Aspectos inesperados que pueden suceder durante el parto

  • Evacuaciones involuntarias son comunes y naturales durante el parto.
  • Náuseas y vómitos ocasionales pueden ocurrir, especialmente con epidural.
  • El parto puede alargarse dependiendo del progreso de las etapas y la dilatación.
  • Los desgarros vaginales o rectales pueden prevenirse con técnicas como masajes perineales.

Embarazo y estrías

El parto es una experiencia única y transformadora, pero también está lleno de aspectos que pueden sorprender, especialmente para las madres primerizas. Mientras que algunas cosas son relativamente conocidas, como las contracciones y la posibilidad de optar por una epidural, hay muchos otros fenómenos menos discutidos que pueden ocurrir durante este momento tan especial. Algunos son completamente inofensivos y naturales, mientras que otros pueden requerir atención médica inmediata. En este artículo, abordaremos algunos aspectos inesperados del parto que podrían sorprenderte.

Evacuaciones involuntarias

Evacuaciones durante el parto

Uno de los momentos que pueden causar mayor sorpresa y, a veces, vergüenza, son las evacuaciones involuntarias durante el trabajo de parto. Dado que los mismos músculos que se utilizan para evacuar el intestino también se usan para el empuje durante el parto, la defecación involuntaria es algo común. De hecho, su aparición puede ser vista como una señal de que la mujer está realizando un esfuerzo adecuado para expulsar al bebé.

Si bien esto puede causar incomodidad, es importante recordar que el personal sanitario está completamente acostumbrado a esto y se encargará de limpiar de manera discreta. Además, optar por una epidural puede aumentar la probabilidad de que esto ocurra, debido a la falta de control muscular en la mitad inferior del cuerpo. No te preocupes si esto sucede, ya que es una parte totalmente natural del proceso de nacimiento.

Náuseas y vómitos

Náuseas durante el parto

Las náuseas y los vómitos no son exclusividad de las náuseas matutinas del embarazo; también pueden manifestarse durante el parto. Esto ocurre con mayor frecuencia en la etapa activa del trabajo de parto o durante los empujes. El uso de anestesia epidural puede provocar una disminución de la presión arterial, lo que también puede causar estos episodios.

Para manejar estas molestias, es aconsejable hablar con tu equipo médico sobre la posibilidad de administrar medicamentos antieméticos, que pueden ser seguros y efectivos en estos casos. Mantenerte bien hidratada antes de entrar en trabajo de parto también puede ayudar a reducir las probabilidades de sufrir náuseas intensas.

Parto largo

Parto largo y fases

El parto puede dividirse en varias fases: la fase latente, la activa y la de transición. Sin embargo, a veces estas etapas tardan más de lo esperado en progresar. Un caso particular es la fase latente prolongada, que puede durar más de 20 horas en madres primerizas o más de 14 horas en madres experimentadas. Si bien puede ser agotador y frustrante, este tipo de parto rara vez deriva en complicaciones graves.

Cuando la dilatación progresa lentamente, mantener la calma y encontrar formas de relajación puede hacer que el proceso sea más llevadero. Técnicas como tomar baños tibios, escuchar música relajante o practicar ejercicios de respiración pueden ser muy útiles. Sin embargo, en casos donde la dilatación no avanza lo suficiente en la etapa activa, puede ser necesario optar por una cesárea para evitar complicaciones mayores.

Desgarro vaginal

El desgarro vaginal es una de las complicaciones más comunes, especialmente en madres primerizas. Este desgarro ocurre en el perineo, el área entre la vagina y el ano, cuando la abertura vaginal no es lo suficientemente amplia para que el bebé pase sin dificultad. La gravedad del desgarro puede variar desde leve (de rápido tiempo de sanación) hasta severo, que podría necesitar intervención quirúrgica.

Para minimizar el riesgo de desgarro, se recomienda realizar masajes perineales en las semanas previas al parto. Este tipo de masajes ayudan a flexibilizar los tejidos perineales. Además, durante el trabajo de parto, el uso de compresas tibias en el área puede reducir las probabilidades de que ocurra un desgarro significativo.

Desgarro del recto

En algunos casos más severos, el desgarro puede extenderse hasta el recto. Para reducir este riesgo, es vital la intervención de un personal sanitario experimentado, que pueda guiar a la madre en los momentos de empuje y dar recomendaciones específicas, como cambiar de posición para facilitar el paso del bebé.

El masaje perineal es igualmente útil en estos casos, junto con otros métodos como la aplicación de lubricantes a base de agua antes del trabajo de parto. En momentos cruciales del empuje final, la estrategia de un parto controlado puede minimizar el impacto en los tejidos circundantes.

Desgarro rectal

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El parto está lleno de sorpresas, algunas más significativas que otras, pero todas forman parte de este proceso natural y transformador. Prepararte de antemano, tanto emocional como físicamente, te ayudará a afrontar cada situación con mayor confianza. Recuerda que tu equipo médico está ahí para apoyarte y guiarte en cada paso de esta experiencia única.


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