia de sellos de certificación es una garantía para los consumidores que deberían de tomar conciencia en que para ser un/a consumidor/a responsable cada vez es más importante documentarse y leer los INCI de los productos.