La cetosis es un tema cada vez más sonado, sobre todo relacionado con el aumento de estilos de alimentación bajos en carbohidratos. Este estado de cetosis en nuestro organismo, tiene tanto detractores como gente a favor.
Por ello, en el artículo de hoy vamos a tratar de hablar un poco sobre qué es la cetosis, beneficios, riesgos y otro tipo de información relacionada con las cetonas.
¿Qué es entrar en cetósis?
Nuestro organismo está programado para extraer energía de las grasas y de la glucosa. Con la alimentación actual, sin embargo, solemos primar el consumo de carbohidratos y azúcares y por tanto extraemos nuestra energía de la glucosa.
La cetosis es ese estado metabólico en que nuestro organismo utiliza como energía las grasas y las cetonas en vez de la glucosa como fuente de energía.
Ahora bien, ¿Cómo funciona esto?
Cuando consumimos alimentos que se transforman en glucosa dentro de nuestro organismo, esta glucosa es almacenada en el hígado desde donde se va liberando para darnos energía. Si nuestras reservas de glucosa son muy bajas debido a que no hemos consumido este tipo de alimentos por varios días, nuestro hígado puede sintetizar glucosa pero además, podemos tener una fuente alternativa de energía que procede de la cetosis.
Cuando entramos en cetosis, nuestro hígado produce cetonas a partir de la grasa consumida y de nuestra propia grasa. Estas cetonas son producidas de manera regular por nuestro hígado pero en pequeñas cantidades a no ser que hay a unos bajos niveles de glucosa.
Los carbohidratos y nuestro organismo
Desde hace años, existe la creencia de que los carbohidratos son fundamentales para el correcto funcionamiento de nuestro organismo, en concreto para nuestro cerebro. Sin embargo, hay muchos estudios que han demostrado que esto no es así necesariamente. Nuestro cerebro sí necesita energía y también un poco de glucosa, pero en estado de cetosis esta energía está cubierta y el poco de glucosa que necesitamos, si no lo consumimos, lo puede producir nuestro hígado sin problema.
Nuestra capacidad de almacenar grasa corporal viene precisamente de todo este proceso. De poder tener reservas de energía aunque no pudiéramos comer durante varios días.
No consumir carbohidratos y, por tanto, estar en un estado de cetósis no es perjudicial para nuestro cerebro. Es más, quienes optan por este estilo de vida pueden sentir mayor agudeza metal y padecer menos dolores de cabeza.
Beneficios de estar en cetosis
Este estado metabólico nos proporciona la energía que nuestro cuerpo demanda, pero además, ayuda a reducir la inflamación y el estrés oxidativo. Cada vez hay más enfermedades crónicas relacionadas con una alimentación poco adecuada en la que se consumen una gran cantidad de alimentos inflamatorios que perjudican, entre otros, a nuestro intestino.
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Hay otros beneficios importantes y constatados de estar en cetosis, como son:
Regulación natural de nuestro apetito y, por tanto, una reducción de la ansiedad por la comida. Este es quizá uno de los primeros beneficios que constatan quienes apuestan por una alimentación keto. Ello va unido a una pérdida de peso, y al efecto saciante de la grasa y la proteína. Eso sí, debemos ser conscientes de que más que una pérdida de peso es conseguir un peso adecuado a nuestro caso particular.
Aumento del rendimiento en el deporte. Las cetonas son una fuente de energía más duradera que la glucosa.
Se corrigen o revierten algunas enfermedades como diabetes o prediabetes. Estar en cetosis ayuda a regular la glucemina y la resistencia a la insulina, llegando a poder dejar la medicación para la diabetes en muchos casos.
Se ha comprobado también una mejoría en las crisis epilépticas en aquellas personas que mantienen un estado de cetosis. Reduce las migrañas tanto en frecuencia como en potencia, se revierte el síndrome de ovario poliquístico, se reducen las posibilidades de padecer Alzheimer y en caso de padecerlo se ralentiza el proceso. Y en general, proporciona un estado más saludable a nuestro organismo.
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¿Es segura la cetosis? Diferencias entre cetosis nutricional y la cetoacidosis
La cetosis nutricional es la que aporta los beneficios anteriores, es un estado natural y seguro para nuestro organismo. Por otro lado, la cetoacidosis se trata de un proceso en que nuestro organismo se encuentra alterado en cuanto a los niveles de glucemia y las cetonas. Las personas que padecen cetoacidosis pueden sentir deshidratación, vómitos, dolores y debilidad, sintiéndose realmente enfermas y teniendo que ingresar en un hospital. Por tanto, estaríamos hablando de una emergencia médica.
Este último caso es el que pueden padecer personas con diabetes, cuyo páncreas no puede producir insulina.
Si no tenemos de ningún tipo de diabetes y, por tanto, nuestro organismo produce insulina es casi imposible padecer de cetoacidosis. Sin embargo, parece necesario reseñar la diferencia entre ésta y la cetosis nutricional para evitar llegar a errores donde el estado de cetosis se entienda como algo dañino.
¿Cómo entrar en cetosis?
Se puede lograr entrar en cetosis mediante el ayuno y a través de estilos de alimentación bajos en carbohidratos y azúcares como sería una dieta keto. Es más, esto último parece la forma más adecuada y saludable para conseguir estar en cetosis o, al menos, ganar flexibilidad metabólica.
La flexibilidad metabólica viene de conseguir que nuestro organismo extraiga la energía de las dos fuentes sin problema.
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¿Cómo saber que estoy en cetosis?
Hay diferentes niveles de cetosis y ello está marcado por los niveles de cetonas que tengamos en sangre.
- Por debajo de 0,5 mmol/L no se considera que estemos en un estado de quema de grasa muy elevado y por tanto no se considera que estemos en cetosis de manera profunda.
- Entre 0,5 y 3 mmol/L encontramos la cetosis nutricional, y es donde ya estamos notando los beneficios de este estado metabólico.
- Si es por encima de 1,5 mmol/L y hasta 3, es cuando se considera que el estado de cetosis es más óptimo.
Sin embargo, debemos tener en cuenta que no es necesario estar en un estado perpetuo de cetosis a no ser que hayamos escogido este estilo de vida para revertir alguna enfermedad. Y por tanto, no es necesario encontrarnos en el nivel «óptimo» de cetosis.