Cómo entender los terrores nocturnos en los niños

Atrapasueños

Los terrores nocturnos constituyen unos de los trastornos del sueño más impactantes. Si bien, este tipo de experiencias no suponen un peligro para la persona que los sufre, suponen momentos de mucha tensión y pueden llegar a parecer eternos.

Cuando una persona experimenta un episodio de terror nocturno, cae en un estado de estupor en el que la consciencia y la inconsciencia se superponen confundiéndose la una con la otra. Pero, ¿por qué se producen? ¿En qué momento ocurren? ¿Qué debemos hacer ante ellos?

¿Qué son los terrores nocturnos?

Se encuentran en la categoría de los trastornos del sueño. Dentro de éstos, se incluyen en el grupo de las parasomnias del despertar. Consisten en un despertar brusco del sueño lento profundo y suelen estar caracterizados por un miedo extremo asociado a la parálisis de la persona que lo está sufriendo. Se suelen iniciar hacia los 4 años y es más raro que se presenten una vez pasados los 12 años de edad, aunque se dan casos.

¿Qué ocurre durante un episodio de terror nocturno?

Niño experimentando un terror nocturno

Los terrores nocturnos ocurren con más frecuencia entre las 2 y las 3 horas después de habernos quedado dormidos. Suelen aparecer entre las fases III y IV del sueño NO-REM. En éstas, el sueño ya es muy profundo y suele haber mayores dificultades para despertar, especialmente cuando alcanzamos la fase IV.

El individuo, ante un episodio de este tipo, llora o grita de forma repentina, presentando sudoración, taquicardia e hiperventilación.

Es común observar durante estos momentos, expresiones faciales de absoluto terror (ojos muy abiertos, mirada de pánico y posición de autoprotección ante algún tipo de amenaza). El sujeto no termina de despertarse del todo, permaneciendo en un estado de confusión entre el sueño y la vigilia. Es muy normal que a la mañana siguiente cuando se despierte, no recuerde nada de lo sucedido.

¿Son lo mismo que las pesadillas?

Niña teniendo una pesadilla

No, los terrores nocturnos no son lo mismo que las pesadillas:

  • Estas últimas ocurren durante la fase REM del sueño (fase en la que el cerebro está muy activo), mientras que los terrores nocturnos ocurren en la NO-REM (entre los estadios III y IV que son los que se conocen como los del «sueño profundo»).
  • Otra diferencia es que, cuando tenemos una pesadilla, nos despertamos completamente, mientras que ante un terror nocturno, el despertar es «a medias», nos encontramos en un limbo entre sueño y vigilia.
  • En las pesadillas, la actividad motora y autonómica es mucho más ligera. En un terror nocturno, la persona se encuentra en un estado de imposibilidad para recuperar la consciencia completamente.

 Posibles causas

  • Existe evidencia de predisposición genética.
  • Privación de sueño
  • No llevar una dieta adecuada
  • Episodios de fiebre
  • Asma nocturno
  • Estrés y tensión emocional
  • Medicaciones para el sistema nervioso central

Según la American Academy of Child and Adolescent Psychiatry, los terrores nocturnos son bastante menos frecuentes que las pesadillas. En niños, suelen ocurrir entre los 3 y los 12 años y, en adultos, entre los 20 y los 30 años. En la etapa infantil, hay mayor prevalencia en hombres que en mujeres, mientras que en la edad adulta, no existen diferencias significativas entre ambos sexos.

 Tratamiento

Niño durmiendo en su cama

A día de hoy, no existe un tratamiento específico para acabar con los terrores nocturnos, pero sí se sabe que, en muchas ocasiones, éstos se deben a un cansancio excesivo. Será muy importante mantener una adecuada higiene del sueño y procurar permanecer relajados un rato antes de ir a dormir. En los casos más severos, la psicoterapia es una buena aliada y, en ocasiones, se pueden recomendar benzodiazepinas, aunque esto no es común en el caso de los niños.


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