El sueño infantil y los trastornos que conlleva

El sueño infantil y sus trastornos

La mayoría de las madres se quedan encantadas y hasta con lágrimas de felicidad cuando su hijo duerme plácidamente. Sin embargo, hay muchas que se cuestionan si verdaderamente descansarán todo lo necesario o en qué intervalos de tiempo debe permanecer un bebé dormido.

El sueño del niño es muy diferente al del adulto. Un recién nacido duerme entre 16 y 20 horas, a los 3 meses se reduce a 14-15 horas, disminuyendo así hasta la edad adulta en la cual se tiene un promedio de unas 6-8 horas.

El sueño infantil y sus fases

El sueño es una fase nocturna o diurna en la cual los niños descansan, dando lugar a unos cambios en sus funciones corporales regulando y reparando el organismo que ha estado activo durante un período de tiempo. Además, se dan actividades de gran trascendencia para el equilibrio físico y psíquico, durante el cual se producen una serie de modificaciones biológicas imprescindibles para el buen funcionamiento durante el día.

El sueño infantil y sus trastornos

El sueño se clasifica básicamente en dos etapas: el sueño REM y el sueño NREM. El sueño REM está comandado por el tallo cerebral y, entre sus muchas funciones, está la regeneración de procesos mentales y los procesos de arendizajes y desaprendizajes. Mientras, el sueño NREM es el responsable de la reparación física del organismo (síntesis de la hormona del crecimiento, conservación de la energía, estímulo del sisteme inmunitario,etc.)

El sueño infantil y sus trastornos

Entendiendo las importantes funciones que cumplen cada una de estas etapas, claramente se podrá deducir las consecuencias que ocasionará en el desarrollo del niño y su familia las dificultades del sueño.

Trastornos del sueño

La mayoría de las madres acostumbran desde muy temprana edad a quedarse con sus hijos hasta que se duermen. Esto crea un mal hábito en los niños puesto que echan en falta al adulto cuando se desvelan y comienzan a llamarlo o a llorar.

Por esta razón, el niño que no concilia el sueño en condiciones óptimas, acabará por tener problemas de conducta o comportamiento. Así, es aconsejable establecer ciertos horarios de sueño desde que son muy pequeños.

Los trastornos del sueño se clasifican en tres tipos: los que no se deben a enfermedades médicas o de otra índole (primarios), los que sí están causados como consecuencia de una enfermedad médica y los que está relacionados con otro trastorno mental.

En cuanto a los primarios, nos encontramos con las disomías y las parasomias. Las disomías se caracterizan por la cantidad, calidad y horarios del sueño, mientras que las parasomias se determinan por alteraciones o conductas anormales asociadas al sueño. Entre ellas nos encontramos:

  • Sonambulismo

El niño se levanta de la cama y, dormido, hace actividades que pueden ser habituales, como por ejemplo andar por toda la casa. A la edad de 4 a 8 años es la edad en la que es más frecuente que aparezca este trastorno, resolviéndose espontáneamente al legar a la adolescencia.

  • Bruxismo

Este es el típico sonido que escuchamos al rechinar o rozar los dientes mientras se duerme, ocasionando así un desgaste en piezas dentales, por lo que es aconsejable comentárselo al dentista. El motivo más común es el nerviosismo del propio pequeño.

  • Somnilaquia

Es la fase en la que se habla dormido. Esto no constituye ningún problema que hay que tratar, por lo que no requiere de ningún tratamiento específico.

  • Narcolepsia

Es la somnolencia excesiva que obliga a tener siestas frecuentes, pero de corta duración (10-20 minutos). Pueden acompañarse de lo que se conoce como cataplexia, una pérdida brusca de fuerza en brazos y piernas. Suele aparecer a la edad de los 14 años.

  • Terrores nocturnos

En las primeras horas de sueño el niño se despierta agitado, llorando, sudando y no recuerda nada de lo que le ha causado el malestar. Afecta al 3% de los pequeños y se resuelve espontáneamente en la adolescencia, aunque crea bastante angustia a los padres.

  • Pesadillas

Son más habituales en niños entre 3 y 6 años y son sueños con experiencias de miedo en la que el niño se despierta. En este trastorno el niño está totalmente consciente y es capaz de recordar lo que ha soñado. Esto sucede normalmente en las últimas horas de la noche.

  • Apneas

Existen ciertas niños que roncan mientras duermen. Esto no es preocupante hasta que no se producen las apneas, que son la suspensión de la respiración en el momento del ronquido. Esto puede originar períodos prolongados, en los que no administre de forma regulada el oxígeno, ocasionando trastornos de consideración en el cerebro y en el corazón. Son más comunes en niños con sobrepeso u obesidad infantil.

  • Imsomnios

Es el trastorno más frecuente, y se define como la incapacidad para conciliar el sueño adecuadamente. Este trastorno no tiene que ver con las horas de sueño sino con las características de cada individuo, como por ejemplo, la imposibilidad de volverse a dormir sólo sin la ayuda de sus padres.

El sueño infantil y sus trastornos

¿Qué consecuencias conlleva la falta de sueño?

Si en los adultos el no haber dormido las horas suficientes, altera el carácter y el autoestima, en los niños ocurre de igual manera. El cansancio y el agotamiento son los primeros síntomas que se caracterizan al no haber conciliado el sueño correctamente.

Además, esto supone que el niño esté más irritado, impulsivo y con cierta inquietud. La falta de sueño perjudicará a su actividad cerebral, al aprendizaje del lenguaje, alterando así su memoria. Todo ello, originando problemas de conducta en el pequeño, así como un gran fracaso en el colegio.

El sueño infantil y sus trastornos

El fracaso escolar está relacionado con esta falta de sueño, puesto que para poder rendir todas las horas en el colegio se debe estar descansado y activo. De esta manera, puede cumplir con sus tareas y sus horas de estudio sin ningún problema.

El dormir bien es primordial para estar totalmente activo y con las pilas cargadas, es decir, para tener un estado de salud óptimo. Por ello, si no se descansan las horas establecidas el niño verá su autoestima baja, desmoralizándose y perdiéndo el interés por muchas cosas importantes, como por ejemplo, sus estudios.


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