Las rupturas de pareja no son plato de buen gusto para nadie. El dolor es bastante grande y son muchas las personas las que optan por empezar otro tipo de relación para aliviar dicho estado de abatimiento. Es lo que se conoce de manera popular como relación de rebote. Esta clase de relación se caracteriza por ser poco duradera y poco estable.
En el siguiente artículo te hablamos de una manera más detallada de esta clase de relaciones y de si verdad son recomendables.
En qué consiste la relación de rebote
No es otra cosa que el usar una nueva relación de pareja con el fin de sanar el dolor que supone el terminar con una anterior. El intervalo que hay entre la ruptura y la nueva relación es muy corto. Ello se realiza con el fin de transmitir cierto bienestar y felicidad hacia los demás. La conocida como relación rebote suele ser bastante inestable y poco duradera. El hecho de que todo se haga demasiado rápido, es algo que no beneficia en nada al nuevo vínculo creado.
Las cinco fases o etapas de la relación de rebote
En este tipo de relación suelen darse cinco fases o etapas bien diferenciadas con sus propias características:
Atracción
La persona que ha sufrido una ruptura va a buscar a alguien con la que sentir cierto bienestar y que le ayude a superar el duelo producido por la ruptura de su antigua pareja. Lo normal es entablar lo más rápido posible, una relación con otra persona con la que siente cierta atracción de tipo física.
Intimidad
En una relación de rebote no se busca que haya una conexión emocional. Todo ocurre de una manera muy rápida y precipitada y se busca sobre todo la atracción física. La persona dolida piensa que el contacto físico es la mejor manera de olvidar la ruptura y de pasar página lo más rápido posible. Sin embargo la poco conexión emocional en este tipo de relación hará que el vínculo se debilite y no perdure en el tiempo.
Presumir
El que comienza este tipo de relación quiere demostrar a los demás que es feliz y que ha superado el dolor provocado por la ruptura. Va a presumir en todo momento de su nueva relación y quiere su antigua pareja lo sepa. Por tanto, el objetivo de este tipo de relación es la de conseguir que la antigua pareja sepa que ha pasado página rápidamente y la ha olvidado por completo.
Comparación
Es normal que al iniciar una relación de rebote se busque comparar este nuevo vínculo creado con el anterior. A pesar de transmitir felicidad y bienestar, la persona no ha conseguido superar el duelo y compara de manera constante su nueva pareja con la antigua. Esto no es sano y termina por desgastar a la relación de rebote. Es esencial que para disfrutar de una nueva relación y conseguir que la misma sea sana, superar la ruptura anterior y pasar página de una manera total.
Desilusión
La última etapa de la relación de rebote es la desilusión. Con el paso del tiempo la persona se va dando cuenta que no ha conseguido superar el dolor de la ruptura, lo que le provoca una gran desilusión. Se termina por dar cuenta de que la realidad es totalmente distinta y diferente a la que se ha creado con la nueva pareja. Esto provoca un gran daño emocional a la pareja actual y la relación termina por romperse.
En definitiva, la relación de rebote no es una buena opción a la hora de sanar las heridas provocada por la ruptura de una relación. Es importante no buscar a una persona que pueda reemplazar el sitio dejado por la antigua pareja. Si ello ocurre es posible que la nueva relación no llegue a buen puerto y termine por romperse. Antes de comenzar una determinada relación es esencial el sanar por completo las heridas provocadas por la ruptura de la pareja.