El Glutamato Monosódico es un potenciador del sabor sobre el que versa una gran controversia. Este componente así como otros utilizados por la industria alimenticia son los encargados de crear una adicción al consumidor debido al placer que genera el sabor de los alimentos con estos potenciadores.
En este artículo vamos a hablar de qué es, dónde se encuentra, porqué se usa en la alimentación y cómo afecta su consumo a nuestra alimentación.
¿Qué es el Glutamato Monosódico?
El Glutamato Monosódico (GMS o MSG), es un aditivo alimenticio muy usado en la industria alimenticia (enlatados, salsas, aperitivos, procesados, precocinados, etc.) además de en la comida china y peruana.
Su uso está relacionado con potenciar el sabor de estas comidas, que aparenten un sabor más fresco o evitar el sabor metálico en los alimentos enlatados. Por tanto ayuda a engañar a nuestro paladar para que piense que estamos consumiendo una comida de más calidad de lo que realmente es.
A través de un proceso de fermentación de algunos productos como la leche, algas, ciertos cereales o la caña de azúcar se obtiene un ácido que después se refina hasta conseguir el producto final: el Glutamato Monosódico.
La controversia
Fue un producto altamente utilizado hasta que en 1968 comenzó a ser polémico después de que se comenzara a relacionar con ciertos síntomas después de consumir alimentos concretos. Síntomas como entumecimiento, sudoración, dolor torácico, enrojecimiento etc.
Desde entonces hay defensores y detractores del uso del glutamato y siguen desarrollándose estudios para comprobar todos los efectos que tienen en el ser humano.
Los últimos estudios se centran en cómo afecta o engaña a nuestro cerebro y todo lo que ello supone. Más adelante vamos a explicar más en detalle esto.
El organismo del ser humano estaba programado para reconocer los nutrientes a partir del sabor. Por tanto establece una relación nutrición-sabor, que ha sido fundamental a lo largo de todos los siglos de existencia de la humanidad. El ser humano podía guiarse por su entorno y consumir aquellos productos que necesitaba gracias a cómo sabían.
Con la llegada de los potenciadores del sabor, esta función se ha ido perdiendo, se ha enmascarado. Nuestro cerebro ya no puede diferenciar, o no puede en gran medida, qué es nutritivo y que no sólo guiado por el sabor que tiene lo que consume.
Todo ello se ha traducido en la ingesta de productos que nos aportan en calorías y que aporta una nutrición pobre. Pero no solo eso, sino que generan una adicción que favorece seguir consumiendo ese tipo de comestibles en vez de otros que si nos aportarían más nutrientes.
El consumo de productos con glutamato está relacionado con:
- Dolores de cabeza, así como migrañas o potenciar los brotes de migrañas en aquellas personas que los padecen.
- Adicción y por tanto sobrepeso y obesidad, sobre todo está relacionado con el almacenamiento de grasa abdominal.
- Por su composición, y en relación con la adicción que provoca, también es responsable de que la producción de insulina se eleve en nuestro organismo y los problemas de salud que conlleva. La resistencia a la insulina se está relacionando con una gran cantidad de las enfermedades que se padecen en la actualidad y relacionadas con problemas hormonales. Si os interesa podéis echar un vistazo a los siguientes artículos:
- El Síndrome de Ovario Poliquístico (SOP) y la nutrición
- Resistencia a la insulina ¿Qué es? ¿Cómo saber si lo padezco?
- La relación entre nuestra salud intestinal y el alzhéimer
- Hipotiroidismo autoinmune o Hashimoto
- Hablamos sobre el acné: causas y como tratarlo
- Mantener nuestro intestino saludable es proteger la salud de todo nuestro organismo
¿Con qué nombres encontramos el glutamato en los comestibles?
Muchas veces aparece como Glutamato Monosódico o GMS o MSG, sin embargo podemos encontrarlo con otros nombres como Adivito E-621 o escondido junto a otros ingredientes que ya de por sí presentan Glutamato en su composición como el caso de cualquier alimento hidrolizado, caldos, aromatizantes, maltodextrina, condimentos, etc.
¿Cómo nos afectan los alimentos con potenciadores que generan adicción?
El primer punto que debemos tener en cuenta es que la explosión de sabor que generan los comestibles con potenciadores de sabor ensombrecen el consumo de alimentos reales, que son los que nos nutren. Esto se debe a que nos hacemos menos sensibles a la ingesta de alimentos por saciar nuestra hambre o sed, sino que consumimos solo por el placer que nos provocan estos alimentos tengamos o no hambre.
En relación con este primer punto, cuando sentimos algún tipo de frustración es muy probable que nos refugiemos en la comida para conseguir ese placer que nos generan estos aditivos y así reconfortarnos. Esta espiral puede ser muy peligrosa si se convierte en una costumbre y dejamos de controlar lo que consumimos. Esto puede llegar a esclavizarnos a este tipo de alimentos ya que podemos generar una dependencia de ellos y sentirnos realmente mal si no disponemos de ellos.
Otro punto importante es que estos alimentos nos dan sensación de estar llenos. Pero en realidad nutritivamente son pobres y nuestro organismo necesitará el consumo de más alimentos para estar sano. Esto llevará a que nos pida comer más para tener nutrición. Lo que deriva en que acabemos consumiendo de nuevo alimentos procesados que nos aportan poca nutrición. Cuando entramos en esta rueda comienzan los problemas de sobrepeso y otros problemas de salud relacionados con la alimentación y la nutrición.
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¿Qué podemos hacer?
Por todo ello, os recomendamos reparar en los ingredientes de los productos que compramos. Debemos tratar que tengan el menor número de aditivos posible (saborizantes, azúcares, glutamato, etc.) y que el mayor porcentaje de ingredientes sean alimentos reales.
Debemos tener en cuenta que con la comida real obtenemos nutrición. Sin embargo con los alimentos procesados nos damos un capricho o un placer, como cuando nos tomamos una cerveza. Por tanto, debemos cuidar los alimentos que consumimos para mantener una salud óptima.