El mito del padre perfecto

luchas de una madre divorciada

Hay muchos padres que se piensan que pueden ser perfectos cuando la perfección simplemente, no existe. Cuando se tienen estos pensamientos es fácil que se sientan fracasados. Cuando sostuviste a tu bebé en brazos por primera vez es normal que tu corazón estallase en mil pedazos… es mucho amor el que se siente. Nunca te imaginaste antes que tu corazón podría sentir tanta fuerza por otro ser, y es que además, es amor continuará creciendo cada día.

Pero hay momentos en los que a veces te preocupas si eres un padre o madre lo suficientemente bueno. Al igual que el temido momento en que recibió una llamada de la escuela para pedir una reunión de padres para hablar sobre el comportamiento de tus hijos, o peor, cuando se interrumpe la comunicación y se ha convertido en el enemigo de tu hijo adolescente.

¿Cuándo salieron mal las cosas?

Si pudiera rehacerse y retroceder en el tiempo, volverías sobre todos los errores que cometiste para modificarlos, pero lamentablemente, eso no se puede hacer. No hay nada que hagas mal, simplemente no existe la perfección y habrán días mejores y peores. Nunca pienses que eres un fracaso en la crianza de tus hijos, porque lo que importa es que cada día intentes hacerlo un poquito mejor.

Que te equivoques, que te enfades o incluso que levantes la voz es normal… no eres perfecto ni necesitas serlo. Tratar de ser un padre o una madre perfecto/a agota demasiado, lo que es necesario es que intentes ser tú mismo. Sin más.

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¿Por qué es tan difícil ser un padre perfecto?

Hay muchos padres que se creen que se puede ser el padre perfecto, pero NO es así. El amor incondicional es un recurso de felicidad para ti, tus hijos y tu familia. Es la mejor alternativa para avanzar en la familia y disfrutar de los días. Aunque aún sabiendo esto, son muchos padres los que se sienten infelices.

Para evitar esto es importante aceptar las dificultades diarias cuando llegan. Todo esto comienza con el amor y el cuidado propio. Cuando te sientas bien contigo y con el entorno, la crianza de tus hijos será mucho más sencilla, aunque esto no la exime de momentos más difíciles cada día. El amor nunca se desperdicia.

Acepta la realidad

Es necesario aceptar la realidad y entender que no debes ni tienes por qué ser perfecto y en realidad, ningún padre o madre lo es. Una vez que aceptas esto sentirás alivio y libertad en tu corazón que te ayudará a estar más tranquilo/a y darte cuenta de que puedes hacer las cosas mejor si te las propones.

Todos los errores son oportunidades de mejora y aprendizaje, así que no te frustres si te equivocas. Pide perdón si debes pedirlo y sigue hacia adelante aprendiendo de los errores no te pierdas estas tres claves:

  • Aceptar que tu mejor yo es lo suficientemente bueno
  • Sé flexible para que tu hermoso destino te pueda suceder.
  • Elige el amor en lugar de la perfección.

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