Aprender a expresar cómo nos sentimos es fundamental para tener una buena salud mental y también para tener buenas relaciones interpersonales. Si eres padre o madre tienes el deber de enseñar a tus hijos a entender sus propias emociones para así poder entender la de los demás. Solo de esta manera se podrá potenciar la empatía y también la asertividad, ambos factores fundamentales para poder enseñar a los niños a decir cómo se sienten.
A continuación vamos a darte algunos consejos para que tus hijos aprendan a decir cómo se sienten, respetando sus sentimientos, pero también los de los demás.
Proporciona a tu hijo opciones
Los niños pueden tomar malas decisiones cuando sienten que están atrapados en una situación sin opciones, como cualquiera de nosotros sentiría en esa situación. A veces solo necesitan una oportunidad para usar su voz y saber que pueden opinar. Esta no es una sugerencia para recompensar el comportamiento negativo, sino más bien una forma de dar opciones como solución.
Puedes decir algo como: “Clara, puedo ver que estás enfadada ahora mismo. ¿Prefieres pasar un rato tranquilo conmigo en la cocina o prefieres que trabajemos juntas para limpiar los juguetes?» El solo hecho de poder elegir una acción puede consolar a los niños en muchas situaciones.
Da un tiempo de espera antes de responder
A veces, la forma en que actúan nuestros hijos desencadena sentimientos y respuestas dentro de nosotros mismos que no tienen absolutamente nada que ver con nuestros hijos. Somos padres, lo que significa que tenemos desencadenantes de por vida y un horario que causa fatiga.
Si nos tomamos un minuto para revisarnos, respiramos profundamente, o incluso un viaje rápido al baño si necesitamos algo de espacio antes de que podamos reaccionar con calma, podemos evitar elegir una respuesta que probablemente lamentaremos más tarde.
Enseña a los niños a mostrar, no solo a decir, que lo sienten
Una vez que hayas utilizado una de las estrategias anteriores para crear un espacio más tranquilo, es importante que los niños aprendan que pueden marcar la diferencia y en realidad reparar situaciones de alguna manera.
Ya sea para limpiar bloques ensuciados, preguntarle a un amigo si puede abrazarlo o dibujar una imagen para que alguien le devuelva la sonrisa, podemos ayudar a los niños a comprender que tienen el poder de tomar una situación negativa y convertirla en algo positivo.
Dale tiempo a tu hijo con una buena expectativa
Al igual que podemos necesitar un minuto o dos para adaptarnos a una situación o cumplir con una petición, podemos esperar lo mismo en los niños. Si un pequeño se niega a hacer algo, puede ofrecer un poco de tiempo junto con la petición. Podrías intentar decir algo como: «Lucas, avísame cuando estés listo para compartir tu juguete». Esto le dará la oportunidad de sentir que lo ha hecho debido a su propia elección y no a la tuya.
Independientemente de las estrategias que utilices, a menudo puede comprobarse rápidamente preguntándote cómo te sentirías en esta situación. Tomar un momento para sentir empatía en lugar de enfado o frustración te podrá ayudar a dar una buena respuesta en situaciones complicadas o tensas.