En la vida, nos encontraremos con tantas alegrías como penas… En eso consiste vivir, en tener momentos de tristeza para saber valorar el regalo de lo que es la vida. Por lo tanto, nunca viene mal leer y tener cerca de nosotros, artículos como el que os presentamos hoy: «Cómo despertar el pensamiento positivo: pautas y consejos».
Tanto si estás pasando una mala racha, como si no acabas de «despertar» y hacer en el día todo lo que quieres por falta de ganas o energía, este artículo te será de mucha ayuda, siempre y cuando pongas en práctica todos y cada uno de los consejos que en él te ofrecemos.
¿Quieres cambiar tus hábitos diarios de letargo y apatía por otros más saludables, más eficientes y alegres? Pues sigue leyéndonos y descubre cuáles son esas pautas tan recomendadas.
Consigue el equilibrio
A veces, confundimos pensamiento positivo con motivación, y son dos cosas totalmente diferentes. A veces estamos motivados para llevar a cabo una tarea pero en nuestro pensamiento albergamos dudas de que esta salga todo lo bien que debería. Para que esa tarea salga todo lo bien que debiera debe existir un equilibrio entre la motivación con la que empezamos a llevarla cabo y nuestro pensamiento hacia ella. De esta forma conseguiremos el éxito deseado, tanto en el mundo laboral como en el personal.
Por lo tanto, si quieres llevar a cabo un proyecto laboral-personal que llevas tiempo postergando, si quieres empezar una rutina de dieta y ejercicios para verte mejor y encontrarte más saludable y llena de energía, después de leer estos consejos, es el mejor momento para empezar. Aunque eso sí, y como dato super importante: depende de tu capacidad de esfuerzo y constancia.
Consejos y pautas
- Intenta dominar tu pensamiento con una cuenta regresiva desde 10. Durante esa cuenta regresiva que irá de diez a cero, debes ser consciente de que al finalizarla, empezarás con energía y fuerza la tarea que tengas entre manos. De esta manera también, actuarás por convicción y no por impulsos.
- Ni pasado ni futuro, sólo presente. Céntrate en el aquí y en al ahora, no te lamentes por lo que pudo ser y no fue, ni por lo que será a partir de ahora. La vida se va construyendo momento a momento, día a día… Vive cada uno de esos días y ve sumando.
- Rodéate de personas positivas y que confíen en ti y en tus posibilidades. Estas personas tienen la habilidad de contagiarnos sus pensamientos alegres y positivos. Por el contrario, aléjate de aquellos otros que te resten fuerzas y energías. Di adiós a los «ladrones espirituales».
- Mejora tu propio mundo. Todos hemos soñado alguna vez con que en el mundo dejasen de existir las guerras, que nadie pasara hambre, que no existiesen los incendios que arruinan nuestros entornos naturales, etc. ¿Es cierto? Ojalá pudiésemos hacer todo eso a gran escala, pero sí podemos encargarnos y hacernos dueños de una escala algo más pequeñita pero igual o más efectiva. Mejora tu alrededor, tu entorno más cercano: sé amable con las personas que te rodean, haz algo de voluntariado al menos una vez en la vida, dona sangre, cuida altruistamente de un anciano o de un niño hospitalizado, etc. Todos podemos cambiar el mundo, o al menos, una pequeña parcela del mismo…
- Haz que tu lenguaje sea positivo. No uses malas palabras, ten una actitud positiva con tu lenguaje, no seas una persona derrotista, etc.
- Aprende cada día algo nuevo. Es maravillosa la sensación de irse a la cama habiendo aprendido algo nuevo ese día. ¡No dejes de aprender! El mundo es muy amplio y sus conocimientos son innumerables. Si te gusta la historia, investígala; si por el contrario te gusta la ciencia, infórmate sobre posibles avances médicos y farmacéuticos; si lo que te gusta es la informática, aprende a utilizar un nuevo programa o aplicación… ¡Hay muchísimas opciones y todas son igual de aptas!
- No existe la perfección. ¡Ojalá todo fuese perfecto! ¡O no! La perfección ni existe ni debería existir, ¿para qué? Sería demasiado aburrido todo, ¿no te parece? Por lo tanto, no pretendas ser totalmente perfecto/a en aquello que hagas… No te culpes por no hacer las cosas de manera perfecta. Cuanto antes asumas esta imperfección natural de las cosas, antes te enfocarás en lo verdaderamente importante: en aquello que sí puedes controlar.
¿Qué te parecen estas ideas y consejos para cambiar nuestro pensamiento y hacerlo un poco más positivo? ¿Lo pondrás en práctica?