Si eres una persona que tiene estrés constantemente y que te has dado cuenta de que comienza a afectar a tu familia, entonces ha llegado el momento de pongas remedio. Tus hijos no merecen tener que lidiar con el estrés que tienes cada día. La buena noticia es que puedes poner remedio y que seas un buen modelo de control de estrés para tus hijos.
Ten un plan
Crea estrategias de antemano para manejar situaciones específicas que desencadenan tu estrés. Incluso puedes involucrar a tu hijo en el plan. Si, por ejemplo, te sientes ansioso por preparar a tu hijo para la cama a una hora razonable, habla con él sobre cómo podéis trabajar juntos para manejar mejor esta transición estresante en el futuro. Tal vez puedas idear un plan en el que gane puntos para obtener un privilegio cada vez que realice su rutina nocturna sin protestar por su hora de acostarse.
Estas estrategias deben usarse con moderación: no debes responsabilizar a tu hijo de controlar tu ansiedad si impregna muchos aspectos de tu vida. Pero verte implementar un plan para frenar momentos de ansiedad específicos le permite saber que el estrés puede ser tolerado y manejado.
Aprende a desconectar
Si sabes que una situación te causa un estrés excesivo, es posible que quieras planificar con anticipación para ausentarte de esa situación para que tus hijos no lo interpreten como una persona insegura. Digamos, por ejemplo, que dejar a tus hijos en la escuela te llenan de ansiedad por la separación.
Eventualmente quieres poder llevar a tu hijo a la escuela, pero si todavía estás en tratamiento, puedes pedirle a un padre o a un adulto que se encargue de la entrega. No quieres modelar esta expresión muy preocupada de separarte de tus hijos porque se lo estarás transmitiendo a tus hijos… No quieres que piense tu pequeño que hay algo peligroso por dejarle en la escuela.
En general, si sientes que te sientes abrumado por la ansiedad en presencia de tu hijo, intenta tomarte un descanso. Si comienzas a tener estrés haz actividades que te hagan sentir mejor: dar un paseo, tomar té, tomar un baño o simplemente salir por la puerta a disfrutar del aire. Confía en que la ansiedad pase y pasará.
Ten un sistema apoyo
Intentar ser padre mientras luchas con tu propia salud mental puede ser un desafío, pero no tienes que hacerlo solo. Confía en las personas en tu vida que intervendrán cuando te sientas abrumado, o incluso que solo ofrezcan palabras de apoyo. Esas personas pueden ser terapeutas, padres, tu pareja o amigos.
También puedes buscar soporte en blogs, foros en Internet y redes sociales. Busca el lugar donde te sientas cómodo y te darás cuenta de que no estás solo. Hay otras muchas personas que están y que se sienten como tú, por lo que es buena idea que compartas tus experiencias y que te permitas nutrir tu conocimiento con las experiencias de otras personas. ¡Tu vida familiar mejorará enormemente cuando te des cuenta de que puedes controlar tu ansiedad!