¿Queréis darle un cambio a vuestro dormitorio? Cambiar los textiles es una de las formas más sencillas y económicas de renovar el espacio. La ropa de cama destaca como un elemento clave en la decoración del dormitorio, por lo que un pequeño cambio puede transformar por completo la estancia. Sin embargo, elegir y combinar estampados en la ropa de cama puede generar dudas, especialmente si buscamos evitar errores en la decoración.
Combinar tejidos lisos y estampados es una apuesta infalible. Los tejidos estampados aportan personalidad y dinamismo al dormitorio, mientras que los tejidos lisos equilibran y armonizan el espacio. Sin embargo, si eres más conservadora al decorar, es normal que te preocupe el riesgo de no acertar. En este artículo, compartimos trucos y opciones seguras para incorporar estampados a la ropa de cama de manera exitosa.
¿Cómo elegir y combinar estampados en la ropa de cama?
Para que una combinación de textiles funcione, es fundamental considerar aspectos como el estilo y la gama cromática. Aunque la experimentación es clave para descubrir lo que más nos gusta, existen trucos y proporciones que aseguran el éxito. Entre ellas destaca la regla del color 60/30/10, una técnica utilizada en decoración que permite crear una paleta equilibrada y atractiva.
La regla establece que el 60% del espacio debe estar dominado por un color principal, el 30% por un color secundario y el 10% por un tono de acento. Al aplicar esta proporción en la ropa de cama, es importante que el estampado incluya los colores principales para lograr una composición armoniosa. A continuación, exploramos diferentes formas de incorporar estampados:
Opción 1: Un textil estampado combinado con tejidos lisos
Una de las formas más seguras de incluir estampados es comenzar con una sola pieza estampada, como una colcha, una funda nórdica o unos cojines. A esta pieza se le pueden añadir textiles lisos en tonos que estén presentes en el diseño del estampado elegido. Por ejemplo, si optas por una funda estampada con tonos azules y blancos, el resto de la ropa de cama puede mantenerse en diferentes tonalidades de azul y blanco.
Elegir colores suaves como el blanco roto o beige para la base y reservar los tonos más intensos para los detalles hará que el dormitorio se perciba más relajado. Si buscas un dormitorio dinámico, prueba con colores intensos que contrasten de manera equilibrada.
Si quieres explorar combinaciones clásicas, las piezas lisas en tonos neutros combinan fácilmente con cualquier estampado.
Opción 2: Variaciones de un mismo estampado en colores diferentes
Otra estrategia efectiva es usar un mismo patrón en diferentes piezas, pero en colores distintos. Por ejemplo, puedes elegir una colcha con motivos de rayas y combinarla con cojines del mismo diseño en colores contrastantes. Los cuadros y las rayas son populares para esta técnica, ya que tienden a ser atemporales y versátiles.
Además, optar por diseños geométricos, como triángulos o círculos en colores complementarios, añade un toque moderno al dormitorio. Este tipo de combinación puede verse especialmente bien en dormitorios juveniles o contemporáneos.
Opción 3: Diferentes estampados en la misma gama cromática
Si te sientes más segura combinando colores, esta opción es ideal para ti. Aquí se mezclan estampados variados, como flores y rayas, pero se mantienen dentro de una gama cromática uniforme. Por ejemplo, piezas en tonos azul y blanco pueden incluir una funda de rayas y cojines de flores, logrando un look equilibrado.
Los estampados bicolor, especialmente los que combinan con blanco, ofrecen una base perfecta para experimentar sin saturar el espacio. Asimismo, puedes optar por fundas nórdicas con patrones florales para un toque romántico y acogedor.
Opción 4: Mezcla atrevida de estampados
Si eres valiente y te gusta salir de lo convencional, puedes optar por combinar estampados completamente opuestos. Por ejemplo, flores y cuadros en colores vivos pueden coexistir en un dormitorio si se respetan ciertas reglas de proporción y color. Recuerda aplicar la regla del 60/30/10 para mantener la armonía.
Esta combinación funciona especialmente bien en espacios dinámicos y juveniles, donde el riesgo añadido fomenta la creatividad. Para que esta mezcla funcione, define un estampado líder y elige un patrón secundario que complemente sin competir.
Implementar alguno de estos consejos no solo transformará tu dormitorio, sino que también reflejará tu estilo personal. Cada elección, desde los colores hasta los estampados, influye en cómo se percibe el espacio y cómo te sientes al ocuparlo. Experimentar con estas combinaciones te permitirá crear un ambiente único y acogedor que disfrutarás cada día.
La clave está en encontrar la combinación que mejor se adapte a tus necesidades y preferencias de decoración. Desde los estilos más clásicos hasta los más modernos, los estampados tienen el poder de transformar cualquier dormitorio en un espacio lleno de personalidad y estilo.