De origen húngaro, el goulash era una comida propia del medio rural, un estofado que se preparaba a la leña empleando ingredientes muy básicos y tiempos de cocción prolongados. Hoy en día puede disfrutarse en los mejores restaurantes del mundo, en versiones particulares que recogen la influencia de la cocina local y que aportan al plato esa sofisticación propia de la cocina moderna.
La receta combina armoniosamente los sabores de una buena carne de ternera, vino tinto, cebolla, hierbas aromáticas, finas especias y mucho corazón. El secreto de un buen goulash está en el tiempo de cocción, que debe ser prolongado, permitiendo que se fundan todos esos sabores en una salsa oscura y espesa, característica de este plato. Siempre se recomiendan cazuelas de hierro para estas recetas de preparación prolongada.
Ingredientes:
- 1 Kg de carne de ternera troceada.
- 2 cebollas picadas.
- 3 dientes grandes de ajo.
- 3 tomates grandes.
- 2 tazas de caldo de res.
- 1 cucharada colmada de pimentón dulce.
- 1/4 de cucharadita de pimentón picante (opcional).
- 2 hojas de laurel.
- 1/2 cucharadita de tomillo.
- 2 tazas de vino tinto.
- Sal y pimienta al gusto.
- 2 cucharada de aceite de oliva.
- Crema de leche (opcional).
- Perejil picado, al gusto.
- Harina o fécula de papa para espesar.
Preparación del goulash de ternera:
Quitamos la piel de la cebolla y de los dientes de ajo y los picamos finamente, ambos vegetales por separado. Pelamos los tomates y los picamos también menudos.
Calentamos el aceite en la cazuela a fuego medio y agregamos las cebollas. Rehogamos hasta que las cebollas se muestren algo blandas, para incorporar el ajo. Continuamos con la cocción a fuego fuerte hasta que la cebolla se encuentre translúcida.
Incorporamos en la cazuela la carne, ya salpimentada, junto con los tomates. Mezclamos y continuamos con la cocción hasta lograr que los ingredientes queden bien integrados.
Agregamos el vino y cocinamos a fuego fuerte durante unos tres minutos, para que se evapore el alcohol de la mezcla.
Incorporamos el pimentón, el tomillo, el laurel y el caldo de carne. Dejamos hervir la mezcla, tapamos y seguimos cociendo, a fuego medio-bajo, durante dos horas o hasta que la carne se presente tierna al tacto.
Si la salsa final queda muy líquida, se puede emplear fécula de patata para espesar. A la hora de servir, podemos hacerlo con crema de leche y perejil picado o alguna otra hierba aromática para adornar.