La ansiedad por separación es un fenómeno emocional y conductual común en bebés y niños pequeños, que afecta tanto a ellos como a sus familias. Es un proceso evolutivo que forma parte del desarrollo infantil y, aunque puede ser desafiante, también es una señal positiva de un vínculo seguro con los padres o cuidadores principales. Este artículo aborda en profundidad qué es la ansiedad por separación, por qué ocurre y cómo gestionarla de manera efectiva según las diferentes etapas de crecimiento del niño.
¿Qué es la ansiedad por separación?
La ansiedad por separación se define como el malestar que experimentan bebés y niños pequeños al estar separados de sus figuras de apego principales, generalmente los padres. Este malestar puede manifestarse a través de llantos, rabietas, no querer quedarse solos o rechazando a personas desconocidas. Aunque es una etapa normal del desarrollo, comprender las causas y síntomas es crucial para manejarla adecuadamente.
¿Por qué ocurre la ansiedad por separación?
Entre los 6 y 12 meses de edad, los bebés comienzan a desarrollar el concepto de «permanencia de objeto». Esto significa que entienden que las cosas y las personas siguen existiendo aunque no estén a la vista. Como resultado, cuando los padres o cuidadores se marchan, el bebé puede sentirse amenazado por la incertidumbre de si volverán.
Este proceso se intensifica alrededor de los 8 meses, cuando los bebés se vuelven más conscientes de las personas y del entorno que los rodea. Aunque estas reacciones suelen disminuir a medida que el niño crece, pueden resurgir en períodos de mayor estrés o cambios significativos en la rutina, como el inicio de la guardería o la llegada de un nuevo hermanito.
Reconociendo las etapas de la ansiedad por separación
La ansiedad por separación varía según la etapa de desarrollo del niño:
A los 8 meses
Esta primera etapa es cuando los bebés comienzan a mostrar mayor apego hacia sus figuras cuidadoras principales. Las personas y entornos desconocidos pueden parecer amenazadores. Aunque es incómodo, es un paso crucial en el aprendizaje de los bebés para lidiar con la pérdida temporal y desarrollar autoestima y resiliencia.
Entre los 15 y 24 meses
Los niños pequeños comienzan a entender que los padres efectivamente regresan después de irse, pero pueden usar rabietas o lloros como estrategia para retenerlos. Aquí es fundamental que los padres mantengan consistencia y claridad en sus palabras y acciones.
Primeros años de escuela
El inicio de la etapa escolar puede desencadenar nuevamente la ansiedad por separación debido a cambios nuevos, como quedarse con personas desconocidas o adaptarse a un entorno diferente. Sin embargo, en esta etapa, la ansiedad generalmente desaparece rápido conforme el niño se adapta a las circunstancias.
Cómo manejar la ansiedad por separación
Los siguientes consejos pueden ayudar a que este proceso sea más llevadero para los padres y los niños:
- Introducir cuidadores de confianza antes de los 6 meses: Esto ayudará al bebé a familiarizarse con otras personas mientras se siente seguro.
- Tener despedidas coherentes y rutinas: Crear un ritual de despedida breve y alegre puede reducir el estrés en los niños.
- Mantener la calma y demostrar confianza: Los bebés son muy receptivos a las emociones de los padres. Mostrar seguridad puede ayudarlos a sentirse más tranquilos.
- Hablar de los sentimientos: Explique al niño que su ansiedad es normal y asegúrele que regresará en un momento específico que pueda comprender (por ejemplo, «después de la siesta»).
Los factores que intensifican la ansiedad
En ciertas situaciones, la ansiedad por separación puede intensificarse:
- Cambios en la rutina: Mudanzas, nuevos hermanos o la entrada en la guardería suelen ser factores desencadenantes.
- Estrés familiar: Si el entorno familiar es tenso, el niño puede estar más alerta a las separaciones.
- Temperamento del niño: Algunos niños son naturalmente más tímidos o sensibles, lo que puede hacer esta etapa más difícil.
Ayudando al niño durante los momentos de separación
Para gestionar mejor la ansiedad durante las separaciones, intente:
- Practicar separaciones breves que se prolonguen gradualmente.
- Evitar escaparse sin despedirse, ya que puede generar desconfianza.
- Ofrecer objetos de consuelo, como un peluche o una manta.
- Fomentar la interacción positiva con cuidadores secundarios para generar un vínculo seguro.
Consultar con un pediatra si la ansiedad persiste más allá del tiempo considerado normal o si está interfiriendo significativamente en la vida diaria del niño es siempre una opción recomendable.
Cómo afecta la ansiedad de los padres
Muchas veces, el comportamiento de los padres influye en la intensidad de la ansiedad por separación del niño. La culpa parental es común, especialmente frente a lloros desgarradores. Los expertos recomiendan que los padres trabajen en su propia tranquilidad emocional para que puedan transmitir confianza y seguridad a sus hijos durante los momentos de separación.
La ansiedad por separación es un desafío temporal que casi todos los niños enfrentan en algún momento de su desarrollo. Con el enfoque adecuado, los padres pueden ayudar a sus hijos a superar este período y fortalecer sus habilidades emocionales y sociales para el futuro.