
Las mantas o plaids no solo son fundamentales para brindar calidez y confort en nuestros hogares, sino que también son un recurso decorativo que aporta estilo y personalidad a cualquier espacio. Estos textiles versátiles se han convertido en un complemento imprescindible tanto en salones como en dormitorios, permitiendo transformar ambientes con pequeñas y acertadas decisiones de diseño. A continuación, te mostramos múltiples formas de incorporar plaids para crear espacios únicos y acogedores.
Plaid doblado en un extremo del sofá
Si cuentas con un sofá de tipo chaise longue, aprovecha la longitud de su asiento extendido para colocar un plaid de forma estratégica. Una opción elegante es doblarlo de manera rectangular, colocándolo en el extremo de la chaise longue y dejando que caiga ligeramente hacia ambos lados. Esto no solamente protege la superficie del sofá, sino que también añade textura y color al espacio. Además, este mismo estilo puede replicarse en la cama, posicionándolo a los pies para un efecto visual equilibrado y sofisticado.
Coloca la manta en la parte central del sofá acompañada de cojines
Para quienes buscan un enfoque diferente, una excelente opción es colocar la manta de manera vertical en el respaldo del sofá, dejando que caiga hasta el asiento. Esto crea un marco perfecto para añadir cojines sobre ella, preferiblemente en tonalidades complementarias o con texturas que contrasten. Por ejemplo, puedes combinar un plaid de tonos neutros con cojines de colores vivos, logrando un resultado dinámico y moderno.
Plaid con efecto arrugado en la cama
Para un estilo más desenfadado, coloca el plaid en la cama con un efecto arrugado intencionado. Este estilo se ha popularizado como una forma de transmitir comodidad y calidez. Simplemente coloca la manta en uno de los extremos de la cama, dejando que sobresalga de manera irregular. Este efecto también puede trasladarse fácilmente al sofá, colocándolo en un lateral sin necesidad de doblarlo de manera exacta. La clave está en encontrar un equilibrio entre el desorden y la armonía visual.
Manta en forma de escalera
Las escaleras decorativas son un elemento en tendencia, y combinarlas con plaids de distintos colores o texturas es una idea fantástica para añadir un toque personal. Dobla las mantas y colócalas en diferentes peldaños, asegurándote de que cada una se vea perfectamente. Este recurso es ideal para espacios como recibidores o rincones de lectura, ya que aporta funcionalidad y estilo al mismo tiempo.
Imita una cama deshecha con estilo
Otra variante de la colocación desenfadada es combinar el plaid con el edredón para crear una apariencia de cama deshecha. Dobla ligeramente el edredón dejando su parte superior hacia el frente y coloca el plaid encima. Los cojines decorativos pueden disponerse de forma relajada para reforzar este estilo. Aunque parece improvisado, este diseño requiere atención para lograr un resultado atractivo y acogedor.
Opciones adicionales para decorar con plaids
- En exteriores: No limites el uso de los plaids al interior. Úsalos como un detalle decorativo en terrazas, patios o jardines, colocándolos sobre sillones de exterior o sillas para esas noches en las que refresca.
- En cestos: Coloca un plaid doblado dentro de un bonito cesto, dejando que parte de él caiga fuera. Esta idea aporta un toque rústico y acogedor, perfecto para salones o dormitorios.
- Sobre sillas: Deja caer el plaid en el respaldo de una silla como si estuviera abandonado. Este pequeño toque ofrece una apariencia casual y acogedora en cualquier espacio.
Incorporar plaids en tu hogar es más que una cuestión de practicidad: es una oportunidad para personalizar espacios, jugar con texturas y colores, y potenciar el estilo decorativo. Desde colocaciones clásicas hasta apuestas más arriesgadas y modernas, las opciones son infinitas. Con estos consejos, transformar cualquier rincón de la casa en un lugar cálido y lleno de encanto está al alcance de todos.