Cada vez somos más quienes prestamos atención a ese concepto de sostenibilidad del que tanto se habla actualmente. En el ámbito de la moda, este concepto ha ganado terreno, inclinando a las marcas hacia prácticas más responsables. Sin embargo, no todas cumplen con los pilares básicos de esta filosofía: condiciones laborales justas, producción local, y el uso de tejidos sostenibles.
En relación con los tejidos sostenibles, existe un interesante debate. Muchas veces se asume que los tejidos naturales son siempre respetuosos con el medio ambiente y que los artificiales no lo son, pero la realidad no es tan simple. Aquí exploramos los tejidos más populares que, sin duda, se pueden considerar sostenibles.
Algodón orgánico y reciclado
El algodón es uno de los tejidos más utilizados en la industria textil, representando casi la mitad de los materiales empleados. No obstante, su cultivo tiene un impacto significativo debido al uso de pesticidas, herbicidas y grandes cantidades de agua. La alternativa sostenible es el algodón orgánico, cultivado bajo estándares ecológicos que eliminan el uso de productos agroquímicos.
Este algodón puede identificarse por la certificación GOTS (Norma Textil Orgánica Global), que no solo garantiza prácticas sostenibles en toda la cadena de suministro, sino también condiciones laborales justas. Además, el algodón reciclado, obtenido de residuos postindustriales y postconsumo, supone un método aún más eficiente de reutilizar recursos, reduciendo considerablemente el impacto ambiental.
Lino orgánico
El lino es una fibra natural cuyas raíces se remontan al antiguo Egipto. Este material es apreciado por su durabilidad, frescura y versatilidad, aunque tiende a arrugarse fácilmente. Cultivado con una mínima cantidad de agua y sin uso de pesticidas, el lino orgánico resulta una opción sostenible y biodegradable (cuando no se utiliza en procesos químicos agresivos).
Este tipo de tejido no solo es altamente resistente, sino también perfecto para las temperaturas más cálidas. Su capacidad para absorber y liberar rápidamente la humedad lo convierte en un aliado contra el sudor y el calor veraniego.
Cáñamo
El cáñamo es una fibra versátil que se extrae del tallo de la planta de cannabis. No necesita pesticidas ni grandes cantidades de agua, lo que lo convierte en una opción respetuosa con el medio ambiente. Además, su cultivo enriquece el suelo, lo que mejora la sostenibilidad agrícola.
Además de ser resistente y tener propiedades termorreguladoras que lo hacen adecuado tanto para el verano como para el invierno, el cáñamo es biodegradable. Por sus propiedades antibacterianas, es ideal para prendas que requieren durabilidad y frescura.
Tencel, Lyocell, Cupro y Modal
Estas son fibras artificiales obtenidas a partir de celulosa vegetal. El Tencel o Lyocell se produce a partir de la pulpa de la madera de árboles de agricultura sostenible en circuitos cerrados, lo que reduce drásticamente los residuos contaminantes del proceso químico.
Por su ligereza, comodidad y transpirabilidad, el Tencel es perfecto para prendas de uso diario, ropa deportiva y hasta ropa interior. Su capacidad de absorción lo convierte en un tejido antibacteriano, apto para aquellos con piel sensible.
Piñatex
El Piñatex es un material innovador hecho a partir de las fibras de hojas de piña. Este cuero vegetal es sostenible, biodegradable y suele utilizarse como alternativa vegana a los materiales de origen animal. Además, ayuda a reducir los desechos ya que se aprovecha un subproducto de la industria alimentaria.
El Piñatex ha ganado popularidad entre marcas de moda sostenible y diseño de accesorios, destacando por su durabilidad y estética similar al cuero.
Tejidos reciclados
Entre los más relevantes están los tejidos derivados de plásticos reciclados como el poliéster reciclado y el econyl. Estos materiales poseen las mismas propiedades que los tejidos sintéticos convencionales, pero con una menor huella de carbono. Por ejemplo, el poliéster reciclado puede fabricarse a partir de desechos como botellas PET o redes de pesca retiradas de los océanos.
Aunque su degradación es lenta, el uso de este tipo de tejidos contribuye a la reutilización de materiales y limita la acumulación de residuos plásticos en vertederos y océanos.
Optar por materiales sostenibles es crucial en el contexto actual para reducir el impacto ambiental de la industria textil. Cada fibra o tejido mencionado aquí contribuye de manera distinta, ya sea mediante la disminución en el consumo de agua, el aprovechamiento de desechos o la creación de procesos menos invasivos para el medioambiente. Con cada prenda que elegimos, estamos tomando una decisión que afecta no solo a nuestro vestuario, sino también al planeta.