Pensamientos intrusivos en la crianza: cómo enfrentarlos

  • Los pensamientos intrusivos son comunes en la crianza y no reflejan malas capacidades parentales.
  • Factores como el estrés emocional y la falta de apoyo aumentan su incidencia.
  • Estrategias como el mindfulness y el apoyo social ayudan a gestionarlos eficazmente.
  • Buscar ayuda profesional es clave si estos pensamientos interfieren con la crianza.

Padres reflexionando sobre la crianza

No es fácil criar a los hijos; esto, si eres padre o madre, lo sabes muy bien. La crianza, aunque no está exenta de desafíos, también es una fuente constante de satisfacción personal. Sin embargo, como adultos responsables, es esencial aprender a gestionar nuestros pensamientos, incluso cuando estos sean intrusivos o poco agradables. Reconocerlos y manejarlos de manera adecuada es clave para no permitir que influyan negativamente en el bienestar emocional y en las relaciones con nuestros hijos.

Pensamientos horribles que alguna vez has tenido

La crianza puede ser emocionalmente compleja, y esto a menudo lleva a que los padres y madres experimenten pensamientos que jamás se atreverían a verbalizar. Aunque estos pensamientos puedan parecer «horribles», es importante comprender que son normales en un contexto de estrés y responsabilidades. Aquí te mostramos algunos ejemplos:

  • ¿No se pueden devolver? En días especialmente caóticos, puede pasar por tu mente la fantasía de que exista una opción de «devolver» a tus hijos, pero esto no significa que no los ames profundamente. Es solo una reacción al agotamiento.
  • Cállate ya POR FAVOR. Aunque no lo verbalices, desearías un momento de silencio ante el incesante aluvión de preguntas infantiles (“¿Por qué el cielo es azul?”, “¿Qué come una mariposa?”) o después de un día agotador. Sin embargo, es crucial mantener la escucha activa para fortalecer el vínculo afectivo.
  • Por favor, vete a la cama YA, necesito tranquilidad. Este pensamiento puede aparecer al final de un día abrumador. No te preocupes, querer un momento de paz no te convierte en un mal padre o madre.
  • No, no puedes ser mi hijo. Parece más un hijo de un diablo… Aunque pueda surgir en momentos de frustración, este pensamiento refleja la lucha con el comportamiento retador de los hijos, que muchas veces es temporal.
  • Soy mala madre (o padre). Este es uno de los pensamientos más comunes, pero infundados. Priorizar el bienestar de tus hijos, incluso en decisiones difíciles, demuestra tu compromiso como padre o madre.

Padres caminando con sus hijos

Comprendiendo los pensamientos intrusivos

Los pensamientos intrusivos son imágenes o ideas no deseadas que pueden aparecer repentinamente y, en ocasiones, tienden a ser perturbadoras. Aunque más del 80% de las personas experimentan este tipo de pensamientos en algún momento según estudios psicológicos, en el contexto de la paternidad, estos pueden ser más recurrentes debido al estrés y las responsabilidades asociadas.

Investigaciones como las de Fairbrother y Woody subrayan que los pensamientos intrusivos de daño accidental (como «¿y si dejo caer al bebé?») son universales entre padres y madres primerizos. Lo importante es no interpretar estos pensamientos como señales de tus capacidades parentales, sino como una respuesta natural al estrés.

pensamientos intrusivos qué son y cómo evitarlos
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Causas comunes de los pensamientos intrusivos en padres y madres

Existen múltiples factores que pueden desencadenar estos pensamientos en el contexto de la crianza:

  • Estrés emocional: La combinación de responsabilidades, falta de sueño y situaciones inesperadas puede ser un caldo de cultivo para pensamientos irracionales.
  • Falta de red de apoyo: Aquellos padres que manejan la crianza en soledad pueden verse más susceptibles al agotamiento mental y emocional.
  • Expectativas poco realistas: Tratar de alcanzar estándares irreales de «perfección parental» puede aumentar la autocrítica y los pensamientos negativos.

Estrategias para gestionar esos pensamientos

Si bien todos los padres experimentan estos pensamientos alguna vez, la clave está en aprender a gestionarlos y evitar que afecten tu vida diaria. Aquí tienes algunas estrategias efectivas:

Meditación para padres

  • Practica la atención plena: Técnicas como el mindfulness pueden ayudarte a observar tus pensamientos sin juzgarlos y a reconocer que no te definen. Esto ayuda a reducir el impacto emocional.
  • Habla de lo que sientes: Compartir tus pensamientos con otros padres o un terapeuta puede brindar alivio y nuevas perspectivas.
  • Establece expectativas realistas: Reconoce que no puedes ser perfecto y que cometer errores es parte normal del proceso de crianza.
  • Busca momentos para ti: Dedicar tiempo a actividades que disfrutes te ayudará a despejar tu mente y recargar energías.
cómo alejarse de los pensamientos negativos
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La importancia del apoyo emocional

El apoyo de la pareja, amigos o familia juega un papel fundamental en la crianza. Hablar abiertamente de tus sentimientos con tus seres queridos no solo fortalece las relaciones, sino que también te permite sentirte comprendido y respaldado. Además, los grupos de apoyo para padres pueden ofrecer una fuente invaluable de consejos y solidaridad.

Si los pensamientos negativos son persistentes o interfieren significativamente con tu vida diaria, buscar ayuda profesional puede marcar una gran diferencia. Terapias como la cognitivo-conductual han demostrado ser efectivas para abordar este tipo de situaciones.

Recuerda que los pensamientos intrusivos no determinan quién eres ni tu capacidad para ser un buen padre o madre. Reconocerlos como una parte normal del estrés parental es el primer paso para manejarlos de manera efectiva.


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