Todo lo que necesitas saber sobre la candidiasis: causas, síntomas y cómo combatirla eficazmente
Muchas mujeres alrededor del mundo se enfrentan a la problemática de la candidiasis. Esta infección recurrente, causada por el desequilibrio del hongo Candida albicans, puede generar molestias prolongadas que afectan la calidad de vida. En este artículo, profundizaremos en qué es la cándida, cómo afecta y qué medidas tomar para combatirla o evitarla a largo plazo.
¿Qué es la candidiasis?
La candidiasis es una infección causada por el crecimiento excesivo de la cándida en determinadas partes del cuerpo. Entre las más comunes se encuentra la candidiasis vaginal, que afecta a aproximadamente el 75 % de las mujeres al menos una vez en su vida. En algunos casos, esta infección puede repetirse, afectando al 50 % de las mujeres en múltiples ocasiones durante su vida.
Es importante destacar que esta no es una infección de transmisión sexual, aunque puede afectar las relaciones íntimas. Es crucial identificar los factores desencadenantes y establecer un tratamiento adecuado para evitar recurrencias.
Causas comunes de la candidiasis
- El consumo de antibióticos: Estos pueden alterar la flora vaginal y favorecer el crecimiento de la cándida. Una flora bacteriana saludable es esencial para mantener el equilibrio.
- Cambios hormonales: Durante el embarazo o la menstruación pueden alterar el pH vaginal, favoreciendo la infección.
- Dietas altas en azúcares: La cándida se alimenta de glucosa, lo que explica la relación entre su crecimiento descontrolado y una dieta rica en azúcares y carbohidratos refinados.
- Sistemas inmunes debilitados: Personas con diabetes, VIH, estrés crónico o en tratamientos inmunosupresores son más susceptibles.
- Uso de anticonceptivos o tratamientos hormonales: Estos pueden alterar el equilibrio en la flora vaginal.
Síntomas habituales de la candidiasis
Los síntomas pueden variar según la gravedad de la infección y la zona afectada, pero los más comunes incluyen:
- Picor e irritación en la zona afectada: Principalmente en la vulva, vagina o boca.
- Sensación de ardor: Que puede intensificarse durante la micción o las relaciones sexuales.
- Secreción anormal: En la candidiasis vaginal, el flujo suele ser blanco, espeso y sin olor.
- Dolor y enrojecimiento: En la zona afectada, pudiendo provocar incluso grietas o llagas.
En casos graves o recurrentes, la inflamación y el dolor pueden ser más pronunciados, afectando significativamente la rutina diaria de quien la padece.
Cómo tratar y prevenir eficazmente la candidiasis
Combatir la candidiasis no solo implica tratar los síntomas inmediatos, sino también identificar y abordar las causas subyacentes para prevenir recurrencias. Aquí te explicamos cómo hacerlo correctamente:
1. Tratamientos médicos
El uso de medicamentos antimicóticos en forma de cremas, óvulos vaginales o comprimidos orales es clave en el tratamiento de la candidiasis. Algunos fármacos comunes incluyen:
- Clotrimazol: Disponible como crema o comprimidos vaginales.
- Fluconazol: Administrado en dosis únicas y altamente efectivo.
- Ácido bórico: Utilizado en casos de resistencia a tratamientos tradicionales.
Es fundamental seguir las indicaciones del médico al utilizar estos tratamientos para evitar recaídas o efectos secundarios no deseados.
2. Cambios en la dieta
La alimentación juega un papel crucial en el control de la cándida. Una dieta baja en azúcares y carbohidratos refinados, rica en vegetales, proteínas magras y grasas saludables, puede ser de gran ayuda. Incorporar alimentos como el ajo, que posee propiedades antifúngicas, o el yogur natural con probióticos, que promueven el equilibrio de la flora intestinal y vaginal, también es recomendable.
3. Uso de probióticos
Los probióticos son microorganismos benéficos que ayudan a restaurar el equilibrio bacteriano en nuestro cuerpo. Opciones como el Lactobacillus acidophilus pueden ser particularmente eficaces. Existen suplementos específicos para la salud femenina, que pueden tomarse oralmente o insertarse vaginalmente, según las indicaciones médicas.
4. Medidas preventivas
- Mantén la zona genital seca: Cambia rápidamente la ropa húmeda tras nadar o hacer ejercicio.
- Usa ropa interior de algodón: Este tipo de tejido permite una mejor transpiración y previene la acumulación de humedad.
- Evita productos irritantes: Los jabones perfumados o desodorantes vaginales pueden alterar el pH natural.
- Controla el uso de antibióticos: Solo úsalos bajo prescripción médica y acompaña el tratamiento con probióticos.
Opciones naturales y remedios caseros
Además de las opciones médicas, existen remedios caseros respaldados por evidencia anecdótica que pueden ser útiles como complementos. Por ejemplo:
- Aceite de coco: Aplicado directamente en la zona afectada, posee propiedades antimicóticas.
- Ajo: Consumido regularmente en la dieta o aplicado de forma tópica (previa consulta médica).
- Ácido bórico: En cápsulas vaginales, efectivo en casos específicos.
Recuerda que no deben reemplazar el tratamiento médico, especialmente en infecciones moderadas a severas.
El control de la candidiasis requiere un enfoque integral que aborde tanto las infecciones recurrentes como las causas subyacentes. Adoptar hábitos saludables, ajustar la dieta e implementar medidas preventivas adecuadas son claves para mantener este hongo en equilibrio y evitar que afecte tu bienestar.