En la vida de toda persona suceden acontecimientos tanto buenos como malos. De hecho, se suele decir, más bien como consuelo, que para apreciar los momentos buenos que nos ofrece la vida, deben coexistir con los malos momentos. Estos malos momentos suelen provocar bastante ansiedad y amargura en la persona, pero mirándolos desde otra perspectiva, tienen enseñanzas que todos debemos saber contemplar:
- Nos hacen darnos cuenta de lo efímero de la vida, que todo tiene su momento, que no estaremos para siempre, que hay que aprovechar el momento, que hay que querer a las personas cuando están y no cuando se marchan (en caso del fallecimiento de una persona querida).
- Nos hacen ver el valor auténtico de las cosas y lo apegados que solemos estar las personas, erróneamente, a las cosas materiales (en caso de pérdida o falta de dinero).
- Nos hacen ver lo felices que eramos antes cuando únicamente estábamos bien de salud y no teníamos nada. Esos sí que eran los verdaderos momentos de paz con uno mismo (en caso de padecer una enfermedad grave).
Si os dais cuenta, tienen que llegar los «malos momentos» para darse cuenta de la verdadera paz y esencia de la vida. Para que esto no te suceda o simplemente para llevar mejor ese momento de desdicha y amargura que puedes estar pasando en estos instantes, te presentamos un decálogo anti-amargura escrito por el psicólogo Rafael Santandreu. Un decálogo muy resumido que te vendrá bien leer en esos ratos de abatimiento.
Los 10 puntos anti-amargura
- No te quejes: La gente más fuerte no se queja nunca. Una cosa es intentar mejorar las cosas y otra lamentarse porque no tenes lo que deseas.
- Prohibido «terribilizar»: La terribilitis es la enfermedad del siglo XXI. Consiste en decirse a uno mismo que todo lo que le rodea es terrible. Por ejemplo: «si me echan del trabajo, será terrible, el fin del mundo».
- Necesitas muy poco para ser feliz: San Francisco de Asís dijo: «Cada día necesito menos cosas y las pocas que necesito las necesito muy poco».
- Cuida el diálogo interno: No nos afecta lo que nos sucede, sino lo que decimos acerca de lo que nos sucede.
- No exijas nada a nadie: Una fuente de problemas es decirte a ti mismo que necesitas que todo el mundo te trate bien todo el tiempo.
- Cuídate: Ocúpate primero de ti misma para hacer luego felices a los demás.
- Utiliza el humor y el amor frente a la locura ajena: Si tu pareja está de los nervios, dale besos y hazle bromas pero no discutas en caliente.
- Disfruta en el trabajo: Hacemos demasiadas cosas por obligación cuando deberíamos básicamente disfrutar de la vida. Haz todo el clave de diversión.
- Quiérete incondicionalmente: La mejor autoestima está basada en quererse a sí mismo.
- Quiere incondicionalmente a los demás: Cuando alguien hace algo malo es por desconocimiento o locura. En el fondo, el niño que llevan dentro es maravilloso.
¿Qué te parece este decálogo anti-amargura que nos ofrece Rafael Santandreu? ¿Estás de acuerdo con todos y cada uno de sus puntos? ¿Los crees efectivos para no amargarse con los problemas que van surgiendo día a día?