Dosis extra de motivación para tus hijos ante los exámenes

chica estudiando

La parte difícil de los exámenes en los estudiantes es mantenerse motivado. Los exámenes llegan a la vida de tus hijos y es posible que comiencen a sentirse cansados, agotados y desmotivados. Algunos incluso podrían estar soñando con las vacaciones ya. Sí, los exámenes están casi terminados, pero todavía no. La parte difícil es mantenerse motivado.

Los psicólogos hablan de motivación extrínseca y motivación intrínseca. En resumen, la motivación intrínseca implica motivarse a sí mismo y esta es, con mucho, la forma más poderosa de motivación. ¿Pero cómo? Estas ideas pueden ayudar a tus hijos.

Recuerda sus metas

El punto más importante en el que centrarse, es la misma razón por la que se decide estudiar. Dile a tus hijos que se hagan estas preguntas:

  • ¿Cuál es mi objetivo final?
  • ¿Qué quiero lograr con mis notas?
  • ¿Qué quiero hacer el resto de mi vida?

A los estudiantes que lo tienen claro les resulta más fácil motivarse. ¿Qué tal una foto de su sueño y ponerlo en el escritorio donde estudia?Cuando vea ese sueño con regularidad, permanecerá mucho más real en su mente, lo que le motivará a seguir trabajando por ese sueño.

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Cambia la percepción de los exámenes escolares

Un principio importante a recordar, es que los exámenes no son el enemigo. Tienes que decir a tus hijos que un examen es su amigo. Puede que no se sienta de esa manera, pero un examen es una oportunidad maravillosa para mostrarle al profesor y al mundo en general lo que puede hacer.

Lo bueno es que nadie le va a interrumpir, como suelen hacer las personas durante las conversaciones o incluso en clase. Tiene esa sesión de examen completa para «decir lo que quiere decir». Y la mejor parte es que el maestro debe «escuchar», el maestro no tiene más remedio que corregir su trabajo. Cuando vea un examen como una oportunidad en lugar de una amenaza, prepararse para el examen se vuelve mucho más fácil y más significativo.

Un principio importante a recordar, es que los exámenes no son el enemigo.

Recompensar el buen trabajo

En un nivel muy práctico, puedes recompensarle por estudiar mucho. Por ejemplo, puede permtirirse tomar un descanso después de completar con éxito una determinada sección del trabajo, o que vaya y haga un sabroso sándwich o hamburguesa después de haber estudiado activamente durante una hora.

Él se conoce a sí mismo: sabe lo que puede lograr en una hora, y sabe qué es lo que le gustaría como recompensa… Habla con tu hijo para que aprenda a decidir qué tipo de recompensas saludables quiere incorporar en sus sesiones de estudio. Dile a tu hijo: “Recompénsate bien, pero sé estricto contigo mismo primero”.

No descuides todo lo demás

Recuérdale a tu hijo que tiene que hacer ejercicio, salir y airearse. Hacer ejercicio puede hacer que la sangre fluya y que el cerebro vuelva a funcionar. Los ejercicios también pueden usarse como recompensa. Necesita tiempo para realizar otras actividades que disfrute. Siempre crea un equilibrio alrededor del tiempo de examen, aunque necesitará tiempo suficiente para revisar el día antes de un examen


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