Los seres humanos somos animales sociales, por lo que el arte de socializar se convierte en algo que es casi necesario para nosotros. Desde que somos pequeños aprendemos reglas sociales con las cuales socializar con los demás, primero en el entorno familiar y después fuera de él. Estas experiencias nos ayudan a crear unas habilidades con las cuales poder disfrutar de una buena relación con otras personas en los entornos sociales.
No obstante, son muchas las personas que por unos u otros motivos tienen ciertas dificultades para socializar con los demás. Un tipo de personalidad, problemas en la infancia o una educación mal enfocada puede haber llevado a esa persona a crearse problemas a la hora de socializar de forma natural con los demás.
Evitar la ansiedad social
A la hora de comenzar una interacción con otros muchas personas sufren de auténtica ansiedad social. Esto sucede porque antes de comenzar a relacionarnos con otras personas se puede llegar a pensar en el fracaso que va a ser esa interacción. Si antes de comenzar a tratar con otras personas creemos que vamos a fracasar o a no saber cómo relacionarnos nos estaremos saboteando a nosotros mismos. Esto nos creará una ansiedad por anticipado, de forma que la relación con otros se volverá mucho más difícil, debido a esta ansiedad y a los nervios. Es cierto que no siempre vamos a tener éxito en nuestras interacciones, pero cada experiencia será un aprendizaje a la hora de mejorar las habilidades para socializar con otras personas.
Mejora tu autoestima
Para conseguir relaciones de calidad con otras personas y para mejorar la socialización necesitamos dosis de autoestima. Estar seguros de nosotros mismos es algo muy importante, pues solamente si creemos en lo que somos podremos relacionarnos de una forma sana con otras personas. Al mejorar la autoestima también nos resultará más fácil tener menos miedo al fracaso a la hora de socializar.
Mejora la actitud
Existen unas neuronas espejo que hacen que nuestro cerebro reaccione frente al estado de ánimo de otras personas. Es decir, si nos mostramos alegres y relajados, con una sonrisa natural, conseguiremos que las personas con las que estamos socializando se relajen y se sientan mucho más a gusto con nosotros, mejorando la comunicación entre todos.
Muestra atención
En el proceso de comunicación es muy importante el feedback, es decir, que la otra persona sepa que estamos escuchando y haciendo caso. Tener un contacto visual con otra persona hace que esa persona se comunique más con nosotros. Por otro lado, hay que hacer preguntas e intentar mostrar interés, porque así la otra persona sentirá que queremos comunicarnos con ella. No se debe hablar solo de uno mismo o las otras personas pueden pensar que no nos interesamos por ellos, perdiéndose la comunicación.
Evita los prejuicios
En algunas ocasiones evitamos relacionarnos con personas por prejuicios previos que tenemos y que nos frenan antes de interactuar con ellas. Debemos evitar esos prejuicios e intentar abrir nuestra mente a la hora de hablar con otras personas, ya que podemos darnos cuenta de que hay personas que nos sorprenden y de que hay muchas formas de pensar y de ver las cosas. Las personas extrovertidas pueden llegar a relacionarse con todo tipo de personas y por ello evitan ciertos prejuicios.
No cambies tu forma de ser
No deberías cambiar tu forma de ser nunca, ya que siempre tenemos que mostrarnos como somos ante los demás. No hay que intentar agradar a todo el mundo, pues esto solo hará que no nos sintamos bien con nosotros mismos. Debemos continuar con nuestra esencia pero utilizando las habilidades sociales que tenemos, pues solo así conseguiremos tener relaciones sanas.