No cabe duda que el tipo de crianza va a influir de manera directa en los hijos. El impacto que tiene en la autoestima y en la salud emocional es bastante grande e importante. El conocido como estilo de crianza democrático ayuda a educar desde el amor y el respeto, algo que es importante a la hora de conseguir un desarrollo adecuado en los más pequeños.
En el siguiente artículo vamos a hablarte de este tipo de crianza y de sus características principales.
En qué consiste la crianza de tipo democrática
Se ha podido demostrar que la crianza democrática tiene un impacto positivo en los niños y por tanto es la más aconsejable a la hora de educarlos. Este tipo de crianza tiene el objetivo de construir una relación basada en el respeto y en la empatía. Se establece una serie de límites que son justos a la vez que coherentes. En cuanto a las normas deben cumplirse pero teniendo en cuenta cierta tolerancia y flexibilidad.
Si el niño no cumple las normas fijadas, va a tener una serie de consecuencias peros sin acudir a los castigos. Por otra parte, este tipo de crianza se basa en ofrecer amor, afecto y en llevar a la práctica la escucha activa. Gracias a esto los niños saben que deben cumplir las normas y respetar los límites, pero que van a tener en todo momento el respeto de sus padres.
Cuáles son los beneficios de la crianza democrática
Este tipo de crianza permite fomentar la autoestima y la autonomía de los niños. Todo esto tiene una serie de beneficios y de aspectos positivos para los niños:
- Se sienten respetados por parte de los padres.
- Se sienten queridos ya que reciben continuas muestras de amor.
- Se sienten seguros de sí mismos y con una gran confianza.
- Se muestran tolerantes en cuanto a la frustración.
- Tienen un buen ajuste a nivel emocional.
¿De qué manera se lleva a la práctica la crianza democrática?
Si estás interesado en aplicar este tipo de crianza en tus hijos debes seguir esta serie de pautas:
- En primer lugar es esencial el establecer una serie de límites y normas claras y coherentes. El niño debe saber cuáles son las consecuencias de no cumplir dichas normas y el por qué deben acatarlas desde el más absoluto respeto. Las consecuencias nunca pueden consistir en el castigo.
- Hay que dejar que los niños tomen ciertas decisiones con el fin de fomentar su responsabilidad. Estas decisiones deben realizarse siempre teniendo en cuenta su edad. Esto hará que el niño se sienta escuchado por los padres y se responsabilice por aquello que debe realizar.
- Esta clase de crianza se basa en la escucha activa a los hijos. Los padres deben prestar atención a lo que tengan que decir los hijos con el fin de fomentar su confianza y seguridad. Aparte de esto, es importante saber escuchar sus sentimientos y emociones para validar los mismas y darle su espacio personal.
- En el momento de las rabietas y de las pataletas, los padres deben mantener la calma y ofrecer alternativas con el objetivo de desviar la atención del elemento conflictivo. Los padres deben saber negociar para evitar que el conflicto vaya a más.
- La comunicación es esencial en esta clase de crianza. Los padres deben fomentar una comunicación abierta y empática con los hijos a través del diálogo y la reflexión. Este tipo de comunicación hace que las partes puedan exponer lo que quieran y se sientan escuchados en todo momento.
En definitiva, la crianza democrática es un tipo de educación que es perfecta a la hora de transmitir buenos valores a los hijos y a la hora de conseguir que sean responsables y tengan una gran autoestima. Recuerda que hay que practicar la escucha activa y que hay que establecer una serie de límites y normas, pero sin llegar a usar el castigo como consecuencia del incumplimiento de dichas normas.