El ejercicio físico es esencial para una vida saludable, pero el momento del día en el que se practica puede influir en cómo afecta a nuestro organismo. Muchas personas, debido a sus ocupadas agendas, recurren a las últimas horas del día para dedicar algo de tiempo a su cuidado físico. Sin embargo, surge la duda de si hacer deporte antes de dormir es beneficioso o perjudicial. Aquí analizaremos este tema en profundidad, desglosando beneficios, recomendaciones y posibles riesgos.
¿Qué ocurre si entrenamos por la noche?
Ejercitarse por la noche puede derivar en dos escenarios: que el entrenamiento active el organismo dificultando el sueño o que la actividad física ayude a relajar el cuerpo, facilitando un descanso más profundo. Durante años, se creía que hacer deporte por la noche era contraproducente debido a la activación del sistema nervioso. No obstante, estudios recientes han desmentido esta idea, concluyendo que lo importante no es tanto la hora, sino el tipo de ejercicio y cómo se realice.
Entrenar por la noche influye en nuestro ritmo circadiano, el reloj interno que regula nuestros ciclos de vigilia y descanso, lo que puede alterar el patrón acostumbrado de sueño. De ahí que sea crucial aprender a equilibrar los tiempos y las intensidades de los entrenamientos de acuerdo a nuestras necesidades.
¿Es beneficioso practicar deporte antes de dormir?
En general, hacer ejercicio al final del día puede tener varios beneficios, siempre y cuando se sigan ciertas pautas. Siguiendo las recomendaciones adecuadas, es posible disfrutar de un sueño más profundo, reducir el estrés y mejorar nuestra calidad de vida. Sin embargo, hay que evitar ejercicios de alta intensidad o aquellos que eleven drásticamente las pulsaciones justo antes de acostarse.
Además, el tiempo entre el entreno y la hora de dormir juega un papel clave. Se recomienda dejar al menos dos horas antes de acostarse para que el cuerpo regule los niveles de adrenalina y las pulsaciones.
Ventajas del ejercicio nocturno:
- Mejor descanso: Ejercitarse ayuda a liberar tensiones acumuladas durante el día, promoviendo un sueño reparador.
- Reducción del estrés: Se favorece la liberación de serotonina, una hormona que fomenta una sensación de bienestar.
- Optimización de rutinas: Aquellos que no tienen tiempo durante el día encuentran en las noches su momento ideal para ejercitarse.
Consejos para una práctica deportiva nocturna saludable
Si decides incorporar el deporte a tu rutina nocturna, considera los siguientes consejos para minimizar los efectos negativos:
- Elige actividades de baja o moderada intensidad: El yoga, pilates o caminatas suaves son ideales para promover el descanso.
- Cuida tu alimentación: Consume alimentos ligeros después del entrenamiento y evita cenas copiosas.
- Relaja el cuerpo y la mente: Toma una ducha caliente y realiza ejercicios de estiramiento o respiración antes de acostarte.
- Establece un horario regular: Realiza tu actividad física a la misma hora para ayudar a tu cuerpo a adaptarse.
- Evita pantallas antes de dormir: La luz azul de los dispositivos altera la producción de melatonina.
¿Qué tipos de ejercicio son los más recomendados antes de dormir?
Practicar deporte por la noche no significa sacrificar el sueño. Sin embargo, la clave está en elegir actividades adecuadas. A continuación, te enumeramos las opciones más recomendadas:
- Yoga: Ayuda a relajar el cuerpo y a desconectar la mente de las preocupaciones diarias.
- Pilates: Ideal para fortalecer el cuerpo mientras se reduce el estrés.
- Caminatas: Un paseo tranquilo antes de acostarte puede ser muy beneficioso para la relajación.
- Estiramientos: Contribuyen a liberar tensiones musculares y favorecer el flujo sanguíneo.
Factores individuales que afectan el sueño tras el ejercicio
Cada persona es diferente, y lo que funciona para algunos puede no ser efectivo para otros. Los factores como el cronotipo (ser «alondra» o «búho»), el nivel de actividad diaria, el estado físico y la regularidad en los horarios influyen directamente en cómo afecta el ejercicio al sueño. Es esencial escuchar a nuestro cuerpo y ajustar nuestras actividades físicas de acuerdo con nuestras necesidades.
Para aquellos que experimentan dificultades para conciliar el sueño después de hacer deporte, es recomendable probar con diferentes horarios y tipos de ejercicios hasta encontrar el equilibrio adecuado.
Hacer deporte antes de dormir puede ser beneficioso siempre que se realice de manera adecuada, respetando las pautas mencionadas y adaptándose a las necesidades individuales. Si bien puede haber ciertos inconvenientes relacionados con el ritmo circadiano o el tipo de actividad realizada, ajustando la rutina, el ejercicio nocturno puede convertirse en una excelente herramienta para mejorar nuestra calidad de vida.
Planificar nuestros entrenamientos y asegurarnos de que estos contribuyan a nuestro bienestar, en lugar de interferir con nuestro descanso, es la clave para lograr un equilibrio saludable entre la actividad física y el descanso nocturno.