Las croquetas de boniato y queso son un auténtico manjar que combina los sabores dulces y salados en una textura cremosa y suave. Este plato, además de ser delicioso, ofrece una alternativa diferente a las clásicas croquetas de bechamel, utilizando ingredientes saludables y novedosos. Si crees que las croquetas no pueden reinventarse, esta receta te demostrará lo contrario y te sorprenderá con una experiencia culinaria única.
Cuando descubrimos esta receta en el perfil de la dietista-nutricionista Raquel Bernacer, supimos que íbamos a prepararla en casa. Aunque puede que no tengas algún ingrediente en tu despensa habitual, no te preocupes, porque siempre hay formas de adaptar las recetas y lograr un resultado espectacular.
¿Por qué estas croquetas son tan especiales? A diferencia de las tradicionales que requieren una bechamel espesa, aquí utilizamos una base de boniato asado combinado con queso, nata y una pizca de gelatina para darle consistencia. Sí, la gelatina puede parecer un ingrediente inusual, pero facilita el trabajo con una masa que de por sí puede ser un poco difícil de manejar.
Ingredientes necesarios
Asegúrate de tener todos los ingredientes a mano antes de comenzar con la receta:
- 385 g de carne de boniato asado (aproximadamente un boniato grande).
- 1 hoja de gelatina neutra.
- 60 ml de nata con un 35% de materia grasa.
- 1 cucharadita de mantequilla.
- Sal al gusto.
- Pimienta negra al gusto.
- 55 g de queso mozzarella, picado y bien escurrido.
- Harina (para rebozar).
- 2 huevos (para rebozar).
- Pan rallado (para rebozar).
- Aceite de oliva virgen extra (para freír).
Cómo preparar unas croquetas de boniato y queso perfectas
Sigue estos pasos para conseguir unas croquetas deliciosas y con la textura ideal:
- Asa el boniato. Precalienta el horno a 200ºC. Lava bien el boniato, sécalo y úntalo ligeramente con aceite de oliva. Colócalo en una bandeja y hornéalo durante unos 45 minutos o hasta que esté bien cocido. Una vez listo, deja que enfríe antes de manipularlo.
- Hidrata la gelatina. Mientras el boniato se enfría, coloca la hoja de gelatina en un bol con agua tibia y déjala reposar unos minutos para que se hidrate.
- Calienta la nata. En un cazo, calienta la nata sin dejar que hierva. Retira del fuego e incorpora la gelatina hidratada, removiendo hasta que se disuelva completamente.
- Prepara la masa. Extrae la pulpa del boniato y colócala en un bol. Tritúrala con un tenedor hasta obtener un puré suave. Añade la mantequilla derretida, la mezcla de nata y gelatina, y el queso mozzarella. Salpimienta al gusto y mezcla bien todos los ingredientes. Cubre el bol con papel film y refrigera durante al menos una hora.
- Forma las croquetas. Una vez que la masa esté fría y algo más firme, utiliza dos cucharas para formar las croquetas. Este método es ideal, ya que la masa es muy delicada para manipularla directamente con las manos.
- Reboza las croquetas. Pásalas cuidadosamente por harina, luego por huevo batido y finalmente por pan rallado. Para obtener un rebozado más crujiente, puedes repetir este paso.
- Refrigera nuevamente. Lleva las croquetas rebozadas al frigorífico durante otra hora. Este paso ayudará a que mantengan su forma al freírlas.
- Fríe las croquetas. Calienta abundante aceite de oliva virgen extra en una sartén y fríe las croquetas en tandas pequeñas hasta que estén doradas y crujientes. Déjalas escurrir sobre papel absorbente antes de servirlas.
Consejos adicionales para personalizar la receta
Si quieres llevar tu receta de croquetas de boniato y queso al siguiente nivel, aquí tienes algunas ideas adicionales:
- Prueba con diferentes tipos de quesos, como cheddar, gruyère o feta, para obtener sabores únicos. Por ejemplo, el feta aporta un toque salado que contrasta maravillosamente con la dulzura del boniato.
- Añade especias como cúrcuma, comino o chile en polvo para darle un toque extra de sabor.
- Si prefieres una versión sin freír, también puedes hornear las croquetas a 200ºC durante unos 15 minutos, girándolas a mitad de tiempo para que queden doradas por todos los lados.
- Convierte esta receta en apta para vegetarianos reemplazando la gelatina por agar-agar, que es de origen vegetal.
Estas croquetas pueden servirse como entrante, aperitivo o incluso como plato principal si las acompañas con una ensalada fresca o una salsa de champiñones. Con su textura cremosa y sabor único, se convertirán en un plato estrella en tus reuniones o cenas familiares. Prepararlas en casa no solo es una oportunidad para disfrutar de un plato casero delicioso, sino también para experimentar en la cocina con ingredientes versátiles y nutritivos.