El efecto degradado en decoración, es uno de los estilos más creativos y originales. Si quieres darle ese toque personal a tu casa, no puedes perderte una idea como ésta. Porque además de poder elegir los colores que más te gusten, siempre podrás combinarlos tanto en paredes como en muebles o en textiles.
Es una técnica muy sencilla para llevarla a cabo. Se dice, además, que es una de las más bonitas por ese resultado que nos ofrece. Para olvidarte de esas estancias aburridas, nada como aportar un poco de color pero siempre con el efecto degradado de por medio. ¡Verás lo bonita que queda tu casa!.
¿Qué es el efecto degradado en decoración?
Hablamos con total confianza y quizás, todavía no sepas a ciencia cierta qué simboliza. Pues bien, el efecto degradado también es lo que se conoce como ‘Ombré’. Es una manera de combinar varias tonalidades para conseguir un cambio gradual. Son muchas las posibilidades que puedes tener en cuenta. Puedes jugar con dos o tres colores, así como con el siempre básico color blanco. Lo que se aconseja es optar por los colores pastel, ya que de este modo, el efecto será más suave. Elegimos un color y tres tonalidades del mismo, que irán de la más oscura a la más clara. Como bien decimos, siempre puedes terminar con un color blanco. El orden, lo pones tú. Es decir, puedes comenzar con el tono más oscuro al más claro o viceversa.
Efecto degradado en paredes
Para darle más luz a las paredes, nada como optar por un degradado. Si cuentas con una habitación pequeña, lo mejor es recurrir a los colores claros. Aunque si es amplia y quieres un acabado con estilo, también te decantarás por ellos. El primer paso a dar es elegir tres tonos de un mismo color. Como hemos dicho, serán tonalidades diferentes, ya que una es un poco más oscura que las otras.
Hay muchas maneras de ponerse manos a la obra. Una de las más sencillas es delimitar tres zonas horizontales en la pared. Lo podrás hacer con un una tiza o marcador. Pintarás en la parte baja el tono más oscuro, en la parte media el claro y para la superior, dejamos el tono más claro de todos o el blanco según tu elección. Antes de que se seque la pintura, debemos de difuminar los bordes donde habíamos marcado con la tiza. Para ello, usamos una brocha seca. Así, no se notarán las líneas que cada color nos ha dejado, sino que veremos la pared de manera uniforme.
Muebles degradados
No hace falta que los compres, sino que también podrás pintarlos tú mismo. Una manera de reciclar los muebles viejos, que siempre viene bien. Para ello, la técnica aún puede ser más sencilla que la anterior. Sobre todo cuando hablamos de muebles que cuenten con cajones. Cada uno de ellos lo iremos pintando en un tono más claro que el anterior para crear el efecto. De nuevo, solo tienes que elegir un solo color.
Para las mesas o sillas, también puedes ir marcando partes y pintar cada una de ellas, teniendo que difuminar para que no queden marcadas dichas partes o rayas. Si tienes un juego de sillas que no usas, puedes pintar cada una de ellas de una tonalidad, en lugar de usar varias tonalidades en cada silla. ¡Verás el efecto tan creativo al colocarlas alrededor de la mesa!.
Textiles con mucho color
De igual manera, no nos olvidamos de los textiles en nuestra decoración. Ellos son siempre importantes como sucede con los edredones en las habitaciones, los cojines en el salón o las cortinas en la gran mayoría de las habitaciones. Pues todos y cada uno de ellos también puede tener un toque de color con efecto ‘Ombré’. Parece que el color se ha instalado en tu hogar y le proporcionará más luz y estilo. ¿No lo crees así?.
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