Desde que en la década de los 50 la primera bolsa de polietileno se introducía en nuestros hogares, nuestra dependencia respecto a este material no ha hecho sino aumentar. Hoy en día el plástico está presente en todos los ámbitos de nuestra vida. Bebemos de botellas de plástico y compramos manzanas, cebollas y champiñones envueltos en plástico en los supermercados ¿sin cuestionarlo?
El impacto medioambiental del plástico a nivel mundial es devastador. ¿Sabes que existen islas de plástico en los océanos? Estos están causando un daño irreversible a la fauna marina y a nuestra salud a través de la cadena alimentaria. En nuestra mano está tomar medidas y contribuir con pequeñas acciones a revertirlo. ¿Quieres saber cómo?
Las cifras, creciendo desde los 50
En 1955 aparecía en la revista Life la foto de una familia estadounidense celebrando la llegada de una vida de usar y tirar, en la que los plásticos de un solo uso han tenido una gran influencia. Desde entonces se calcula que se han producido 8300 millones de toneladas de plástico a nivel mundial y se espera que la demanda siga aumentando.
Las proyecciones indican que en 2030 se producirán cerca de 700 millones de toneladas y en 2050, más de 1.000 millones. Si las cosas no cambian solo el 10% será reciclado. El 90% restante, terminará en fuentes de agua o en vertederos.
Según el estudio ‘Una trampa del plástico. Liberando de plástico el Mediterráneo’, elaborado por WWF, el mar Mediterráneo alberga cada año 27 millones de toneladas de plástico. España es el segundo país y el primero de la Unión Europea que más plásticos vierte en sus aguas: ocho millones de toneladas cada año.
La magnitud del problema es tal, que en nuestros océanos existen «islas de basura». De las cinco que hay, la más grande está en el Pacífico, entre la costa de California y Hawái. Este vertedero oceánico se caracteriza por tener concentraciones excepcionalmente altas de plástico suspendido, entre otros desechos.
Impacto medioambiental del plástico
La industria del plástico ha invertido tanto dinero en fomentar la cultura de usar y tirar, que no ha sido hasta ahora cuando muchos han sido conscientes de los peligros del plástico. Ni el plástico convencional ni los nuevos bioplásticos son biodegradables, como nos han querido vender. Su huella es demasiado alargada.
El plástico no es capaz de degradarse o disolverse en sus componentes químicos originales. Los plásticos se fragmentan, dependiendo la velocidad de fragmentación de las condiciones del medioambiente, principalmente de la temperatura y la cantidad de luz UV. Los fragmentos alcanzan así con el tiempo tamaños microscópicos (microplásticos) invisibles al ojo humano.
Según una reciente investigación de la organización periodística Orb, los microplásticos se encuentran en el 83% de las muestras de agua potable de casi un centenar de territorios. No es de extrañar, por tanto que estos puedan ser ingeridos por especies marinas y entrar de este modo en la cadena alimentaria.
La persistencia de los plásticos en la naturaleza puede conducir a riesgos serios para el ser humano, incluyendo la exposición a sustancias químicas, que bien están presentes en la composición de estos plásticos o bien han sido adsorbidos en ellos en el medio marino.
Cómo reducir el uso de plásticos
Una de las primeras medidas populares para frenar los efectos nocivos de la contaminación por plástico, ha sido regular el uso de las bolsas de plástico. Este tipo de medidas aunque necesarias son, sin embargo insuficientes según afirman los expertos de ONU Medio Ambiente en el informe Estado del Plástico 2018. ¿Que más podemos hacer?
Evitar plásticos de un solo uso
Los plásticos de un solo uso representan el 70% de todos los residuos marinos. Se engloban en esta categoría los bastoncillos para los oídos, los cubiertos, los platos, las pajitas, los envases para comidas y bebidas y las bolsas de plástico oxodegradables, entre otros. La UE ya planea su prohibición o la limitación de su uso, pero no tenemos que esperar estas medidas para evitarlos.
Muchos fabricantes ya se han dado cuenta de que la lucha contra el plástico es imparable. Es sencillo encontrar en el mercado alternativas que nos facilitan la tarea de evitar el consumo de estos plásticos. Comprar a granel, utilizar botellas reutilizables y fiambreras de metal para llevar la comida al trabajo, y sustituir los utensilios de plástico por unos de bambú, son acciones sencillas que podemos implementar en nuestro hogar.
Reducir, reutilizar,reciclar
Reducir el consumo del plástico y buscar alternativas a los productos fabricados con este material es la clave de las 3R. El segundo paso par aun consumo responsable es reutilizar los materiales para evitar consumir nuevos recursos. ¿Y el tercero? El reciclaje, aunque esta debe ser siempre la última opción. Es la erre menos eficaz para lograr un consumo sostenible y reducir nuestra huella ecológica.
Invertir en nuevos materiales biodegradables
Los gobiernos necesitan además de introducir incentivos financieros para cambiar los hábitos de los consumidores, los minoristas y los fabricantes. Apostar por la innovación y el diseño responsable de envases que no resulten perjudiciales para el medio ambiente y no engañarnos con el espejismo de los bioplásticos.
¿Son bioplásticos y plásticos biodegradables alternativas «verdes»? Los plásticos biodegradables, al igual que los convencionales, necesitan de aditivos químicos para su fabricación que pueden resultar tóxicos. Paradójicamente, fabricar bioplásticos es más contaminante y genera más CO2 que fabricar plásticos con petróleo.
Además la etiqueta biodegradable como la etiqueta saludable se usan con mucha ligereza. Ciertos plásticos «biodegradables» sólo lo son en plantas de compostado industrial a altas temperaturas. Otros, no son biodegradables en agua de mar. El que un plástico esté elaborado parcialmente con materia orgánica, por tanto, no es garantía de nada.
El responsable de la contaminación plástica ¿es el fabricante o el consumidor? En Bezzia creemos que como consumidores es importante asumir nuestra parte de responsabilidad con el fin de influir sobre aquellos que toman las decisiones y cambiar nuestros hábitos. ¿Has cambiado ya alguno respecto al consumo de plásticos? Compártelo con nosotras.