He de admitirlo: nunca he usado pestañas postizas ni tengo pensado hacerlo, me siento ridícula con ellas, aunque me encanta verlas y animar a otras mujeres a que experimenten con ellas. Sin embargo, cada vez que pienso en ellas, me viene a la mente una escena hilarante: un Will Smith en plena confusión durante un temblor de tierra, mientras su novia se despoja de todos los artificios que realzaban su belleza, incluyendo las uñas postizas, provocando una reacción cómica del protagonista de Bel Air.
Dejando de lado esta anécdota, el origen de las pestañas postizas y su fabricación es un tema fascinante.
El nacimiento de las pestañas postizas: luces, cámara y acción
Aunque hoy en día puedes encontrar cientos de tutoriales en Internet sobre cómo lucir pestañas postizas perfectas, su origen se remonta a una historia que comenzó hace más de un siglo, en el glamuroso mundo del cine mudo. Fue durante el rodaje de la ambiciosa película Intolerance, dirigida por D. W. Griffith en 1916, cuando las pestañas postizas debutaron en el mundo del espectáculo.
D. W. Griffith quería que las pestañas de la actriz Seena Owen rozaran sus mejillas y dieran un toque extra de magia a sus ojos. Para esto, contrató a un fabricante de pelucas que tejió pestañas postizas utilizando pelo humano adherido a una malla fina. Este proceso, aunque innovador, era laborioso y solo garantizaba unas dos horas de duración, hasta que los materiales actuales transformaron el panorama de las pestañas postizas.
Evolución histórica y avances tecnológicos
Las pestañas postizas no siempre fueron accesibles para el público general. Durante sus primeras décadas, solo las actrices y las celebridades tenían el privilegio de usarlas. Sin embargo, con la aparición de nuevos materiales y técnicas, el panorama cambió radicalmente.
En 1902, el peluquero alemán Karl Nessler patentó una técnica para tejer pestañas y cejas postizas. Aunque esta idea fue innovadora, no ganó popularidad hasta años más tarde debido a su complejidad.
Ya en 1911, Anna Taylor, una inventora canadiense, presentó una patente para pestañas postizas, pero el verdadero impulso llegó en las décadas de los 30 y los 50, cuando Hollywood adoptó las pestañas postizas como un elemento indispensable de la industria del espectáculo. Actrices icónicas del cine las popularizaron durante esta época, proyectando una imagen de glamour que encantó al público.
La década de los 60 marcó un antes y un después, con la artista Mary Quant y la modelo Twiggy instaurando las pestañas como un símbolo de moda de masas. Fue en esta época cuando las líneas de belleza asiáticas comenzaron a adoptar este accesorio, asegurando su permanencia como una tendencia global.
Para el año 2000, Corea y Japón perfeccionaron técnicas que permitían la aplicación rápida de extensiones de pestañas. En 2004, estas innovaciones democratizaron las pestañas postizas, haciendo que fueran accesibles para muchas más personas.
Materiales y tipos: ¿De qué están hechas las pestañas postizas?
Hoy en día, existen múltiples materiales y tipos de pestañas postizas que se adaptan a distintas necesidades y presupuestos. Las más comunes son las de material sintético debido a su bajo coste. Sin embargo, las pestañas premium suelen estar confeccionadas con pelo natural, como el de visón o zorro, lo que aumenta considerablemente su precio, llegando a superar el 100% en comparación con las versiones sintéticas.
Otros tipos populares incluyen las pestañas de cortina o enteras y las pestañas «pelo a pelo». Estas últimas, aunque más costosas, ofrecen un acabado más natural y ligera sensación.
Curiosidades sobre las pestañas postizas
1. La técnica del Antiguo Egipto: Aunque las pestañas postizas modernas nacieron a principios del siglo XX, existen registros de que en el Antiguo Egipto, hombres y mujeres utilizaban ungüentos para alargar sus pestañas.
2. Creencias romanas: Según el autor Plinio el Viejo, las pestañas largas eran símbolo de castidad, ya que se pensaba que «excesos amorosos» provocaban su caída.
3. Desastres tempranos: Durante el siglo XIX, algunas mujeres llegaron a coser cabello humano a sus párpados, una técnica peligrosa que no tardó en ser abandonada.
¿Qué nos depara el futuro?
Con avances tecnológicos como el diseño de pestañas magnéticas y los tratamientos permanentes, el mundo de las pestañas postizas continúa evolucionando. Estos desarrollos no solo mejoran la comodidad y el mantenimiento, sino que también amplían las posibilidades estéticas para todos los gustos y estilos.
Las pestañas postizas han recorrido un largo camino desde sus humildes comienzos en el cine mudo, hasta convertirse en un accesorio esencial del maquillaje moderno. Ya sea para destacar en el día a día o para un evento especial, estas pequeñas maravillas siguen capturando la imaginación de mujeres y hombres en todo el mundo.