Este será nuestra primera incursión Navideña de cara a las fiestas que se avecinan; a lo largo de las próximas semanas iremos viendo propuestas decorativas o ideas hogareñas con las que disfrutar de uno de los momentos más memorables del año: El de la ilusión infantil, los reencuentros familiares y la reflexión sobre los propósitos cumplidos o aquellos que deseamos acometer tras Nochevieja.
Reservamos esta ocasión para los motivos que decoran la pared en Navidad, un recurso que no requiere mucho esfuerzo, queda muy aparente y es adaptable a cualquier estancia de la casa o la oficina, incluso en la puerta de entrada. Lo mejor de todo es que no hay necesidad de renunciar al belén, al árbol o a nuestros accesorios preferidos sólo porqué no contamos con espacio en casa para colocarlos sin tropezarnos con ellos durante un mes; basta con levantar la cabeza y observarlos colgados de nuestros muros.
En la imagen de portada presentamos una alternativa a la figuras exentas del belén, elaborando las escenas de la Natividad y la Epifanía en cartulina negra a modo de sombras chinescas; unos marcos ligeros de doble cristal transparente y unos lazos brillantes como contraste harán el resto para conseguir un Misterio sobrio, elegante y original. Se acabó la ardua tarea de tener que limpiar los restos de musgo, papel de aluminio y porexpán o pelearse por donde colocamos a los Reyes Magos… salvo que adoremos esas cosas.
Un detalle con gracia y de carácter internacional es decorar la pared con una frase que resuma nuestro espíritu navideño, eligiendo un soporte con clase como son los platos de cerámica, reciclando pallets a los que añadirles letras de vinilo o recortándolas sencillamente en papel. Aplicadas en típicos colores Navideños como el blanco, rojo y verde servirán como adornos en sí mismas.
Si hablamos de adornos, el referente por excelencia es el árbol de Navidad, que con los años ha dejado de ser un abeto o arbusto de verdad por causas evidentes, y últimamente hasta su versión de plástico se ha visto relegada por otras opciones más abstractas. Plantarlo (literal y figuradamente) en la pared nos permite prescindir de la maceta e incluso de su estructura principal, centrándonos en la silueta que le otorga su forma reconocible, por ejemplo mediante troncos o palos donde colgar los accesorios más simbólicos.
Las propuestas que directamente obvian el árbol y le dan cuerpo a base de adornos colocados en cascada son las más recurrentes y estéticamente las más profusas, sobre todo cuando los motivos navideños acaban mezclándose con todo tipo de piezas diminutas que uno encuentra por cajones, baúles o desvanes, conformando una especie de kilt o bazar extravagante donde todo tiene cabida.
Las guirnaldas de luces standard suelen ser de color verde para mimetizarse con el árbol, por lo que serán muy útiles para crear un diseño que simule un abeto luminoso como los que pueblan los comercios de las ciudades en Navidad; otra posibilidad es sacarle partido a las tarjetas de felicitación que solemos recibir en estas fechas (las publicitarias también valen) y amontonarlas sobre líneas diagonales en la pared.
¿Eres fan de los sombreros de panamá? Ya tienes una excusa para airearlos durante el invierno, tal como se aprecia en la imagen central de la fotografía superior; demostrando que un árbol navideño puede surgir de la nada casi sin querer… Los que sí querran implicarse en la decoración de su propio abeto para la habitación serán los niños, para quienes podemos echar mano de papel celofán, cartulinas, fieltros, o dibujos coloreables descargados de internet e impresos a gran tamaño en una reprografía.
Las amantes de la costura y la confección lo tienen fácil para conquistar con asombrosos diseños que aderecen los tabiques : Bolas de Navidad enteladas sobre bastidores circulares, copos de nieve o ángeles en crochet, coronas enredadas en tela de arpillera o preparadas a base de bovinas de hilo de múltiples colores, estrellas cosidas con botones o cuerdas de tender… es buena idea completarlas con piñas, acebo u otros elementos naturales relacionados con estas Fiestas para potenciar su carácter más tradicional.
Elementos genéricos como esas cabezas de alce que recientemente se han convertido en un «must» de cualquier hogar moderno escapan de su apariencia habitual para formar parte de los accesorios navideños confundiéndose con los renos que acompañan a Papá Noel en su trineo. Si no hemos caído todavía en la tentación de comprarnos uno, podemos configurarlo con rollos de Washi Tape a juego con el envoltorio de los regalos, o con unas plantillas de cartón que ayuden a recuperar una guirnalda demasiado trillada.
Acerquémonos a la Navidad transformando nuestras paredes desnudas en lienzos genuinos e inspiradores, sin arruinarnos en el intento y albergando en ellas toda la positividad, dedicación y buenas intenciones que quisiéramos recibir en estas fechas.
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