La cortisona es un tipo de esteroide que es producido por el cuerpo de forma natural, específicamente por la glándula suprarrenal, cuando se experimenta una condición de estrés. La cortisona se libera entonces en el torrente sanguíneo y su acción es relativamente corta. Las inyecciones de cortisona se producen de forma sintética y se pueden encontrar en diferentes nombres comerciales.
Las diferencias significativas son que la cortisona sintética no se inyecta en el torrente sanguíneo, sino en una área particular de la inflamación. Además, la cortisona sintética esta diseñada para actuar más potentemente por un periodo de tiempo mucho más prolongado. Las inyecciones de cortisona pueden ayudar a aliviar el dolor y la inflamación en un área especifica del cuerpo, por lo que es común que se apliquen en zonas como los tobillos, la cadera, las rodillas, los codos, la muñeca o incluso en la columna vertebral.
Una de las principales ventajas de las inyecciones de cortisona es que el alivio de la inflamación que se enfoca en una área especifica del cuerpo es muy rápido y potente en comparación con los medicamentos antiinflamatorios tradicionales. Incluso una sola inyección de cortisona puede evitar cientos de efectos secundarios que se suelen presentar con la ingesta de antiinflamatorios.
Su desventaja por otro lado, es que se requiere de perforar la piel para poder aplicar la cortisona, lo que para muchos puede ser un inconveniente importante. Por lo que respecta a la cantidad de cortisona que se puede aplicar no hay en realidad un limite establecido, sin embargo su uso constante puede multiplicar los efectos secundarios.