Cómo mantenerte fresco y sano durante las olas de calor

  • Beber al menos 2-3 litros de agua diarios, evitando azúcar, alcohol y cafeína.
  • Incluir frutas y verduras frescas en las comidas para reponer sales minerales.
  • Utilizar prendas ligeras, transpirables y de colores claros para reducir la sensación de calor.
  • Mantener la casa fresca con ventilación nocturna y aislamiento diurno.

Refresca tu verano

Cuando aún no hemos logrado recuperarnos de las primeras olas de calor, llega el momento de enfrentarnos a temperaturas extremas una vez más. Este fenómeno, que cada año se hace más frecuente debido al cambio climático, supone un desafío para nuestra salud y bienestar. Por eso, siempre es útil tener a mano algunos consejos clave para refrescarte y sobrellevar el calor de la mejor manera posible.

A lo largo de los últimos días, hemos visto cómo las altas temperaturas se convierten en el tema más recurrente en nuestras conversaciones. Independientemente de cómo afrontemos el calor, lo cierto es que existen ciertas pautas respaldadas por estudios científicos que pueden marcar la diferencia. En este artículo, te ofrecemos una guía completa para combatir el calor de forma eficaz, tanto en casa como en el exterior.

Hidrátate y toma bebidas templadas

Uno de los puntos fundamentales para enfrentar el calor es mantenernos correctamente hidratados. Beber agua es esencial, incluso cuando no sentimos sed. La recomendación general es consumir entre dos y tres litros diarios, aunque esta cantidad puede variar según nuestra actividad física y condición física.

Además del agua, es útil optar por bebidas templadas, ya que el contraste de una bebida muy fría puede hacer que el cuerpo reaccione aumentando la temperatura corporal para equilibrar el cambio brusco. Evita el consumo de bebidas con alto contenido en azúcares, cafeína o alcohol, ya que estos compuestos pueden contribuir a la deshidratación.

Come ligero y apuesta por alimentos frescos

En días de calor, es mejor evitar comidas pesadas y optar por platos más ligeros que incluyan una alta proporción de frutas y verduras. Estos alimentos no solo son refrescantes, sino que también ayudan a reponer las sales minerales que perdemos a través del sudor.

Algunos ejemplos de comidas recomendadas son ensaladas, gazpachos o guarniciones con frutas como sandía o melón. Estas opciones no solo son saludables, sino que también te proporcionarán una sensación de frescura durante todo el día. Descubre algunas ensaladas ligeras ideales para el verano.

Ventilador

Opta por duchas tibias y humedad localizada

Aunque pueda sonar contradictorio, las duchas tibias son más efectivas que las duchas frías para reducir la sensación de calor. Las duchas frías, aunque refrescan de inmediato, provocan una reacción del cuerpo que compensa rápidamente el cambio de temperatura, haciendo que volvamos a sudar en pocos minutos.

Entre ducha y ducha, prueba mojando áreas estratégicas de tu cuerpo como la nuca, muñecas, sienes y tobillos con agua fría. Estas partes son más sensibles a los cambios de temperatura y contribuyen a refrescar tu cuerpo de forma eficaz y rápida.

Elige ropa ligera, transpirable y de colores claros

La elección de la vestimenta también influye enormemente en nuestra capacidad para tolerar el calor. Opta por prendas confeccionadas con fibras naturales como el algodón o el lino, preferiblemente en colores claros que reflejan la luz y el calor en lugar de absorberlos.

Además, si vas a pasar tiempo al aire libre, utiliza sombreros o viseras para protegerte del sol. También se recomienda ropa holgada que permita una buena ventilación y reduzca la sensación de bochorno.

Mantén tu casa fresca

Si no tienes aire acondicionado, existen otras formas de mantener tu hogar fresco. Durante las noches, abre las ventanas para que el aire circule y refresque las estancias. Durante el día, mantén las persianas y cortinas cerradas para evitar que el calor entre.

Utiliza un ventilador para mover el aire y coloca un bol de hielo frente a él para simular un sistema de aire acondicionado casero. Además, evita el uso de electrodomésticos que generen calor, como el horno.

Refresca las estancias con métodos alternativos

Si necesitas un extra de frescura, considera añadir plantas a las habitaciones. No solo mejoran la calidad del aire, sino que también actúan como «aire acondicionado natural», reduciendo la temperatura ambiente gracias a su capacidad de evaporar agua.

Otra opción es colgar cortinas de materiales ligeros y mojarlas ligeramente con agua fría; al pasar el aire, refrescarán el entorno.

El calor extremo puede ser un desafío, pero con las estrategias adecuadas, es posible mantenernos frescos y protegidos. Ya sea mediante una buena hidratación, comidas ligeras, duchas tibias o el uso eficiente de ventiladores, las opciones son amplias y adaptables a tus necesidades. Recuerda, cuidar de tu bienestar en verano es clave para disfrutar al máximo de esta temporada.


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