Helicobacter pylori o H. pylori es una bacteria muy común asociada a síntomas gastrointestinales. Alojada en el estómago puede llegar a causar enfermedades estomacales como la gastritis, duodenitis o úlcera péptica y evitarlo puede requerir tratamiento. Tratamiento que suele incluir una dieta baja en grasas en la que tengan preferencia alimentos de fácil digestión cuando hay síntomas activos. ¿Quieres saber qué dieta debo seguir si te han diagnosticado Helicobacter pylori? ¡Toma nota!
¿Qué no debes comer?
Durante el tratamiento contra H. pylori, es importante evitar el consumo de determinados alimentos. Especialmente de aquellos que puedan hacer la digestión mas pesada, irritar el estómago o estimular la secreción de jugo gástrico y el reflujo. Por tanto, será recomendable dejar de comer o reducir el consumo de:
- Refrescos y bebidas gaseosas.
- Alimentos ricos en azúcares, como golosinas, piezas de bollería, galletas e incluso los mismos refrescos.
- Alimentos ricos en grasas, como las frituras, las mantequillas, las pizzas, los quesos, los embutidos o determinados snacks comerciales.
- Productos con conservantes y aditivos químicos que provoquen la irritación del estómago e intestino, como habitualmente ocurre con carnes procesadas y alimentos precocinados enlatados.
- Bebidas con cafeína como el café, chocolate y tés como el negro o el verde.
- Bebidas alcohólicas.
- Especias, sazones y salsas picantes.
Alimentos que debes priorizar
Probablemente te estrés preguntando que debes comer. Aunque sean muchos los productos a evitar te aseguramos que quedan muchas alternativas con las que completar tu menú entre las que debieras priorizar los siguientes grupos de alimentos:
Carbohidratos de fácil digestión
Los cereales de fácil digestión ricos en almidones y bajos en fibra son una estupenda opción en la primera fase del tratamiento cuando los síntomas de gastritis provocados por la bacteria Helicobacter pylori son evidentes. Tanto el arroz blanco como los fideos de trigo, el pan blanco o la fécula de maíz son un buen aliado en estos casos. Después, cuando las molestias empiecen a disminuir poco a poco para comprobar la tolerancia a estos se podrán ir reintroduciendo alimentos integrales.
Probióticos naturales como el yogur
Los probióticos presentes en alimentos como el yogur y el kéfir son otro gran aliado de la dieta para el tratamiento de Helicobacter pylori. Formados por bacterias que habitan en el intestino, estimulan la producción de sustancias que combaten la bacteria Helicobacter pylori y disminuyen los efectos secundarios que suelen surgir durante el tratamiento de la infección con antibióticos, como diarrea y mala digestión.
Frutas y vegetales
Mientras síntomas activos, como la acidez o el dolor de estómago sigan estando ahí las frutas y los vegetales deben consumirse preferiblemente cocidos para una mejor digestión de los mismos. En el caso de las frutas, de querer comerlas crudas, se priorizarán manzana y pera, siempre bien peladas y evitando las semillas y plátano. Una vez los síntomas comiencen a mejorar por efecto de tratamiento se podrán ir incorporando además otras verduras y frutas ricas en fibras cocinadas de otras formas o crudas siempre de forma progresiva.
Alimentos ricos en omega-3 y omega-6
El consumo de pescados ricos en omega-3 y de omega-6 podría ayudar a reducir la inflamación y a impedir el crecimiento de Helicobacter pylori. El atún, la caballa, la trucha y el bacalao, así como el aceite de oliva deben ser una prioridad en tu dieta.
Carnes y pescados con poca grasa
La dieta que debe seguirse cuando uno es diagnosticado con Helicobacter pylori es una dieta baja en grasas. Y en ese sentido conviene priorizar proteínas como las carnes blancas de pollo o pavo, pescados como la merluza, el bacalao, la pescadilla, el lenguado o el gallo, los quesos frescos y los huevos mas fáciles de digerir.
¿Te han hecho análisis para comprobar la presencia de H. Pylori y has dado positivo? Consulta con tu médico el siguiente paso y sigue sus recomendaciones, incluidos sus pautas para la dieta, para dejar atrás cuanto antes los síntomas gastrointestinales que te llevaron al médico. Y no dudes en hacerle todas las preguntas que precises para asegurarte que la sigues correctamente.