Hablamos de la hipertensión arterial, la sal y el potasio

Uno de los factores más habituales que llevan a padecer una enfermedad cardiovascular es la hipertensión arterial. Un factor del que no se habla demasiado pero que tiene mucha importancia para nuestra salud. La hipertensión arterial tiene un papel fundamental en la mortalidad y la discapacidad de las personas a nivel mundial. 

Ahora bien… ¿Porqué se da la hipertensión arterial? ¿Cómo podemos evitar padecerla o mejorarla si ya la sufrimos? En este artículo vamos a esclarecer estas preguntas y a conocer un poco mejor esta enfermedad.

¿Qué es la hipertensión arterial? Causas.

Es una presión arterial alta continua en las arterias sistémicas. Cuanto más elevada sea la presión (su valor normal es de 115/75 mmHg) mayor será el riesgo de padecer otras patologías.

En la actualidad, en la mayoría de sociedades, los niveles de la presión arterial aumentan de manera constante con la edad, independientemente del sexo.

La causa más común de la aparición de la hipertensión arterial es cuando el sodio, el cloro y el potasio se alteran y se descompensan.

La sal se compone de sodio y de cloro, ambos juntos con el potasio son fundamentales para el control de la hipertensión. Los tres se relacionan entre sí haciendo sus funciones en las células de nuestro organismo. Quizá hayas oído hablar de estos minerales como electrolitos.

El sodio, el potasio y el cloro

El potasio se encuentra frecuentemente dentro de la célula mientras el sodio se encuentra en el exterior. Cuando entra el sodio a la célula el potasio sale, cuándo el sodio vuelve a salir fuera de la célula el potasio vuelve a entrar. Es lo que se denomina como bomba de sodio-potasio cuya finalidad es que el potasio quede dentro de las celulas y el sodio fuera.

Estos tres minerales son fundamentales para la hidratación del cuerpo. el potasio hidrata el interior de las células y el sodio y el cloro el exterior.

Al consumir alimentos y bebidas que contienen agua, ésta va hasta nuestros intestinos, de allí a la sangre y de la sangre a las células. A consecuencia de esto, la sal debe hidratar nuestra sangre y fluidos extracelulares para que el potasio pueda hidratar las células en su interior.

Ello es el motivo de que sea más hidratante un vaso de agua si le añadimos una pizca de sal y un poco de limón que es rico en potasio.

Relación entre estos tres minerales y la presión arterial

Evita el estrés

Si se consume mucha sal y poco potasio, hidratamos el exterior de las células pero no el interior, por lo que nuestras células podrían deshidratarse. Además, el potasio juega un papel importante en la eliminación del exceso de sal a través de la orina.

Si no eliminamos el exceso de sal, el agua en la sangre aumenta y hace presión sobre las pareces de los vasos sanguíneos. 

Esto mismo puede llevar a que el líquido extracelular se acumule en ciertas partes del cuerpo y provoque hinchazón en la cara, las manos o las piernas, por ejemplo.

Esta misma presión que se provoca ayudará a que el exceso de sal sea eliminado por la orina y que la presión arterial vuelva a la normalidad. Sin embargo, el tiempo de presión que sucede antes de esta eliminación ya es un factor de riesgo para padecer enfermedades cardiovasculares.

Potasio y sal en equilibrio es un factor fundamental

Por tanto, para mantener una presión arterial estable debemos mantener el equilibro entre sal y potasio. La sal es fácil de mantener porque nuestro organismo nos la pide a través de antojos. Por ello, debemos prestar especial atención al potasio.

Debemos tener en cuenta que es más importante que estos minerales estén equilibrados entre sí, a conseguir la cantidad diaria recomendada de cada uno de ellos. Ahora bien… ¿Cómo lo conseguimos?

¿Cómo conseguir el equilibrio entre potasio y sal?

Lo principal es tener especial cuidado con los alimentos que consumimos, ya que muchos (sobre todo los procesados) son altos en sal. Limita este tipo de alimentos.

Los rangos de sal y potasio que deberíamos consumir al día oscilan:

  • Potasio: entre 2300 mg en mujeres y 3400 mg en hombres
  • Sodio: entre 1500 – 2300 mg

Estos niveles están establecidos para aquellas personas que no hacen una actividad elevada en su día a día. Tengamos en cuenta que con la sudoración perdemos estos electrolitos y la hidratación debe ser más elevada para reponerlos.

Algunos factores a tener encuentra para conseguir los niveles adecuados de potasio son: 

  • Las frutas contienen en torno a 100 – 500 mg de potasio por 100 g de alimento.
  • Las verduras contienen entre 200 – 1000 mg de potasio por 100 g de alimento.
  • Las carnes frescas son una fuente de potasio excelente pero al ser cocinadas pierden su jugo que es donde se encuentra este mineral. Por lo lo que si puedes usa estos jugos para hacer una salsa o guisos y así tener todo el aporte nutricional de la carne.
  • La grasa es baja en potasio.

Por lo tanto, consume frutas y verduras, tubérculos que son ricos en almidones, consume también proteínas magras y sala tus comidas sin excederte. Limita las grasas y los granos, evita los azúcares y los productos refinados. 

Comida sana

¿Qué riesgos en la salud conlleva padecer hipertensión arterial?

  • Enfermedad coronaria.
  • Accidente cerebrovascular.
  • Infarto de miocardio.
  • Insuficiencia cardíaca.
  • Fibrilación auricular y enfermedad e las arterias periféricas.
  • Enfermedad renal crónica.
  • Deterioro cognitivo.

Teniendo en cuenta, que todas estas son consecuencias que se derivan de padecer hipertensión, no es de extrañar que estemos ante el factor principal de un porcentaje importante de mortalidad y de discapacidad.

¿Cómo saber si padezco deficiencia de alguno de los minerales?

Si nuestro cuerpo está bajo en potasio presentaremos los siguientes síntomas:

  • Presión arterial alta
  • Retención de líquidos e hichazón
  • Perdida de masa ósea
  • Cálculo renales
  • Fatiga, debilidad y calambres
  • Estreñimiento
  • Dolor abdominal

Si necesitamos más sodio presentaremos los siguientes signos (los últimos solo en los casos severos):

  • Presión arterial baja (lo que incluye mareos al ponernos de pie)
  • Fatiga, debilidad
  • Mareos
  • Diarrea
  • Mala digestión
  • Dolores de cabeza
  • Nauseas, vomitos
  • Calambres musculares
  • Desorientación y desmayos

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