La obsesión por una persona no es lo mismo que el amor se pueda llegar a sentir por ella. Hay que saber por tanto el diferenciar de una manera clara el amor de la obsesión, ya que de lo contrario la relación se vuelve tóxica y con visos de romperse de una manera definitiva.
En el siguiente artículo vamos a hablarte de las diferencias y de las características de ambos términos.
Obsesión no es amor
Antes de todo debe quedar bien claro que el amor no tiene nada que ver con la obsesión. En el caso de la obsesión hay que decir que la persona que la padece no quiere a la otra parte, sino que tiene una gran dependencia emocional. El hecho de obsesionarse con alguien implica una serie de características:
- Hay un fuerte deseo de querer antes de todo, el bienestar de la persona en cuestión.
- La persona obsesiva muestra una conducta muy parecida a la de un acosador o maltratador.
- Se resaltan las virtudes de la persona deseada, ignorando en todos los casos los defectos. Se produce por tanto una gran idealización del ser amado.
- La personalidad se amolda conforme a los gustos de la persona deseada.
- Hay una serie de síntomas físicos en cualquier comportamiento obsesivo: taquicardia, exceso de sudoración y nervios llevados al límite.
Cuáles son las diferencias entre el amor y la obsesión
- El amor es el complemento necesario para que una pareja tenga cierto bienestar. En el caso de la obsesión, se siente a la pareja como alguien de la que se depende fuertemente. Una persona obsesiva no concibe la vida sin la persona amada.
- La posesión es otra de las grandes diferencias entre el amor y la obsesión. La obsesión llevada al límite concibe a la pareja como algo suyo que le pertenece. Es algo que puede controlar a su antojo. Por el contrario en el amor hay un respeto hacia la persona amada. La libertad es un elemento clave dentro del amor por lo que cada uno tiene sus propios opiniones y pensamientos.
- En el amor no hay cabida para los celos irracionales. Hay una confianza plena en la pareja por lo que los celos brillan por sus ausencia. En la obsesión hay un miedo al abandono y una falta de confianza que provoca que aparezcan unos celos irracionales y enfermizos que dañan la relación. Son muchos los miedos y las inseguridades de la persona obsesiva que se traducen en unos celos obsesivos.
- Otra de las diferencias entre el amor y la obsesión hay que buscarla en la autoestima. Es normal que la persona obsesionada tenga una falta de autoestima bastante evidente. Ello se traduce en un fuerte control en la persona amada. Para que exista el amor, primero hay que quererse a uno mismo. A partir de aquí se produce un complemento perfecto dando lugar a una relación totalmente saludable.
En definitiva, como has podido comprobar el amor no tiene nada que ver con la obsesión. Se trata de dos términos diferentes y con unas características bien diferenciadas.